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Far Cry Primal - Análisis

Luis López Zamorano

Far Cry Primal - Análisis
El análisis de Far Cry Primal llega a HobbyConsolas.com para que descubráis qué es lo que ofrece la nueva aventura de Ubisoft para PC, PS4 y Xbox One que en esta ocasión nos trasladará hasta la mismísima Edad de Piedra.

La saga Far Cry vuelve el 23 de febrero con una nueva aventura que, esta vez sí, es exclusiva de la nueva generación de consolas y PC. Pero en vez de conformarse con desarrollar un título continuista, Ubisoft ha decidido experimentar y crear un nuevo spin-off de la franquicia para intentar darle un aire fresco y hacer que no tengamos la sensación de estar jugando a lo mismo una y otra vez. ¿Lo habrá conseguido? Para despejar las dudas, hemos jugado en profundidad a Far Cry Primal y os hemos preparado este análisis del título en el que os contaremos cuáles son sus principales características y si merece la pena perderse en su enorme mundo.

Bienvenidos a la Edad de Piedra

Lo primero que nos llamó la atención de Far Cry Primal cuando fue presentado es que supondría un cambio radical en lo que a ambientación se refiere. En esta ocasión, la acción se traslada hasta el Mesolítico con la clara intención de hacernos sentir cómo era la vida de los primeros hombres sobre la Tierra. Lógicamente, este acontecimiento repercute directamente en las mecánicas de la saga ya que en esta ocasión dejamos de lado las armas de fuego y las explosiones para afrontar los enfrentamientos con armas primitivas creadas a partir de madera, piedra y hueso, pero ya hablaremos de eso más adelante.

En Far Cry Primal hacemos un viaje atrás en el tiempo de más de 10.000 años. Así, nos ponemos en la piel de Takkar, un joven cazador de la tribu Wenja que se encuentra solo en el mundo tras sufrir un ataque por parte de un tigre dientes de sable durante una cacería de mamuts y ver cómo el resto de sus compañeros son asesinados por el animal. Comienza así un viaje de supervivencia por el gigantesco valle de Oros en el que nos toca localizar a más Wenja perdidos para que se unan a nosotros y formar un nuevo poblado en el que convivir todos en juntos y en armonía.

Pero la tarea no es nada sencilla ya que Oros está plagado de peligros. En este aspecto Ubisoft ha sabido reflejar a la perfección cómo debía ser el mundo del Mesolítico. Durante toda la aventura tenemos que hacer frente tanto a las bestias salvajes de la época como mamuts, smilodons, lobos, osos, leones de las cavernas, etc, como a otras dos tribus que pueblan el valle: Los Udam y los Izila. Estas dos tribus son las que hacen que la historia vaya ganando peso según avanzamos ya que sus líderes están dispuestos a dominar sobre el valle a toda costa.

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Por un lado está Ull, el sanguinario y violento líder de los caníbales Udam. Este personaje domina sobre su tribu con mano de hierro y está obsesionado con la aniquilación de los Wenja, algo que deja muy claro desde nuestro primer encuentro con él. Por otro, nos topamos con Batari, la sacerdotisa encargada de guiar a los Izila. Esta tribu vive rindiendo culto al fuego y tienen una clara filosofía: O te unes a ellos o mueres devorado por las llamas. Como podéis imaginar, ambos líderes están muy mal de la cabeza (especialmente Batari) y dejan momentos memorables a lo largo de la aventura. Pero como no queremos estropearos las sorpresas, no profundizaremos en la historia de Far Cry Primal.

Creando al Señor de las Bestias

Como ya hemos dicho, la base principal de Far Cry Primal es la de sobrevivir y reconstruir el pueblo Wenja. Durante toda la aventura tenemos que completar misiones en las que ayudar a miembros de nuestra tribu perdidos por todo Oros para que la población de nuestro poblado crezca. Estas misiones son de muchos tipos como defender a un grupo de exploradores de las bestias salvajes, rescatar a wenjas presos en los campamentos de los Udam y de los Izila, escoltar a miembros de nuestra tribu hasta lugares sagrados...

