Crítica de She-Hulk capítulo 6 - La boda de mi peor enemiga

Hacer comedia nunca es fácil y puede que tu chiste tenga sus altos y sus bajos. Eso es lo que estaba pasando con la serie de She-Hulk, que en sus dos últimos episodios estaba flojeando más, pero que con este capítulo 6 ha vuelto a encontrar su tono en el UCM.

La entrega de esta semana de Abogada Hulka pone a Jennifer Walters en el centro del huracán de uno de los grandes clichés de la comedia: la boda de una vieja conocida en la que hay que aparentar que estas divinamente con el paso de los años.

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Por supuesto, no faltan las pécoras que quieren hacer de su vida un infierno mientras mantienen su sonrisa en la cara, pero también la amenaza de que Jen se autocompadezca demasiado. ¿Conseguirá mantener las formas o le tocarán demasiado las narices?

Este planteamiento sirve para otorgar dos puntos muy positivos al episodio. Por un lado, Tatiana Maslany está desatada en su faceta cómica, en la que resulta divertidísima. Por otro, la exploración de Hulka como metáfora de la chica desinhibida y sin complejos. ¿Es en realidad la gigante verde lo que Jen quiere ser, pero no se atreve a aceptar?

Como ya es habitual, tenemos una trama secundaria orientada a los juicios, aunque esta vez las protagonistas son Nikki y Mallory, que han de llevar un caso de lo más peculiar: el de Míster Inmortal, un hombre que es precisamente eso, incapaz de morir, lo que ha aprovechado para "divorciarse" fingiendo su muerte muchas veces.

Por supuesto, quien vea esta serie de Marvel como un mero ejercicio de "revanchismo" feminista no quedará contento con el personaje, que aparece como un cobarde incapaz de asumir sus responsabilidades.

Pero a nosotros nos ha parecido una subtrama muy divertida, la cual nos brinda algún momento absurdo que parece sacado de Los Informáticos (The IT Crowd), ya veréis por qué.

Y, precisamente, el episodio nos demuestra que gente con mala uva hay en todas partes, ya sean chicos, chicas o mutantes de otro planeta. Ojo, por cierto, a la faceta cómica de Jameela Jamil como Titania en estos minutos.

En cualquier caso, la comedia y la faceta superheroica consiguen dar en la diana esta vez a la hora de representar (y reirse para bien de ello) los problemas que una chica de hoy en día puede tener.

Hulka, la reina de la fiesta

Sí, los superhéroes han servido, de toda la vida, para hacernos imaginar cómo resolveríamos nuestros problemas si tuviéramos superpoderes y, por tanto, no estuviéramos tan cohibidos por nuestras limitaciones o miedos. 

¿Por qué no usar una serie como esta para aplicarlo a la vida diaria de una chica? Nos parece muy "catárquico".

Aun así, nuestra faceta más friki ha echado en falta, precisamente, que se saque más partido a la "hora de las tortas". La poca acción que hay es divertida, pero se queda muy, muy corta. Claramente, el episodio habría agradecido algo más de coreografía peleona.

Lo mismo sucede con esa ruptura de la cuarta pared por parte de Jen, que vuelve a desaprovecharse sin duda. Hay mucho potencial cómico y narrativo por el que se está pasando de puntillas y es una pena.

En cualquier caso, parece que la cosa se caldea de verdad con esos minutos finales en los que parece que, ahora sí que sí, Hulka va a tener que dar el callo de verdad (sobre todo, si tenemos en cuenta el "ingrediente" que vimos en el capítulo 5). 

Hasta la música parece indicarnos que todo está a punto de cambiar, así que nuestro interés por el futuro de la heroína en el Universo Cinematográfico Marvel va creciendo poco a poco.

Entendemos que estén cocinando poco a poco el clímax, pero sí deseamos que no se lo guarden todo para el capítulo final (son 9 en total y acabamos de ver el sexto), porque cada entrega es corta y sin duda She-Hulk ha conseguido forjarse un carisma que nos hace querer verla en acción. ¡Nos encanta que haya una heroína tan re-verde! Perdón por el juego de palabras, ya cerramos al salir.