¡Dragon Ball Super está llegando a su recta final con el Torneo del Poder! Hoy mismo se ha estrenado en Japón el episodio 126 de la serie, por lo que ya solo faltan 5 episodios (SÍ, CINCO) para contemplar el desenlace de estas nuevas aventuras de Goku y compañía. Pero antes de ponernos sentimentales, disfrutemos del análisis de esta semana, pues Vegeta se ha lucido como viene siendo habitual últimamente.
El Torneo del Poder está a escasos minutos de finalizar, pero los luchadores de la arena siguen dando el máximo de sus fuerzas. El capítulo comienza con la lucha encarnizada entre A-17 y Toppo, que acaba de convertirse en Dios de la Destrucción. El poder de este último es tan colosal que el androide del Universo 7 no puede hacer nada contra él.
De este modo, lo único a lo que se ampara es a su estrategia, por lo que aprovechando el ataque Hakai de su adversario, consigue derrumbar una montaña con una fuerte ráfaga de energía para enterrar a Toppo. ¿Habrá surtido efecto contra el dios?
Por supuesto que no. Toppo se alza entre las rocas, como si no hubiera pasado nada, y le asesta una cadena de Justice Flash tremenda al androide. ¿El resultado? A-17 está contra las cuerdas, arrodillado ante el impío Dios de la Destrucción que se prepara para realizar el golpe de gracia. Pero...
¡En ese momento, un Death Beam surge de la nada para neutralizar el ataque! En efecto, se trata de Freezer, que parece haberse recuperado de la paliza que le propinó Toppo en el episodio anterior. ¡El tirano galáctico es un hueso duro de roer!
De hecho, Freezer se motiva frente a su adversario, haciendo uso de su telequinesia. Pero segundos después comprueba que esta técnica es inútil contra Toppo, recibiendo de nuevo una buena lección a manos del dios. Freezer, una vez más, queda para el arrastre.
Tras ello, Toppo decide cambiar de objetivo ante la mirada cómplice de Jiren, focalizándose en Vegeta, que ha conseguido llevar el Super Saiyan Blue a su máximo nivel. ¿Podrá nuestro saiyan hacerle frente?
Vegeta comprueba que no está luchando contra la misma persona que en el ecuador del torneo, pues su fuerza como Dios de la Destrucción es inimaginable y le ha transformado por completo. Incluso es capaz de neutralizar un Final Flash a máxima potencia con su Hakai.
La situación es grave y el saiyan empieza a recibir una cadena de golpes tremenda, dejándole realmente perplejo. Sin embargo, Vegeta está muy curtido en este Torneo del Poder. Su batalla contra Jiren le ha convertido en un guerrero mucho más fuerte, pero no solo eso...
Su mayor fuente de poder es el orgullo, tan característico del personaje a lo largo de la obra. Gracias a ello, el saiyan es capaz de irradiar una fuerza espectacular, capaz de rivalizar contra todo un Dios de la Destrucción. Os dejamos a continuación una galería con el valiente contraataque de Vegeta:
Aparte del orgullo, nuestro saiyan también es un hombre fiel, de palabra (o si no, que se lo digan a Trunks, que cumplió la promesa de llevarle al parque de atracciones en Dragon Ball Super, décadas después de que lo dejara caer en Dragon Ball Z), por lo que la promesa que le hizo a Cabba no quedará en saco roto.
Así, aprovechando la motivación del momento, Vegeta se amparará a su último recurso: ¡La Explosión Final! Allá va la galería completa de este momento épico que consigue sacar a Toppo de la arena. ¿Quién dijo que un saiyan no podía batir a un Dios de la Destrucción? Pues bien, Vegeta ha sido el primero en conseguirlo:
Como habéis podido comprobar, estamos ante el antológico ataque con el que sacrificó su vida frente a Majin Boo. Eso sí, en esta ocasión Vegeta no pierde la vida como en el pasado, pues su fuerza y resistencia actual están muy por encima de aquella etapa, aunque queda totalmente mermado físicamente...
Y así concluye el episodio, con Vegeta completamente destrozado tras su ataque y un solo enemigo a batir, Jiren, la bestia de físico alienígena del Universo 11. ¿Quién se llevará la victoria? ¡Faltan 4 minutos para el final del torneo!
¡CURIOSIDADES!
1- El homenaje de la Explosión Final de Vegeta a Dragon Ball Z es más que evidente, pero la referencia cobra aún más sentido cuando apreciamos que la escena es muy similar a la de los 90. ¿Que no os lo creéis? Pues contemplemos ambos momentazos para salir de dudas:
2- Dragon Ball Super ha mostrado sangre saiyan y humana en algunos de sus capítulos, tal y como os mostramos en este reportaje, pero en esta última saga hemos dejado de verla. Sin embargo, en el flashback deDragon Ball Zdel día de hoy, no han tenido reparos en mostrar la sangre del cuerpo de Vegeta. La lógica brilla por su ausencia.
3- La bola paralizante de Freezer es un clásico del tirano. Se lo hizo pasar muy mal a Goku en el planeta Namek, y esta vez la ha vuelto a utilizar contra Toppo. ¡Cómo nos gustan estos guiños a la era dorada de la franquicia!
4- Freezer también utilizó en Namek la telequinesia para lanzar contra Goku un buen puñado de rocas, ¿lo recordáis? Pues hoy se ha vuelto a recuperar aquella gran escena. Este ataque también está muy presente en el juego Dragon Ball FighterZ, como veis en la captura de más abajo, emulando (y superando) perfectamente al anime.
¡Y esto ha sido todo por esta semana! Esperamos que os haya molado nuestro análisis del episodio 126 Dragon Ball Super y nosotros nos despedimos hasta la próxima entrega Z. ¡Kai, Kai!
VALORACIÓN:
Vegeta brilla con luz propia en este episodio, eliminando por completo cualquier atisbo de derrotismo con respecto al personaje. Recuperar escenas sagradas de los 90 es un arma de doble filo, pues la Explosión Final no impacta de igual manera. El episodio comienza repitiendo parte del anterior y la estrategia de A-17 no es para nada convincente.LO MEJOR:
Vegeta, espectacular en este episodio, así como en las últimas semanas. Su exhibición de valores como la fidelidad y el sacrifico. La Explosión Final.LO PEOR:
El arte del episodio es extraño en ocasiones. La repetición de parte del capítulo anterior. La estrategia pobre de A-17. La censura irracional.79
Bueno
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