Crítica de La purga: Infinita, la nueva película del universo La noche de las bestias de Blumhouse

¡Cuánto juego está dando la premisa de la franquicia de La noche de las bestias! Desde que fuera lanzada en el año 2013 con la película La purga: la noche de las bestias, la saga cinematográfica se ha ido amplificando con nuevos títulos: Anarchy (2014) y Election (2016) y la precuela La primera purga: la noche de las bestias (2018), uno de los episodios más impactantes y exitosos.

A todo esto tenemos que añadir la serie de dos temporadas La purga que añade dos historias distintas al corazón de la historia. Hablamos de una cantidad ingente de historias si tenemos en cuenta que solo han pasado ocho años (y hemos pasado una pandemia brutal que ha marcado rodajes, cancelado proyectos y retrasado fechas de estreno).

Como primera aclaración hay que decir que todo ello, las películas y las dos temporadas de la serie, están disponibles en Prime Video para aquellos que quieran repasar la saga de La purga completa antes de ir al cine a ver La purga: Infinita, la última adición de la factoría Blumhouse.

Esto no es en ningún caso obligatorio para comprender la película, dado que queda perfectamente explicada la dinámica de la purga y la subversión de las normas que vemos ahora, pero sí que puede resultar interesante para disfrutar de los detalles.

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Ahora bien, ¿qué tiene que añadir a lo ya narrado esta quinta película? Pues parece ser que, argumentalmente, no tanto. Su mayor valor es el de amplificar las repercusiones de esta famosa purga, creada por los Nuevos Padres Fundadores para hacer aflorar las pulsiones de la población durante 12 horas sin ley y hacernos pensar qué pasaría si hubiese un grupo extremista y clandestino para el cual se quedaran cortas estas reglas del juego.

Es decir, que decidieran apoderarse del país extendiendo las masacres y el caos más allá del margen establecido exterminando de forma sistemática a quienes consideran sus enemigos.

Sigue latiendo fuerte en el fondo de la narración de La purga: Infinita el discurso antiodio contando en esta ocasión con nuevas localizaciones y otros discursos distintos (pero no mucho) que ponen en tela de juicio la estrechez de miras del supremacismo y la violencia como lenguaje para imponer posturas indefendibles de otro modo. Estamos ante una película de fronteras que no se resiste a recaer en algunos clichés. Aunque es de celebrar el fichaje de Everardo Gout para dotar a la historia de un regusto algo distinto (la acción luce muy bien y hay voluntad de crear secuencias intensas de crecimiento gradual sin renunciar a las terroríficas máscaras emblemáticas de los asaltantes), también es cierto que al guión le falta un punto de madurez para salirse de los raíles y resultar innovador.

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La película sigue a un matrimonio mexicano que vive en Texas ayudando en un rancho a los Tucker, una familia rica y no ajena a prejuicios. Adela y Juan gozan de una excelente reputación, sobre todo de cara al patriarca Caleb, lo que despierta los celos de su hijo Dylan.

Una vez que finaliza la purga anual, una banda de asesinos enmascarados e inmisericordes ataca a los Tucker poniéndolos en jaque. Esto obligará a ambas familias a colaborar para defenderse y salvar la vida mientras los Estados Unidos se hunden en una espiral de destrucción sin precedentes.

Uno de los puntos fuertes de la película es su reparto coral, en el que cada intérprete cumple su función, sin que destaque en exceso ningún personaje. Ana de Reguera (Ejército de los muertos) y Tenoch Huerta (Días de gracia), están al frente de un reparto en el que también cuentan con un gran peso específico Will Patton (La noche de Halloween), Cassidy Freeman (Los Gemstone) o Josh Lucas (Le Mans '66). No habría estado de más que se desarrollara el trasfondo de los personajes, la verdad.

Por lo demás, James DeMonaco parece no tener prisa por abandonar la gallina de los huevos de oro: a pesar de que el desenlace de La purga: Infinita sabe a despedida, ya ha anunciado que está trabajando en el guión de una sexta película en la que podría volver a contar con Frank Grillo, uno de los personajes más carismáticos de la saga. Si regresa finalmente, esperemos que sea para volarnos la cabeza. Esta película se nos ha quedado algo justita, le falta pegada y discurso.