Crítica de Violet Evergarden temporada 1, ya en Netflix

A la chita callando, el catálogo de series de Netflix se está nutriendo de una cantidad impresionante de títulos notables. En ese grupo podemos incluir la primera temporada de Violet Evergarden, adaptación de un conjunto de novelas ligeras de igual nombre. Quizá os haya pasado desapercibida al navegar por los listados de la plataforma, pero bien podría convertirse en una de las series que os enganchen en este momento.

La historia gira en torno a Violet, una doncella guerrera que ha vivido casi toda su vida como un arma más, un instrumento en manos del ejército, que la ha convertido en una persona letal en combate, pero ella ha pagado el precio perdiendo, aparentemente, la capacidad de entender los sentimientos humanos y empatizar. Cuando el comandante de su escuadrón, el único que parecía entenderla, muere, él le dedica como últimas palabras un "te quiero". Ahora, la guerra he terminado y Violet, que perdió sus brazos y ha recibido unas prótesis metálicas a cambio, no tiene un propósito en la vida. Obsesionada con entender por qué el Comandante le dijo esas palabras, entra en el Cuerpo de Muñecas de Recuerdos Automáticos, una organización dedicada a trasladar los sentimientos de personas iletradas en hermosas cartas con las que puedan expresar a sus allegados lo que sienten.

Quizá este arranque amenace con tirar para atrás a los que busquéis un anime cargado de acción y adrenalina. Y no es que Violet Evergarden escatime en mostrar sangre cuando es necesario, pero desde luego no es su foco. En cualquier caso, un pequeño cambio de chip en vuestras expectativas puede haceros un favor ya que esta serie, con todas sus lágrimas y todos sus "feels", puede llegar a sorprenderos para bien.

Conoce más sobre la cultura japonesa con este libro

Para empezar, el propio personaje de Violet resulta interesante, por cómo ve el mundo de una forma más analítica. Ella esconde un gran conflicto interior, pero a la vez es capaz de replantear cómo piensan los demás. Al ser tan directa y sincera, contrasta con la gente que busca guardar las apariencias, pero a la vez anhela esa felicidad y capacidad de sentir que todo el mundo parece tener menos ella. En cierto modo, recuerda a personajes de otros mangas dramáticos como a Chise de Saikano, El arma definitiva o a la heroína de Alita: Ángel de Combate. Son chicas que en lo exterior parecen haber perdido parte de su humanidad, pero que en su búsqueda de un lugar en el mundo demuestran ser más nobles que la mayoría de sus compañeros.

La mayoría de los 13 episodios de Violet Evergarden (de 24 minutos cada uno, así que se ven cómodamente) son bastante autoconclusivos y se centran en un personaje concreto del entorno de la protagonista. Esta es una serie muy centrada en los personajes y sus sentimientos, así que los diálogos largos son habituales, además de las emociones contenidas que acaban estallando tarde o temprano. Pero también hay hueco para reflexionar sobre los horrores de la guerra o lo que hace que unas naciones se hermanen con otras. Hay disparos, hay peleas y, en definitiva, hay acción, pero solo cuando las circunstancias lo requieren. No tiene miedo de mostrar violencia dura, pero tampoco se ensaña.

Y esa es una de las grandes virtudes de este anime de Netflix: es muy, muy elegante. No solo en su forma de tratar la historia, sino también en lo visual y sonoro. Las imágenes muestran una paleta cromática llena de tonos pasteles y efectos lumínicos muy atractivos, con animaciones fluidas y una banda sonora orquestal de lo más lírica. Todo esto nos lleva a creernos más los países y la ambientación ficticia en la que se desarrolla todo (claramente inspirada en la Europa de entreguerras) y a asimilar por qué algo tan aparentemente caduco y anodino que recibir una carta podía suponer una revolución en la vida de las personas de hace un siglo... O de hace apenas un par de décadas, si nos apuráis.

Así pues, aunque a veces peca de ser demasiado "Candy Candy" en su planteamiento de melodrama y demasiado exagerado en el diseño de personajes (esa Cattleya que bien podría ser la heroína del juego de rol más loco), la temporada 1 de Violet Evergarden se corresponde con un anime definitivamente hermoso y capaz de emocionar, que se une a la lista de otras grandes series de animación de Netflix, como Devilman Crybaby o Hijos de las ballenas. A fin de cuentas, muy mal lo tiene que hacer una serie para que un protagonista con manos metálicas no mole.