Crítica de Luther: Cae la noche, el detective regresa más James Bond que Luther

No se suelen tener grandes esperanzas cuando una serie pasa a película. Ejemplos no faltan, pero en la mayoría de ellos se puede ver algo evidente: suelen ser una sombra del original, una historia normal alargada o un modo de rentabilizar a los seguidores mediante otra fórmula. El caso de esta novedad de Netflix encaja con el tópico.

Lo normal es que quien llegue a esta crítica ya conozca a Luther, el detective crepuscular que dio fama a un Idris Elba con el que muchos ya estaban familiarizados tras su aparición en The Wire. La oscuridad dominó la serie de cinco temporadas, tanto en el tono narrativo, como en los asesinatos que investigaba o en un Londres lleno de callejones y peligros.

Como suele ser norma, la serie fue bajando en calidad en sus distintas temporadas, el protagonista metiéndose en líos y cuando terminó, sin cerrarse del todo, ya parecía una fórmula agotada. Sin embargo, Netflix ha estrenado una película y aquí tenemos el trailer:

Con el objetivo de atraer a los espectadores y dar a entender el motivo por el que nos encontramos ante una película y no un capítulo más, existe un salto de presupuesto y ambición más que notorio. La historia se mueve de Londres a otros países, hay helicópteros, explosiones, efectos especiales y momentos que podrían ser de una película de 007 o Misión imposible.

Aunque también es cierto que se nota la mano de Neil Cross tras el producto, el novelista que originó la serie y que ha conseguido que Luther y algún personaje no cambien en su formulación. En esto sí nos reencontramos ante lo que esperábamos al pulsar el play del mando a distancia.

Luther se vuelve más espectacular

La película comienza con Luther encarcelado tras sus excesos como policía. El sistema le ha conducido a un infierno en el que salir de su celda es jugarse la vida por el odio que le tienen los otros presos, aunque él lleve la situación con hierático comportamiento.

Pero fuera de la cárcel continúan los crímenes y alguien monta un espectacular escenario con cuerpos ahorcados de desaparecidos durante distintos años, los familiares de estos presentes tras falsas llamadas de auxilio, un incendio, nuevas tecnologías... En definitiva, un curioso infierno en la tierra.

Este asesino de altísimo poder adquisitivo chantajea hasta donde haga falta a todo tipo de víctimas tras detectar cuáles son los puntos vulnerables que tienen gracias a la tecnología: altavoces inteligentes, navegación por la red, cámaras caseras... Aunque apuntamos que se aparta de la habitual retórica demagoga de estas situaciones, solo es un elemento más de la narración.

Como era de esperar, los caminos de Luther y el asesino se cruzan, además por dos motivos, y el detective logra huir de la cárcel tras provocar un violento motín que es rodado de una forma cuanto menos espectacular.

Llegados a este punto se debe entender que nos encontramos ante un largometraje en el que la verosimilitud no es lo importante, solo la investigación y la acción, y hay más de lo segundo que de lo primero. Aunque se pague un alto precio.

No es el Luther esperado, pero Idris Elba ha logrado ser 007

Hace meses que se acabaron los planes del actor por encarnar a James Bond, pero esta película muestra que podría haberlo sido. Tiroteos, explosiones, un personaje atractivo y, cómo no, mucho carácter, no abandonan el metraje de 129 minutos de Luther: Cae la noche.

Aunque mantiene cierta herencia de la serie, el abandono del Londres más enfermizo es uno de los precios a pagar. La serie funcionaba bien sobre todo porque el contexto tenía una importancia que los creadores mantenían con mimo, las sombras eran tan valiosas como los diálogos, pero aquí se ha perdido.

La historia de Luther, no el personaje, abandona su identidad y este podría ser sustituido por cualquier otro héroe de acción. Quizá sea un intento por migrar hacia otra fórmula, pero por el camino se deja atrás a los aficionados y, lo que es peor, se transforma en un producto sin demasiado interés que no contentará tampoco a los que lleguen de nuevas.

A esto hay que sumar un metraje tan excesivo que se llena de altibajos y al que le sobran minutos. Aunque es cierto que algunas incógnitas mantienen la curiosidad del espectador hasta el último tercio.

Si bien la incorporación de nuevos personajes no daña a la historia, algunos momentos maniqueos sí quitan profundidad al discurso y solo queda la opción de dejarse llevar hasta un final que en cierto modo es coherente con todo lo contado y que, por supuesto, abre la puerta a extender este universo.

En definitiva, Luther: Cae la noche es una película que no convence demasiado y se olvidará pronto, pero que entretiene cuando se abandonan las esperanzas de que sea continuista con las virtudes de la serie original.