Desde su concepción, Studio Ghibli ha sido mundialmente conocido por regalar al mundo películas con historias fantásticas que invitan a la gente a soñar despiertos. Castillos que flotan libres entre las nubes como El castillo en el cielo, criaturas que viven en el bosque como Mi vecino Totoro, o mensajes naturalistas a saco como en La princesa Mononoke.
También nos han dejado diferentes mundos de fantasía como El viaje de Chihiro o la fábula de un cerdo aviador como en Porco Rosso. Pero existe una película de Studio Ghibli que es notablemente muy diferente a las demás tanto en su contenido, como en el trazado de sus dibujos, y hoy nos toca hablar de ella.
Si amigos, hoy en Hobby Consolas os traemos nuestra crítica de Mis vecinos los Yamada, una de las películas más peculiares de Studio Ghibli y que ya podéis ver en Netflix. Poneos cómodos que comenzamos.
No le pasa nada a tu pantalla
Hay una cosa que caracteriza notablemente a Mis vecinos los Yamada y que es sencillamente imposible no reparar en ella tan pronto comienza la película. En mayor o menor medida, las películas de anime se suelen caracterizar por su cuidado dibujo, siempre guardando las distancias entre los diferentes estilos. Los dibujantes de Studio Ghibli siempre han tenido un estilo muy pintoresco que puede verse en sus producciones, pero en Mis vecinos los Yamada no lo encontraremos por ninguna parte.
Esta película de Studio Ghibli está realizada de forma deliberada para emular las tiras cómicas en las que está basada. Mis vecinos los Yamada se apoya y basa en el manga homónimo de Ichii Hisaichi. La forma en que está dibujada la película es una forma de rendir homenaje al manga. También sirve para dar a entender que lo que vamos a ver son en realidad pequeños cortos a modo de sketches, con la familia Yamada como protagonista. Sin embargo, este estilo no enamoró en Japón, donde la película apenas recuperó los dos millones de yenes que costó producirla, y eso para una película de Studio Ghibli, dice mucho.
Bien es cierto que a nivel internacional la película si que tuvo mejor acogida.
Si llegan a ser amarillos....
Isao Takahata se embarcaba en su cuarta producción para Studio Ghibli tras haber hecho lo propio con La tumba de las luciérnagas, Recuerdos del ayer y Pompoko. Claro que el estilo de Mis vecinos los Yamada hace que se valore más el trabajo del mítico director y co-fundador de Studio Ghibli.
Mis vecinos los Yamada está filmada por partes, como si de pequeños relatos se tratase, cada uno abordando diferentes situaciones cotidianas del día a día dentro de una familia tradicional japonesa. Claro que los Yamada no son de lo más típicos, son una familia disfuncional que nos recordará inevitablemente a la familia estrella de Springfield en sus años mozos. De hecho, al estar filmada por "cortos" Mis vecinos los Yamada nos recordará a los cortos de Los Simpson de The Tracey Ullman Show.
También hay que decir que, a pesar de que la mayoría de las situaciones son cómicas, y nos arrancarán algunas sonrisas a pesar de lo previsibles de las tramas, la línea general de la película guarda un bello mensaje de amar a la familia que no podemos ni debemos obviar.
No fue el formato acertado
La realidad es que, a pesar de que Mis vecinos los Yamada es una película que entretiene, es muy probable que el formato de largometraje no ayudase mucho a la producción de Takahata. Seguramente haber segmentado la película en cada uno de los segmentos, o en alguno más incluso, y haberlo incluido en las consiguientes producciones de Studio Ghibli a modo de "cameo" habrían hecho que la familia Yamada trascendiese mucho más de lo que ha hecho.
Además, hablando del doblaje en castellano, nos hemos encontrado con algunos errores tremendamente graves a la hora de doblar y que son la pesadilla de cualquier director de doblaje que se precie. Bocas moverse sin voz que las acompañen, y que encima reciben respuestas y preguntas por parte de otros personajes que si tienen voz. Ese tipo de errores de la forma tan cantosa que se producen en Mis vecinos los Yamada no son asumibles para un estudio como Ghibli.
Es una película que cumple, pero que está muy lejos del nivel que la mayoría de personas esperarán de una producción de Studio Ghibli. Naturalmente se trata de un intento audaz de abordar un género, y es la primera película de Ghibli creada al 100% por ordenador, pero sentimos que nos falta algo cuando terminamos de ver su casi 110 minutos.
VALORACIÓN:
Una película familiar con la que Studio Ghibli quiso impresionar a base del innovador estilo del dibujo y a base de situaciones cotidianas, pero que precisamente carece de parte de la magia de Studio Ghibli y sus producciones. Además tiene algunos errores de doblaje bastante graves.LO MEJOR:
La historia es sencilla, fácil de entender y alberga un bello mensaje camuflado entre la comedia familiar.LO PEOR:
Aunque es uno de sus puntos característicos, el dibujo no acompaña a la historia. Se producen al menos dos errores graves de doblaje al castellano.67
Aceptable
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