Crítica de Miércoles, misterio y humor negro algo faltos de color

La serie y las películas de la familia Addams despiertan una sonrisa de nostalgia a quien se las menciona, porque presentaban unos personajes cómicos, pero entrañables, a la vez que se reían de las miserias del mundo. De sus personajes, quizá Miércoles fuera la más carismática (a pesar de ser inexpresiva), razón de sobra para que Tim Burton quisiera darle su propia serie en Netflix.

La nueva serie sobre Wednesday tenía muchos ingredientes para triunfar: la promesa de humor negro y absurdo, la sátira, Tim Burton como jefe de proyecto (y dirigiendo cuatro de los ocho episodios de la temporada) y un buen elenco para cimentarlo todo: Catherine Zeta-Jones (Chicago)  como Morticia, la emergente Jenna Ortega (Scream) como Miércoles...

Date de alta en HBO Max España

Si te gustan series como Friends, Los Soprano o Juego de Tronos, HBO Max tiene estas y muchas más en su catálogo.

Darse de alta

También tiene un peso muy importante Gwendoline Christie (Lucifer en The Sandman)... ¡Incluso tenemos a Christina Ricci (Monstruous), la que fuera miércoles en las películas, en un papel para cerrar el círculo! 

Vamos, que nuestras expectativas estaban razonablemente altas con la idea de usar todo esto para bucear en la mirada siniestra y los tejemanejes de Wednesday. El resultado final, como veremos, es interesante... Pero bastante falto de chispa, como vamos a ver en esta crítica de Miércoles.

Lo primero que hay que tener claro, aun siendo obvio, es que la serie va sobre Miércoles, no sobre la familia Addams en su conjunto, aunque ellos aparecen de vez en cuando en los capítulos. La excusa es que la niña lía una muy gorda al lanzar pirañas a una piscina y es enviada a un reformatorio para "excluídos", adolescentes con características sobrenaturales: hombres lobo, sirenas...

Gracias a eso, arranca lo que podría ser una comedia de desventuras adolescentes desde la óptica cínica y maquiavélica de Miércoles, pero pronto vemos que el hilo conductor es más bien el del suspense: unos extraños ataques están teniendo lugar en las proximidades del reformatorio y la protagonista sospecha que podrían ser más siniestros de lo que parece.

Para colmo, ella está experimentando unas extrañas visiones sobre lo que podría ser el pasado de una de sus antepasadas, a la vez que empieza a discernir los malvados planes que se fraguan en la sombra...

De este modo, y aunque el humor y la sátira del primer episodio nunca se disipan del todo, el ingrediente principal es esa investigación sobre quién será el malo en la sombra, a la par que se desarrollan otras subtramas sobre rivalidades en la escuela, amoríos...

Cuando se ponen todos los elementos sobre la mesa, es imposible no encontrar similitudes con Las escalofriantes aventuras de Sabrina, otra serie de Netflix basada en hitos anteriores, con protagonista carismática y trasfondo siniestro... Pero aquí también se cae en algunos errores que esa serie supo corregir con el paso de las temporadas: demasiado peso en lo puramente adolescente.

Aunque hay unos cuantos momentos cómicos (la presencia de la mano Cosa es genial y otorga unos cuantos gags), da la sensación de que se desperdicia constantemente el potencial de los personajes.

Por mucho que Miércoles diga en sus monólogos que odia a todo el mundo y adora los crímenes, todo lo que acaba sucediendo parece insinuar que es más bien de boquilla. Vale, actúa muy borde con cualquiera que se cruce con ella... Pero vamos, es lo que nos pasa a muchos a esa edad, ¿no?

Y no es por falta de entrega en el papel principal. Jenna Ortega firma una magnífica interpretación de Miércoles, con sus andares estirados, unas miradas que cortan el acero y unas medio muecas que dan a entender su conflicto interior. Sin duda, ella es de lo mejor de la serie.

Pero otros personajes no acaban de tener tanto "punch", especialmente unos Pugsley y Gómez Addams bastante sosos. Lo sentimos por Luis Guzmán (Boogie Nights), pero palidece en comparación del torrente que era Raúl Juliá en las películas.

También chocan los escasos efectos especiales en torno a los monstruos que aparecen, que tienen un look extrañamente cómico como para intimidar a un adulto, pero a la vez pueden resultar demasiado "destroyer" para niños.

El misterio sobre los crímenes seguramente atraerá a una buena parte del público, a la vez que los gags malvados por aquí y por allá pueden mantener la nostalgia a flote. Las melodías, tanto en versiones de clásicos como en ambientales, están a un muy buen nivel, al igual que la fotografía y puesta en escena (especialmente, en los primeros capítulos) y eso ayuda a que todo se disfrute más.

Así, Miércoles no tiene ningún defecto importante, pero es excesivamente formulaica como serie de Netflix, como si solo hubiera tocado la punta del iceberg de lo que podrían ofrecer sus personajes. Si esperabas partirte de risa con historias iconoclastas como en los 90, aquí no lo encontrarás. Pero si te va el misterio teen con algo de mala uva, disfrutarás como en un funeral (en el buen sentido).