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Crítica de Winchester, la historia de la casa encantada

Winchester: La casa que construyeron los espíritus
Foto del redactor Rafa DomínguezFoto del redactor Rafa Domínguez
Reseña de Winchester: La casa que construyeron los espíritus, dirigida por los hermanos Michael y Peter Spierig. Una película de terror basada en la famosa mansión Winchester y sus atormentadas historias de fantasmas. Protagonizada por Helen Mirren, Jason Clarke y Sarah Snook, entre otros. Estreno en España: 9 de marzo de 2018.

Bienvenidos a la nave del misterio, que diría el gran Iker Jiménez. Hoy, después de analizar otros casos como El Ritual o la terrorífica leyenda de Amityville: El Despertar, vamos a recordar la historia de una de las casas encantadas más terroríficas y famosas de todas aquellas que albergan un oscuro secreto entre sus paredes. Nos desplazaremos hasta San José, en California, y nos perderemos entre laberínticos pasillos, estancias imposibles y escaleras que no conducen a ninguna parte. Una casa en la que, según cuentan las leyendas, todavía hoy se pueden escuchar desde fuera los pasos y portazos del más allá. Estamos en la mansión Winchester, la casa que construyeron los espíritus.

 Los hermanos Spierig, Michael y Peter, dirigen la última adaptación a la gran pantalla de la popular mansión que otrora perteneciese a los herederos del imperio de rifles Winchester. Más allá de los fenómenos paranormales que siempre se han atribuido a sus paredes, esta colosal construcción de estilo victoriano es una de las más explotadas por los amantes del misterio y el terror, pero esta es la primera gran producción que llega a nuestros cines. Helen Mirreny Jason Clarke, sus protagonistas, nos acompañarán en una de las películas de terror más destacadas de lo que va de año. ¡Dentro crítica de Winchester: La casa que construyeron los espíritus!

La casa del terror

San José, California, principios del siglo XX. Basada en hechos reales. El doctor Eric Price (Jason Clarke), a quien nos presentan como un hombre retirado y lo suficientemente atormentado como para ser adicto a los medicamentos, recibe una suculenta oferta de dinero para volver de su descanso laboral. Los abogados que defienden una parte de las acciones del imperio de rifles Winchester desean que Price evalúe la salud mental de Sarah Winchester (Helen Mirren), heredera y accionista mayoritaria, después de que confirmase su absoluta convicción en que los fantasmas de aquellos que murieron a manos de sus armas acosen a su familia. En ella también conviven Mario Marriott y su hijo Henry, a quienes Sarah profesa un amor que la llevará a enfrentarse a las atormentadas almas que los persiguen.

Así comienza el viaje en el que los hermanos Spierig nos guiarán con una trama que recoge apuntes de aquí y de allá, de los relatos que desde los años 20 se han prodigado entre la población y que todavía circulan en nuestros días sobre uno de los focos paranormales más famosos de la historia.

Winchester

Desde los títulos de crédito, con su medida tipografía en color rojo sangre, la película nos avisa del tono de misterio que va a adoptar partiendo de una fotografía lúgubre y azulada y que, en su infínita mayoría, nos ofrecerá secuencias rodadas bajo el amparo de la noche y cuyo metraje se reducirá exclusivamente a los interiores de la mansión, que es la verdadera protagonista de la historia.

Al tratarse de una narración harto conocida para los expertos del mundillo y con cierto conocimiento para los profanos en la materia, cada espectador encontrará el interés de esta película de terror en apartados diferentes: los primeros, probablemente, buscarán un relato que aporte luz a esos misteriosos entresijos que ofrece la casa y sus huéspedes, mientras que los segundos pondrán su foco en la esencia de terror que la caracteriza. Y, sin embargo, ninguno de ellos encontrará la satisfacción esperada.

