Crítica de El sustituto, thriller de acción sobre las colonias de exmandos nazis afincados en la Costa Blanca

Hoy, además de Érase una vez en Euskadi, se estrena otra película española ambientada en los años 80 que en esta ocasión nos lleva a viajar a la Costa Blanca. Hablamos de El sustituto.

Se trata de la nueva película de Óscar Aibar (El bosque, El gran Vázquez), cuyo guión coescribe junto a María Luisa Calderón en base a una idea original que tuvo él mismo cuando descubrió una serie de cuestiones que llamaron su atención en un viaje a la región.

Estamos ante un thriller dramático basado en hechos reales que explora las colonias de exmandos nazis no solo residentes en la costa sino también protegidos por el gobierno y las instituciones de la época.

En El sustituto adoptamos el punto de vista de Andrés Expósito, un joven inspector de policía de Madrid que se traslada a Denia para ocupar una vacante en la comisaría con la esperanza de curar a su hija y, de paso, ganar algo de tranquilidad. Sin embargo, al poco de llegar se sorprende de la vigilancia que tiene que realizar, obligatoriamente, de un grupo de familias alemanas.

Investigando el caso de asesinato del inspector Boada, cuyo puesto ha ocupado Andrés, comienza a encontrar cosas extrañas relacionadas con la presencia de antiguos nazis que huyeron de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial y que viven escondidos en la Costa Blanca.

Sus pesquisas le llevarán hasta un hotel playero donde una comunidad de ancianos nazis, reclamados por muchos países por atroces crímenes contra la Humanidad, vive un retiro paradisiaco y feliz. Sin embargo, solo encontrará obstáculos para tratar de acabar con su impunidad.

El reparto de El sustituto está encabezado por Ricardo Gómez (Cuéntame cómo pasó), actor que a pesar de su juventud le echa ganas al personaje, aunque con desigual resultado. En algunos momentos parece demasiado caracterizado (casi disfrazado) para no confundir a los espectadores y que se le relacione con su papel de "Carlitos".

Sea como sea, a su personaje le falta carisma, intensidad y credibilidad: no te crees a su personaje y su familia parece de hecho una caricatura de un matrimonio condenado al fracaso.

Le acompañan Vicky Luengo (Historias para no dormir), Pere Ponce (45 revoluciones), Pol López (Historias lamentables), Joaquín Climent (Ana Tramel: El juego), Nuria Herrero (Besos al aire), Bruna Cusí (Mía y Moi), Susi Sánchez (El inocente), Guillermo Montesinos (Amalia en el otoño) y Pep Cortés (Mil cosas que haría por ti).

O, lo que es lo mismo, un plantel de lo más interesante a nivel interpretativo que vienen a arroparlo sin restarle protagonismo.

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En líneas generales El sustituto es una película mejor planteada que resuelta: varios subrayados del guión hacen que sea casi imposible no anticiparse a lo que pretende ser un final revelador y, en cualquier caso se aprecia también cierta torpeza a la hora de delimitar a los personajes, que resultan bastante planos.

Otro de los puntos débiles de la cinta es la introducción de la banda sonora: donde solo debería acompañar y crear un paisaje musical de fondo se antoja forzada y poco natural y cuando las secuencias de acción la requieren para crear ritmo, se queda coja, dejando que el espectador se distraiga y acabe fijándose en aspectos banales.

Como gran punto a su favor encontramos la ambientación, muy cuidada para recrear no solo el ecosistema de los ochenta, sino también para comprender la idiosincrasia de los personajes e incluso los escasos medios con los que cuentan para llevar a cabo sus pesquisas (genial el punto del 127 trucado).

Y hay que señalar también el esfuerzo por adscribirse con cierta fidelidad al entorno ya que Denia se ha transformado incluso gracias a los efectos digitales para ser fiel al trazado de la ciudad de la época, algo que siempre es de agradecer.

En resumidas cuentas El sustituto tiene sus puntos débiles y fuertes: es una película que divaga demasiado sin conseguir conectar la trama principal con la personal que envuelve al personaje. La dirección de actores dista de ser perfecta y comete el fallo de precipitar el final uniendo las piezas del puzle a golpes.

Eso sí, tiene la gran virtud de sacar a relucir un episodio de nuestra historia reciente que para muchos puede ser a día de hoy aún desconocido. Quizás su mayor valor es el de despertar curiosidad por ver hasta qué punto hay aspectos veraces y no solo verosímiles en esta historia basada en hechos reales.