Crítica de Viaje al paraíso, la comedia romántica con Julia Roberts y George Clooney

Puede que no haya un género cinematográfico tan fiel a su estructura y su desarrollo que la comedia romántica estadounidense. Podría decirse que vista una, vistas todas... o no, porque no todas tienen en su epicentro a LA PAREJA por excelencia: Julia Roberts y George Clooney, ni más ni menos.

La que fuera considerada durante mucho tiempo como la novia de América con un sonrisa imperturbable y el tipo que más cafeteras ha vendido en el mundo forman un tándem estupendo en una película en la que pasan buena parte del metraje como el perro y el gato... justo como los conocimos juntos por primera vez en la ficción en Ocean's Eleven.

Viaje al paraíso nos presenta a Lily y Wren, dos jóvenes que acaban de terminar sus estudios y se disponen a viajar a Bali para disfrutar de unas merecidas vacaciones tras muchos meses de esfuerzo. Allí la primera conocerá a un muchacho sencillo que se dedica a criar algas comestibles y se enamorará profundamente de él y de la forma de vida de las gentes de la isla indonesia.

Lily comenzará a plantearse si en realidad lo que desea es regresar a Estados Unidos para unirse a un bufete de abogados y finalmente decidirá quedarse en Bali y formalizar su relación con su pareja.

Aún temiendo la reacción de sus padres, les invitará a la boda... pero hay un pequeño problema: no se soportan desde que se divorciaron tiempo atrás. Sin embargo, ambos estarán de acuerdo en confabularse para arruinar el enlace y evitar que su hija tome la misma decisión, a todas luces equivocada, que tomaron ellos en el pasado.

Dirigida por Ol Parker (Mamma Mia! Una y otra vez y guionista de las dos entregas de El exótico Hotel Marigold) a partir de un guión suyo coescrito con Daniel Pipski,

Como es evidente, los personajes de George Clooney y Julia Roberts (que coinciden por quinta vez en una película) son la atracción principal, pero están rodeados de un simpático reparto completado por unas cuantas caras jóvenes a tener en cuenta: Kailtyn Dever (Súper empollonas), Lucas Bravo (Emily in Paris), Billie Lourd (Los episodios VII, VIII y IX de Star Wars) y Maxime Bouttier. 

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¿Por qué dejar lo bueno para otro momento?

Uno de los leit motiv de Viaje al paraíso y quizás lo que la separa de otras muchas propuestas parecidas es que es al final una celebración de la vida y de los buenos momentos: funciona casi como una invitación a vivir el presente y a no dejar escapar las oportunidades.

Mención especial a la producción porque, a pesar de que la película podría parecer un publirreportaje de Bali, se ha rodado en Australia y en plena pandemia de COVID-19. Según hemos podido conocer gracias a diversas entrevistas y las notas de producción, el equipo quedó aislado allí y Julia Roberts estuvo lejos de su familia mientras que Clooney había viajado con su esposa e hijos.

Esto propició que los lazos se estrecharan entre Julia Roberts y la familia Clooney que la ayudó a sobrellevar la ausencia de sus seres queridos. Todo ese buen rollo se deja ver en su interpretación: es un verdadero placer verla nadar entre delfines, emborrachándose con su ex (en la ficción, claro) e incluso encajando alguna que otra broma sobre su físico. 

En general se agradece la entrega de los dos veteranos y oscarizados actores, que no dudan en improvisar para enriquecer el guión, algo que descubrimos al final de la película gracias a las tomas falsas en las que los vemos tirarse los trastos a la cabeza de forma muy divertida.

Viaje al paraíso no va a cambiarle la vida a nadie y puede que no sea siquiera una de las películas con más pegada de la temporada, pero solo por ver a estos dos fenómenos mano a mano ya merece la pena invertir el dinero y el tiempo en ver la película. Si después los espectadores se dan un homenaje, sea el que sea, es que han pillado el concepto.