Crítica de Lu Over the Wall, nueva película de Masaaki Yuasa

El director nipón Masaaki Yuasa coescribe esta película de anime junto con Reiko Yoshida. Aunque comenzó su carrera en los años 90, nunca ha dejado de participar, desde el comienzo de su andadura profesional, en series populares como Shin-Chan, Space Dandy, Samurai Champloo e, incluso, Hora de Aventuras, compaginando la animación de episodios con la realización de largometrajes desde comienzos del año 2000.

En Lu Over the Wall, nos hace partícipes de un sello personal muy pronunciado en el que se aúnan diferentes estilos, los cuales os traerán a la mente desde el cartoon estadounidense de los años 30 (os recordará a Popeye y Félix el gato) hasta Ponyo en el acantilado, del genial Hayao Miyazaki, pasando por supuesto por las series anteriormente comentadas, con las que también guarda grandes concomitancias. 

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La película transcurre en una bahía de Japón dominada por una inmensa montaña que separa el humilde pueblo pesquero de la temida “isla de las sirenas“. Allí vive Kai, un joven de 14 años que está atravesando un momento delicado: la separación de sus padres.

Su única afición y vía de escape ante esta situación es subir a Internet sus composiciones musicales. Un día Kunio y Yüho, dos amigos de su clase, le piden unirse a ellos para crear una banda musical. Kai descubrirá entonces a un ser sobrenatural que le cambiará por completo: la sirenita Lu. Esta nueva amiga se convertirá en el elemento clave para que el joven consiga expresar sus sentimientos y pase página. 

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Lu Over the Wall - Galería de imágenes (8 imágenes)

Hay dos elementos clave en la película Lu Over the Wall: la música de Takatsugu Muramatsu y el color. Trazo fino, paleta cromática variada con tendencia a los tonos verdes, acorde con el potente mensaje ecologista de la cinta e ingentes dosis de ritmo. Porque si hay algo que queda claro es que esta película de anime nos invita a preservar la naturaleza y, de paso, dejar de mirarnos el ombligo. No es un "Hakuna Matata" pero sí un "lucha por cambiar lo que no te gusta" y, sobre todo, "muévete". Todo sigue el son que marca la vital y divertida banda sonora.

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Por otra parte, no es la primera vez que Masaaki Yuasa utiliza este recurso, pero lo surrealista de la propuesta hace que sea particularmente eficiente: los cuerpos se distorsionan por completo siguiendo las vibraciones de la música y los personajes muestran sus sentimientos de forma ultraexagerada, fomentándose esa tendencia del anime a dejar que las emociones se desborden.

Esto hace que la película sea quizás demasiado ingenua, pero es que apela con claridad al público infantil... La pregunta es: ¿no se perderán en una cinta con tanta mitología propia? ¿Comprenderán los más pequeños esas puntuales exaltaciones de ternura?

A los adultos es probable que el personaje principal atormentado les suene a cliché y que ciertos aspectos de la película les parezcan en exceso repetitivos. La buena noticia es que roza tantas veces el surrealismo, que sorprende a cada momento, manteniéndote alerta.

Como curiosidad, las historias que Yuasa crea en sus películas suelen estar interconectadas: en el caso de The Night is Short, Walk on Girl, los tres amigos de Lu Over the Wallhacen una pequeña aparición.

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El último trabajo de Yuasa ha sido la dirección de Devilman Crybaby, basada en el manga "Devilman" de Go Nagai, una serie de diez episodios lanzada en Japón en enero del presente año que nada tiene que ver en estilo o tono a esta película. Como ya comentamos en nuestra crítica de Devilman Crybaby en Netflix, a nosotros nos marcó. Versatilidad es la palabra que mejor define a este creador que se aleja por completo de las tendencias marcadas por películas tan influyentes como Your Name o A Silent Voice para darnos un baño, como poco, refrescante.