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Crítica de Reginald the Vampire: La nueva comedia adolescente... ¡Con vampiros!

Crítica de Reginald the Vampire (SYFY)

Reginald the Vampire es la nueva comedia de monstruos. Una historia sin ambiciones ni propósitos liderada por un divertidísima Jacob Batalon.

Hay pocos monstruos en la cultura audiovisual y en la literatura universal que hayan gozado de una posición de favor tan evidente como los vampiros. Sin embargo, no siempre tienen que seres monstruosos y violentos, antagonistas de la humanidad que sobreviven entre las sombras y cazan en mitad de la noche a hombres y mujeres despistados.

Reginald the Vampire no es tampoco Crepúsculo, aunque a Jacob Batalon no le importaría. Esta es una adaptación de la divertida novela de Johnny B. Truant llevada a cabo por Harley Peyton y distribuida por SYFY en nuestro país. Una comedia adolescente llena de intercambios de diálogo ingeniosos y situaciones estrafalarias que pondrá a prueba al espectador.

Si estás buscando Drácula de Bram Stoker (1992) o cualquier otro tipo de producto que se le asemeje, aléjate de Reginald the Vampire. Si, por el contrario, buscas una experiencia similar a Riverdale, Las escalofriantes aventuras de Sabrina o incluso la reciente Miércoles en Netflix... Probablemente, hayas llegado al lugar indicado, aunque hay matices.

El primer matiz con todas estas series es que Reginald the Vampire parte con una motivación mucho menos ambiciosa. Algunas de estas series mencionadas tienen grandes presupuestos detrás o incluso planes a gran escala de construir universos compartidos. Es el caso de Archie Comics, pero no de la propuesta televisiva planteada por SYFY.

Reginald the Vampire es, básicamente, la historia de un muchacho perdedor, un tipo normal y corriente, sin grandes habilidades, ni dotes, ni talentos... Que un buen día termina convirtiéndose en un vampiro, un ser inmortal y superpoderoso que debe consumir sangre para sobrevivir. Sin embargo, ni siquiera así Reginald se ve un tipo muy talentoso.

A pesar de la superficialidad de los personajes, Reginald the Vampire no quiere otorgar tridimensionalidad a sus protagonistas, solamente emplearlos como un vehículo para la comedia. ¿Se pueden hacer ambas cosas? Claro, lo hemos visto considerablemente bien llevado y dirigido en otros productos. Sin embargo, esta serie de televisión no lo necesita.

El programa de Jacob Batalon se juega todo a la carta de la comedia de situación e incluso la screwball comedy. Los enredos, las casualidades, las reacciones de los personajes a todo ello. Esas son las grandes fortalezas de Reginald the Vampire, las que pronto te empujan a sacar y mostrar una sonrisa mientras te encuentras disfrutando del visionado.

En ese sentido, Jacob Batalon se encuentra en una posición muy cómoda para liderar Reginald the Vampire. Su vis cómica y su voluntad interpretativa por hacer reír al prójimo hacen que la narrativa propuesta en la serie funcione con los ojos cerrados. Su química con Mandela Van Peebles, actor que da vida a su maestro y compañero vampiro, hacen el resto.

Reginald the Vampire no es la panacea de los vampiros, ni siquiera el mejor exponente del género. Sin embargo, tiene corazón y busca algo tan humano, tan necesario en estos tiempos oscuros y difusos como es la risa, que debemos rendirnos ante la evidencia de que, a veces, la diversión está por encima del resto, por encima de cualquier apartado técnico reseñable.

Por lo tanto, no esperéis de esta serie que sea una revolución televisiva ni tampoco te proponga una narrativa profunda, compleja e inabarcable. Esto es lo que es: una comedia llena de momentos estúpidos y graciosos, con vampiros y monstruos y con un protagonista que ha puesto toda la carne en el asador para hacerte pasar un gran rato.

 

Si piensas darle una oportunidad, no te olvides de pasarte por la caja de comentarios para dar tu punto de vista y compartir tu opinión con nosotros.

VALORACIÓN:

Una divertida comedia de adolescentes con vampiros, monstruos y otros seres de la oscuridad. Jacob Batalon lo da todo por hacer reír al espectador, que se lleva una divertida comedia de enredos y situaciones estrafalarios en las que será inevitable sacar una sonrisa.

LO MEJOR:

La vis cómica de Jacob Batalon y la voluntad narrativa de la serie por hacer reír.

LO PEOR:

Tiene muy poca ambición, una factura técnica limitada y está por debajo de otras series de naturaleza similar.
Hobby

65

Aceptable

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