El capítulo 5 de She-Hulk Abogada Hulka gira en torno a quién quiere ser de verdad Jennifer Walters. Aunque hay momentos de comedia que conectan, hace falta algo más de punch del UCM.
Desde que la serie de She-Hulk Abogada Hulka llegó a Disney Plus, la opinión del público ha estado fuertemente dividida por su particular propuesta. Hay quien no consigue conectar con su humor o la considera demasiado pasada de rosca, mientras que otras personas disfrutan mucho de su enfoque diferente dentro del UCM.
Llegados a este punto, parece que se ha establecido una dinámica en los episodios, que siempre suelen girar en torno a un juicio en particular. Esta vez, es la propia Jennifer Walters, la protagonista interpretada por Tatiana Maslany, quien debe defenderse ante la jueza.
Y es que la egocéntrica Titania (Jameela Jamil, a la que recordaréis por la estupenda The Good Place) está usando el nombre de She-Hulk para vender sus productos cosméticos. ¿Tiene derecho a eso o puede Jennifer reclamar un nombre que antes detestaba?
Esa diatriba lleva a algunas reflexiones tácitas en torno a la búsqueda de identidad. Jennifer aún no sabe hasta qué punto su identidad original debe imponerse, si debería hacerlo la de She-Hulk... o algo intermedio.
Y, aunque aceptara su transformación, ¿quiere llamarse She-Hulk? Es interesante ver cómo reacciona, seguramente como haríamos todos: puede que alguna faceta tuya no te guste, pero es TU faceta.
La trama también va girando poco a poco en torno al potencial de Hulka como superheroína. El papel de Griffin Matthews como el modisto Luke, aunque previsible, resulta muy divertido... y esto nos da pistas por fin sobre la vertiente más épica que puede dar de sí la serie.
Y, sinceramente, algo de falta hace, porque este episodio tiene, literalmente, CERO acción. Claro, parte del encanto de She-Hulk es que ofrece algo diferente, pero da la sensación de que no se está aprovechando todo el potencial del personaje.
No solo a la hora de repartir mamporros, sino también al romper la cuarta pared, algo que resulta muy llamativo y versátil en los cómics originales, pero que aquí solo "brota" de vez en cuando y de forma poco efectiva, como si se acordaran de que tienen que cumplir un cupo de miradas al público.
Está claro que estamos a mitad de camino y que se están sembrando semillas para un clímax que llegará más adelante, pero del mismo modo que pasó con series como Falcon y El Soldado de Invierno, da la sensación de que todo va demasiado paso a paso.
Hay personajes y momentos muy divertidos. Ginger Gonzaga es puro carisma como Nikki y, si os va la versión original, es muy curioso escuchar a Jameela Jamil usando un notorio acento americano, cuando ella es del mismo Hampstead, en Londres. Su vestuario también es de lo más cómico. Se nota que han pasado un buen rato en ese departamento.
Los que seáis amantes del Universo Cinematográfico Marvel también tendréis algunas pildoritas que agradeceréis, pero... ¿es suficiente? ¿O está siendo demasiado autocomplaciente la serie?
Nosotros creemos que estamos ante un cierto "efecto ecuador" en el que se está terminando de fraguar todo y, quizá por eso, esta experiencia nos ha parecido algo más "sosa", especialmente cuando hemos visto en episodios anteriores que todo puede ser mucho más rompedor.
En cualquier caso, es irremediable sentir interés por lo que vendrá a continuación, tras ver ese final de episodio. She-Hulk apenas ha rascado todo su verdoso potencial y estamos deseando ver hasta qué punto la comedia, la sátira y la acción pueden confluir con toda la fuerza Gamma en Disney Plus.
VALORACIÓN:
La serie sigue manteniendo un tono de sátira que funciona muy bien, aunque los acontecimientos dan la sensación de desaprovechar el potencial del personaje y su universo.LO MEJOR:
La dinámica de personajes como Nikki o el modisto Luke. La parodia del mundo del postureo.LO PEOR:
Que todo lo que pasa es, en el fondo, bastante irrelevante.75
Bueno
Descubre más sobre Daniel Quesada, autor/a de este artículo.
Conoce cómo trabajamos en Hobbyconsolas.