Crítica de Vampiros contra el Bronx, los chupasangre invaden Nueva York en esta película de Netflix
Nos hemos metido de lleno en octubre de 2020. Aunque estamos en un año que no necesita aditivos para dar miedo en todas sus formas, llegar al mes donde muchos países del planeta celebran Halloween es siempre interesante. Netflix va preparando el terreno en ese aspecto con la llegada de nuevos contenidos centrados en el terror. La semana que viene llega La maldición de Bly Manor, la exitosa sucesión de La maldición de Hill House. Y esta semana, el catálogo de la plataforma nos trae Vampiros contra el Bronx, la nueva película original de Netflix.
Teniendo en cuenta el historial de Netflix a la hora de crear sus películas originales, hemos de admitir que no cogemos sin miedo la película de Vampiros contra el Bronx. Aunque también tenemos que decir que no es una película que prometa grandes alardes e innovaciones.
Pero bueno, sin más dilación vamos con nuestra crítica de Vampiros contra el Bronx. A ver si nos ha quedado sangre después de la hora y media de película.
Nadie se mete con el Bronx
Al igual que infinidad de películas que se desarrollan en Nueva York, Vampiros contra el Bronx viene a ser una especie de "panfleto promocional" centrado en el icónico barrio neoyorquino, y ojo, que no lo comentamos como algo malo necesariamente. Se ensalza la naturaleza multicultural que ha caracterizado al Bronx y la forma en que confraternizan sus vecinos. Durante el día claro, durante la noche el barrio se convierte en el territorio de caza de un grupo de vampiros.
Por poneros simplemente en la pista de la premisa de la película, Vampiros contra el Bronx presenta a un grupo de vampiros ancestrales que quieren ir adquiriendo poco a poco los edificios del Bronx para hacer del barrio su "nido". Un trío de chavales lo descubren y comienza a liarse parda. Nadie les cree, y los vampiros querrán sus cabezas para adornar sus criptas y que nadie les descubra.
En este aspecto de enfatizar el Bronx y sus calles, la película de Netflix se puede hacer un pelín pesada. Aunque tenemos que decir que es algo a lo que el cine estadounidense nos tiene tan acostumbrados que ya ni reparamos en ello.
Adolescentes contra vampiros
Huelga decir que si esperas encontrarte con una joya como Drácula de Bram Stoker o Entrevista con el vampiro, vas tremendamente en la dirección equivocada. Vampiros contra el Bronx se parecería más a Blade, pero quitándole parte de la solemnidad del personaje de Marvel y su brutalidad sin filtros y adaptándola al público adolescente. Y es que la película de Netflix tiene un claro público objetivo en este rango de edades más juvenil, al igual que otras producciones recientes como La monja guerrera o Dos balas muy perdidas.
Los protagonistas principales son tres adolescentes que representan, cada uno por separado, un problema actual (y no tan actual) al que se enfrentan los chavales de esas edades en barrios como el Bronx. Especial énfasis como suele ser habitual en el tema de las pandillas, que en España es menos notorio pero en Estados Unidos sigue siendo un problema serio en ciertas zonas.
Una sátira al género
Una vez le cogemos el pulso a Vampiros contra el Bronx, nos encontramos con un montón de sátiras al género de los vampiros. Desde ridiculizar las formas en que podemos encargarnos de uno de estos chupasangre hasta la forma de resolver problemas. No vamos a encontrarnos con una historia densa, todo lo contrario, podría decirse que la trama es más simple que el mecanismo de un chupete, pero es disfrutable si lo que se busca es un rato de desconexión. Al fin y al cabo, si quieres una dosis de realidad y miedo, solo tienes que poner las noticias.
El apartado visual no es tampoco la panacea, cumple su función y no tiene efectos visuales demasiado cantosos. Bueno, CASI no los tiene, encontraréis que hay un par de ellos que parecen sacados de un corto experimental de estudiantes. Por lo demás, los conflictos entre los personajes y en la historia principal no son nada del otro mundo, los hemos visto en tropecientas películas y series. Los personajes son funcionales, pero no destilan carisma, y los villanos tampoco entrarán en el imaginario colectivo de grandes antagonistas. Pero todos cumplen su función sin que te quieras clavar una estaca en el corazón.
Como os decimos, si no os gustan las producciones más enfocadas al público adolescente, es complicado que Vampiros contra el Bronx os vaya a interesar. Aunque si sois de los que le dan oportunidades a este tipo de productos de Netflix, es posible que no os llevéis un chasco. Pero tened claro qué es lo que vais a ver: Una película que os puede entretener, pero que no recordaréis especialmente en unos cuantos días. Un poco más de acción gamberra le habría venido muy bien. Pero dado el rango de edad de los protagonistas, probablemente no han querido tirar por ahí.
Así que ya sabéis. Si os gustan los vampiros y queréis darle una oportunidad a Vampiros contra el Bronx, coged vuestros crucifijos y unas cuantas estacas de madera y disfrutad de la película de Netflix.
VALORACIÓN:
Vampiros contra el Bronx ofrece una trama divertida para desconectar durante una hora y media. Es una película claramente enfocada al público juvenil con muchos guiños al género de los vampiros.LO MEJOR:
Es una historia entretenida llena de guiños y referencias al cine y las series de vampiros.LO PEOR:
Se trata de una producción con un público objetivo muy claro. La trama no va a impresionar a nadie en cuando a novedades.68
Aceptable
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