Tigre y dragón La espada del destino - Crítica de la película de Netflix
Hace 16 años, Ang Lee fue muy valiente al atreverse a mostrar una película de acción oriental al público americano. Tigre y dragón era una película "dura" para muchos espectadores: tenía un ritmo lento, una gama de colores totalmente distinta a lo acostumbrado y unas secuencias de acción difíciles de entender para quien no estuviese acostumbrado al cine de Hong Kong (como los personajes que "flotan" y los movimientos de wushu con espadas flexibles).
Sin embargo, el excepcional trabajo de dirección y las interpretaciones de Chow Yun Fat, Michelle Yeoh y Zhang Ziyi, convirtieron a Tigre y Dragón en un éxito de crítica, que se llevó el Oscar a la mejor película extranjera y optó al de mejor película. Además consagró a sus actores (y también al compositor de la banda sonora Tan Dun) y le abrió las puertas a más peliculas del género wuxia, como Hero, La casa de las dagas voladoras o El reino prohibido.
Ahora Netflix se atreve a producir una secuela, que continúa directamente la historia de aquella película (ahora centrada en el personaje de Yu Shu Lien, pero que parece haber descuidado más el argumento, en favor de combates más numerosos y dinámicos. Puede que sea por el cambio de director (Yuen Wo Ping era quien se encargaba de las coreografías de artes marciales en la película anterior) o simplemente porque el público ya no está preparado para ver un drama salpicado de combates.
El caso es que Tigre y dragón la espada del destino funciona bien como una cinta de acción. Su argumento es casi infantil: una historia de buenos contra malos, en que cada uno tiene muy claro el puesto que ocupa (la heroína a punto de retirarse, su relevo más joven y rebelde, el malo, incluso aparece el alivio cómico) y los escenarios son suficientemente exóticos como para mantenernos entretenidos. Tampoco los actores desmerecen respecto a los que encontramos en la primera película -sobre todo Donnie Yen y Michelle Yeoh- pero tenemos claro qué va a ocurrir con cada uno de ellos desde que hacen su aparición en pantalla.
Tigre y Dragón La espada del destino vuelve a utilizar sistemas tradicionales para hacer combates más espectaculares (como colgar a los actores con cables) combinados con efectos digitales. Y ahí tenemos que aplaudir la labor de Netflix. La producción de la película no desmerece en absoluto de lo que vimos en la primera, aunque su estreno haya sido directamente en este canal de TV on demand. Lo mejor, los combates sobre un lago helado y el enfrentamiento final, en una pagoda.
Un último apunte para los fans de la primera cinta; aunque el tema principal "A love before time" compuesto por Tan Dun se repite como música de fondo en algunas secuencias, no forma parte de la banda sonora, de Shigeru Umebayashi, que aprovecha movimientos e instrumentos tradicionales, pero no es tan emotiva.
Tigre y Dragón La espada del destino es una cinta entretenida, realizada con oficio y que reúne a un estupendo elenco de actores del cine wuxia, pero no tiene las pretensiones de la primera película, y se queda corta en el plano argumental. Las coreografías de artes marciales funcionan bien, pero son demasiado "clásicas", es decir, que no ofrecen el nuevo enfoque del cine de acción que hemos visto desde The Raid (una de las 13 películas más violentas de la historia) o John Wick. Notable, pero incapaz de medirse con la original.
VALORACIÓN:
Una buena película de artes marciales, en la tradición del cine de Hong Kong, que no alcanza la profundidad y belleza de la primera parte. Se nota que está "simplificada" para el público occidental.LO MEJOR:
Las coreografías de combate.LO PEOR:
Historia demasiado simple y previsible.78
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