Crítica de Lupin, la nueva serie de Netflix protagonizada por Omar Sy

¿Cuántas adaptaciones habéis visto de las aventuras de Arsène Lupin? Obras de teatro, videojuegos, libros juveniles, mangas, series de televisión y películas, son solo algunos de los formatos en los que habéis podido acercaros a este arquetipo literario solo comparable a Sherlock Holmes (su autor fue coetáneo de Conan Doyle, de hecho, y solo alcanzó la fama cuando se le propuso construir un personaje con elementos similares a Holmes). El caballero ladrón regresa cobrando vida de nuevo en acción real en una coproducción franco-estadounidense en la que el reparto está liderado por el magnífico Omar Sy (Intocable).

Se encargan del guión George Kay (el escritor de los libretos de todas las versiones de la antología Criminal, también para Netflix) y François Uzan (Family Bussiness) junto a Florent Meyer, Tigran Rosine y Marie Roussin. 

Ojo, Lupin no es una traslación literal de la novela original de Maurice Leblanc, ni una secuela o precuela, sino más bien una versión contemporánea del clásico francés en la cual el libro sirve de nexo de unión del protagonista con su pasado y como punto de partida para una actualización de la trama. En buena medida, él se identifica con el personaje literario, lo que da mucho juego para que se despliegue una narración policiaca en la que hay un constante juego del gato y el ratón.

Años después de una tremenda injusticia personal que cambió el curso de la vida de Assane Diop, éste trama dar un gran golpe para acabar con sus deudas e indagar sobre las personas que causaron su desgracia.

El único legado de su padre es el libro "Arséne Lupin: caballero y ladrón", que se convertirá en su guía de muchas maneras distintas: hallando en él claves secretas y emulando el modus operandi de Lupin.

Para llevar a cabo sus planes y conseguir desvelar las claves de su pasado, contará con su amigo de la infancia y con su expareja, con quien tiene un hijo a quien Diop quiere por encima de todo.

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Lupin tiene el gran atractivo de saber conjugar pasado y presente. No solo por los saltos temporales de la serie, que nos lleva a conocer el pasado de Assane mediante flash-backs sino porque los trucos y artimañas para conseguir sus objetivos están inspirados en la novela de Leblanc, lo que hace que todo tenga un aire retro bastante artesanal.

El diseño de producción es fantástico, la banda sonora del compositor parisino Mathieu Lamboley ayuda a mantener el misterio, el guión dosifica muy bien la información y narrativamente están bien entrelazados los dos planos temporales para mantener la intriga e ir oxigenando la historia.

Louis Leterrier (el director de Ahora me ves...) dirige el primer episodio de esta serie y se convierte en su siguiente trabajo para Netflix tras la tristemente cancelada serie Cristal oscuro: la Era de la Resistencia.

Y basta de lloriqueos

Habrá quien salga al quite a señalar lo obvio llevándose las manos a la cabeza: sí, Omar Sy es negro, y la serie de hecho aprovecha esta cuestión para que su personaje haga una denuncia de la intolerancia que todavía hay en determinados sectores, es más, lo toma como ventaja para adelantarse a las expectativas de los demás (y de paso hacernos pensar cómo habríamos actuado nosotros en su lugar, que es algo que está muy bien tirado).

Dejadnos adelantaros algo: es perfecto para el papel. Tiene un puntito de vulnerabilidad, con lo cual es fácil empatizar con él, pero es además un intérprete tremendamente elegante, camaleónico y es imposible que no se meta a la audiencia en el bolsillo tan pronto como lo vean en pantalla. 

Para la confección de esta crítica de Lupin, hemos podido acceder a la primera parte de la temporada 1 compuesta por cinco episodios, que son los que verán la luz mañana día 8. De seguir al ritmo con el que arranca estaríamos ante una de las mejores series de Netflix de este recién estrenado año, pero eso solo podremos decirlo cuando veamos los cinco que restan... y ya os avanzamos que hay un potente giro de guión en el quinto...