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La trama que sigue Winchester es diametralmente opuesta a la complejidad que ofrece la construcción. Tendremos una historia simple y anodina que busca ser efectista en el ejercicio del terror a través de los manidos golpes de sonido con apariciones drásticas y que resultan tan evidentes que ni siquiera son capaces de enmascarar un relato que produce una absoluta indiferencia. El personaje de Jason Clarke, el doctor Price, será la guía del espectador para comprender la realidad paranormal a la que se enfrenta Sarah Winchester, pero más allá de un primer intento de asociar las apariciones fantasmales a su abuso de los fármacos y una relativa crítica al uso de las armas que abordaremos más tarde, Winchester no ofrece ni un ápice de originalidad en su construcción.

Winchester

El desarrollo de la narración se produce a cuentagotas y rodeado de tópicos del género. El terror, el agobio y el misterio que embriagan a la mansión Winchester no llegarán como consecuencia directa de la evolución de la trama y sus creadores lo buscarán a traves de los socorridos sustos que se reducen a lo que ya habíamos visto en tráileres. Será esa imperiosa necesidad de provocar microinfartos con sonidos estridentes, tan popularizada en este tipo de películas de miedo, la que se superpondrá al crecimiento de la historia en lugar de ponerse al servicio del relato. ¿El resultado? Una suerte de pasaje del terror en la que sus víctimas serán fehacientemente conducidas al susto más predecible.

Escaleras que conducen a ninguna parte

Helen Mirren, una de las mayores damas que ha ofrecido el cine británico, protagonizando un título de terror cuya historia se vende sola. Era una oportunidad única para aprovechar el tirón mediático y ofrecer a los espectadores una segunda visión que, si bien se acaricia con la punta de los dedos en la película, se queda como una anécdota. Estamos hablando de las armas, motor y detonante de la historia que habría tenido per se una potencia inusitada en los Estados Unidos después de los atroces acontecimientos que se han producido.

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Winchester ofrece una cierta visión crítica contra las armas, dedicando gran parte del discurso del personaje de Sarah Winchester al rechazo a su mera existencia. Pero, como ya decíamos, es una idea que apenas se desarrolla y se queda flotando como también lo hicieron en su comienzo las dudas acerca de la cordura de la señora Winchester. Ambos conceptos plantean un interés que, sumado a las posibilidades de la construcción imposible de la mansión y esas puertas cerradas con clavos que nunca llegan a ofrecer nada, bien podrían haber sido los cimientos de una trama que espera más de sí misma y de sus propios espectadores.

Winchester

La mastodóntica obra que siempre se ha presentado compleja como las catacumbas de Roma no tendrá lugar en el film. Apenas un par de estancias, descritas con cierto detalle de su opulencia, y una única escalera sin terminar no son suficientes como para reflejar esa sensación laberíntica que vende y en la que incluso el doctor se paseará en apenas unos días como los arquitectos que conocen al dedillo cada recoveco. Elementos como los intercomunicadores, que terminan siendo tan innecesarios como desaprovechados, son sólo una muestra más de la deriva a la que se han lanzado sus creadores.

Conclusiones

Winchester: La casa que construyeron los espíritus se enreda en un ejercicio olvidable, una representación mínima que abusa de manidos clichés para narrar una historia que no genera ni terror ni interés. La mansión Winchester ofrecía un paraje idóneo para explotar el misterio que encierran sus paredes; la realidad paralela en la que sus huéspedes parecen vivir encerrados en un laberinto de almas errantes, tanto en vida como en muerte. Este film, por contra, prefiere dedicar sus esfuerzos en una narración que se resuelve como historia de fantasía y cuyo tratamiento de soslayo no hace justicia a la leyenda.

Cuánto peligro alberga ese "basado en hechos reales", sobre todo cuando esos hechos tienen más poder desde el desconocimiento de la realidad que con la atmósfera que sólo el cine puede recrear y que, en este caso, nunca llega.

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VALORACIÓN:

Winchester: La casa que construyeron los espíritus es una más de tantas cintas del género con terror predecible y rodada de forma rutinaria. Un retrato que desmerece las historias de uno de los puntos paranormales más interesantes y que caerá en el mismo olvido con el que ha sido recreado.

LO MEJOR:

Helen Mirren y Jason Clarke, a pesar de las pocas posibilidades escritas para sus personajes.

LO PEOR:

El abuso de los tópicos del género y la superposición de los sustos a la construcción de la trama.
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