Crítica de Star Trek Discovery temporada 2 - Ya en Netflix

Star Trek:Discovery ha alcanzado el final de su temporada 2. La serie creada por Bryan Fuller y Alex Kurtzman, que se ambienta poco antes de la serie original de Star Trek de los años 60, narra un nuevo episodio en la carrera de la tripulación de la USS Discovery, la innovadora nave científica de la Federación. 

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Star Trek: Discovery temporada 2 arranca allá donde terminó la temporada 1 de la serie, con la Discovery reuniéndose con la USS Entreprise del Capitán Christopher Pike (Anson Mount). Pike se une a la tripulación de la Discovery, como capitán en funciones, debido a una serie de extrañas señales que comienzan a aparecer por todo el espacio conocido. Un fenómeno que requiere toda la atención de la Federación tras el final del conflicto con el Imperio Klingon. 

Sin embargo, sus investigaciones revelarán que las señales están íntimamente relacionadas con la ausencia del Señor Spock (Ethan Peck), el por entonces Oficial Científico de la Entreprise.  Esto llevará a Michael Burnham (Sonequa Martin-Green), su hermana adoptiva a tratar de reunirse con él tras años de alejamiento, ya que el medio vulcano parece ser la clave detrás de todas estas señales.

Con esta premisa empieza la nueva temporada 2 de Star Trek: Discovery, la cual creemos que debería ser entendida como un puente tendido y una ofrenda de paz hacia los fans que se sintieron decepcionados con el enfoque de la anterior temporada. De este modo, pasamos de la guerra Klingon, uno de los hitos de la historia de Star Trek, a una aventura Trekkie más convencional, pero no menos emocionante.

Un puente entre lo viejo y lo nuevo

Si la temporada 1 de Star Trek: Discoveryfue un proyecto experimental, virando hacia una visión más cínica y cruenta del universo de la franquicia reina de la Ciencia Ficción en la televisión, la segunda temporada de la serie es un canto de amor y una ramita de olivo, en señal de paz, hacia los fans nostálgicos que se tomaron a mal algunas libertades creativas tomadas en el anterior arco argumental 

En este sentido, la temporada 2 de Star Trek: Discovery pretende afianzar lazos de la mitología trekkie, ubicando esta serie dentro de la continuidad tradicional de la franquicia. Para ello, sitúa los eventos poco después del piloto de la serie original de Star Trek y de su primer episodio (que dio lugar a que Pike fuera el oficial original de la Enterprise antes que Kirk, recordemos). 

De este modo, la segunda temporada de Star Trek: Discovery viene a poner en contexto una serie de cuestiones acerca del carácter de Spock (magistralmente interpretado por su nuevo actor, por cierto), desarrollando esta historia en la continuidad tradicional, al margen del reboot de J.J. Abrams. De este modo, también viene a explicar y dar pistas acerca de un posible origen de los Borg, la evolución estética y cultural de los Klingon así como el motivo por el cual en época de La Nueva Generación no existe la tecnología del motor de esporas o los descubrimientos realizados por la nave científica Discovery.

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De la misma manera, también desarrolla aspectos estéticos, que los fans echaron en falta, tales como los uniformes originales de la serie o el diseño de interiores de naves, que ahora es puesto en juego. Todo ello, por cierto, cuidado hasta el más mínimo detalle y explicado con suma precisión. De hecho, no se da una puntada sin hilo en este aspecto.

Alex Kurtzman afina mucho en esta temporada 2 de la serie y trata de convencer con ella a los trekkies más gruñones y decepcionados con la anterior etapa, brindándoles fanservice de primera calidad en bandeja de plata. Caviar puro para fans de Star Trek, a modo de historia de trasfondo en retrospectiva, que no deja ni un solo vacío argumental. De hecho, sin haceros spoilers al respecto, que no os extrañe si la próxima temporada trata de ir más lejos, desarrollando la trama en época de Espacio Profundo Nueve o The Next Generation, debido a que el viaje en el tiempo es uno de los temas centrales de esta temporada. Algo sobre lo que no nos extenderemos más.

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A nivel actoral, el reparto no solo es muy digno, si no que demuestra una enorme solvencia. También hemos de decir que el mayor presupuesto se refleja en el uso de los efectos especiales, decorados, maquillaje y en la fotografía. Toda la producción es un paso adelante, destinada a ampliar los horizontes del espectáculo visual. Un ingrediente que no necesariamente va ligado a la fórmula de Star Trek, pero que en esta serie se utiliza perfectamente. 

A pesar de que, a nivel discursivo, también retoma el espíritu de exploración y de investigación, y algunas premisas de las series anteriores, creemos que, casi de seguro, el bunker de grupo de duro del fandom le encontrará pegas. Sobre todo por los elementos de retcon. Que, aunque sobradamente justificados e imbricados en la continuidad, harán poner el grito en el cielo a los fans más reaccionarios y nostálgicos.

Por otro lado, aunque también consideramos un acierto el abrupto cambio de tema, resulta una ruptura importante a nivel de eje de la serie, cambiando la guerra por una trama más ortodoxa, dentro de la ambientación de Star Trek. Como decimos, el fan medio de la serie encontrará refrescante y de agradecer este giro. Ahora bien, el neófito que se enganchara a la franquicia por la anterior temporada, quizá le resulte un cambio excesivamente radical.

Con todo, hemos de alabar Star Trek: Discovery como un proyecto que gana interés a cada temporada que avanza. ¿Que nos depara el futuro? No lo sabemos, pero el final de esta segunda temporada nos ha dejado con ganas de ver la tercera, que fue anunciada en enero de 2019.