Crítica de Sharkwater (The Requin), la película de tiburones con Alicia Silverstone que te hará naufragar en Movistar+

Las películas de tiburones, o sharksplotation, siempre tienen un encanto especial. Aunque llegues con la mentalidad de que vas a ver un filme "malo", siempre dejan algún momentillo rescatable o divertido, o al menos mucha acción.

Podemos ver películas que se ríen de sí mismas, como Sharknado o Sky Sharks, y las carcajadas por las ridículas situaciones no nos las quita nadie.

Pero toda norma tiene sus excepciones, y Movistar Plus nos trae una este viernes 4 de febrero con Sharkwater (The Requin), la nueva película del director vietnamita Le-Van Kiet.

Hoy en Hobby Consolas, nos moderamos todo lo posible para traeros nuestra crítica de Sharkwater (The Requin) una película de tiburones que hace aguas por todas partes.

SOLO ES UNA TORMENTA... ¿QUÉ PODRÍA SALIR MAL?

Costa vietnamita, resort con "villas" sobre pilares en la costa, época de monzones... Ya tenéis el cóctel para el desastre que intenta cocinar Sharkwater.

Una pareja trata de huir de sus problemas con unas vacaciones de ensueño cuando terminan a la deriva en su habitación flotante.

Heridos y sin saber qué hacer, tratan de sobrevivir en alta mar con lo que tienen, que no son precisamente grandes ideas.

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Pero como 'donde no hay mata no hay patata', y no sabemos cómo han llegado a la madurez estos personajes, la situación les llevará a aguas habitadas por nuestros amigos escualos... casi una hora después de arrancar la película... UNA HORA.

Es decir, tenemos una película de 89 minutos (con créditos antes y después) en la que se supone que el gran aliciente es ver a los tiburones dando guerra, y solo salen, a intervalos, en los últimos veintitantos minutos...

UN DRAMA MUY DRAMÁTICO, EN EL MAL SENTIDO

Podríamos decir, bueno, tenemos a Batgirl en el reparto. Alicia Silverstone, quien diera vida al personaje de DC en Batman y Robin, encarna a Jaelyn, la mujer en el matrimonio protagonista.

Ni ella ni su coprotagonista, James Tupper, son capaces de generar química. Lo único creíble es el moreno que lucen de los cuatro días que pasarían en Vietnam antes de empezar a filmar.

Le-Van Kiet trata de "invertir roles", con Kyle incapacitado para hacer muchas cosas y Jaelyn encargándose de casi todo.

Sin embargo, la retahíla de situaciones ridículas que van a sucederles rozan lo insufrible, regalándonos de paso algunos recordatorios al "momento Titanic"... terrible.

Los dos están completamente desubicados en pantalla, con actuaciones sin pulir, de esas que te hacen tener el móvil a mano para no aburrirte del sopor.

Por cierto, estamos ante una película de esas que van "de desmayo en desmayo", no nuestro, sino de los protagonistas, que se tiran inconscientes medio filme.

NI LOS TIBURONES SALVAN LA PELÍCULA

En los primeros compases de la película hay algunas tomas interesantes por parte del departamento de fotografía, especialmente algunos paisajes y planos urbanos.

Iba a ser el departamento que salvásemos de la quema, hasta que la película continuó: Planos forzados, desenfoques y movimientos frenéticos sin necesidad... y en edición no hicieron mucho por arreglarlo...

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Es evidente que no podemos ponernos sibaritas con una película de sharksplotation en 2022, pero lo de Sharkwater (The Requin) ha sido demasiado.

Tiene 8,5 millones de presupuesto y un reparto MUY limitado. Es una película que se debería haber pulido mucho más, prescindido de un drama que no aporta nada, o haberse ahorrado ser encasillarla como sharksplotation cuando trata de ser un (mal) drama sobre la pérdida.

En serio, hemos tratado de sacar algo positivo; una broma, un  detalle, una caja de galletas, pero solo se nos ocurre que, por suerte, Sharkwater solo dura hora y media, más de este horror habría sido un castigo.

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Si os gusta mucho, mucho, mucho el género de tiburones, quizás le saquéis algo de gustillo a los escasos minutos de acción real con los escualos, generando suspense.

Si no es el caso, ahorraos ver Sharkwater (The Requin); es mala... MUY MALA. Por muy malos que hayáis sido os merecéis un castigo menor, caminar sobre brasas o algo así...