Pero entre todos los Wenja a los que ayudamos, hay ocho "especiales" que nos ayudan a convertirnos en el Señor de las Bestias ya que, mejorando sus chozas en el poblado (utilizando los materiales que encontramos explorando Oros) y completando sus misiones, podemos desbloquear nuevas habilidades, armas y objetos. Os vamos a hablar de cinco de ellos ya que los otros tres (Urki, Dah y Roshani) aparecen en un punto avanzado de la historia y creemos que es mejor que los descubráis por vuestra cuenta.

Tensay

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De todos los aliados de Takkar, si hay que destacar a uno por encima de los demás ese es Tensay. Se trata del chamán de los Wenja y es quién nos convierte en el auténtico Señor de las Bestias. Al tomar sus brebajes tenemos visiones especiales que nos permiten aprender a domar a casi cualquier animal salvaje de Oros (incluso nos enseña a controlar a un búho con el que podemos sobrevolar la zona para detectar enemigos y atacar por sorpresa desde el aire) y descubrir las debilidades de nuestros enemigos. Las misiones de Tensay resultan las más atractivas de Far Cry Primal ya que son las más diferentes. Durante las visiones toda la perspectiva cambia y es en ellas en las que notamos unos efectos visuales fuera de lo común con respecto al resto de la aventura.

Sayla

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Esta joven recolectora es la primera Wenja que se cruza en nuestro camino tras el ataque inicial del smilodon en Far Cry Primal. Completar sus misiones nos permite ganar habilidades de recolección de plantas y recursos que nos son indispensables para construir armas, objetos y pociones con las que seguir avanzando. Así, gracias a las habilidades a las que nos da acceso Sayla podemos ver más objetos en el minimapa, encontrar recursos raros al examinar cadáveres o bolsas, registrar cuerpos automáticamente al realizar una eliminación sigilosa... En definitiva, ayudar a Sayla nos permite convertirnos en todo un explorador y recolector experto.

Jayma

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Si queremos convertirnos en un auténtico experto en la lucha contra animales, es necesario que completemos los encargos de Jayma. Esta habilidosa cazadora nos permite desbloquear habilidades de suma importancia como la visión del cazador, que nos da la oportunidad de destacar animales, enemigos, plantas y objetos de interés en la pantalla (algo similar a la vista de águila en Assassin's Creed). Además, según completamos misiones para Jayma podemos aprender habilidades para manejar mejor el arco o para lanzar flechas dobles, por ejemplo.

Karoosh

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Si los Wenja anteriores os han parecido interesantes, no os perdáis a Karoosh. Se trata de un experto en lucha que nos ayuda a convertir nuestro cuerpo en un arma más. Así, al ayudar a Karoosh podemos aprender a realizar eliminaciones silenciosas, a matar enemigos desde puntos elevados o a manejar mejor los garrotes y las lanzas. ¡Pero aún hay más! Una vez que hemos aprendido a domar a las bestias con Tensay, Karoosh nos enseña a montar sobre las más grandes y a portar armas cuando lo hagamos. Así podemos explorar el valle de Oros a lomos de crías de mamuts, smilodons u osos y combatir a nuestros enemigos montados sobre estas fieras.

Wogah

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Este viejo y loco cascarrabias es uno de los Wenja que mejor nos ayuda durante todo Far Cry Primal. Si completamos los encargos de Wogah, éste nos enseña a crear un montón de objetos de utilidad como el gancho para escalar, el garrote a dos manos, trampas con las que acabar con los miembros de otras tribus o con animales, hondas con las que atacar a distancia con sigilo... Además, Wogah también nos permite desbloquear habilidades para crear potenciadores que nos permiten recuperar más salud, correr más rápido, ser más resistentes, etc.

Viajando por las tierras de Oros

Para completar todas las misiones que nos encargan nuestros compañeros en Far Cry Primal e ir superando las distintas fases de su historia no toca explorar a fondo el valle de Oros y librarnos de un buen número de enemigos tanto humanos como animales. En lo que a la exploración se refiere, ya hemos mencionado que Oros es un mundo muy grande y esto puede jugar en contra del título en ocasiones, especialmente durante los primeros compases de la aventura.

Intentando ser fiel a la época en la que se ambienta, en Far Cry Primal no nos queda más remedio que viajar a pie, hasta que conseguimos aprender a montar animales ya bien avanzada la trama del juego. Esto hace que el desplazamiento sea bastante lento y que tardemos mucho tiempo en llegar hasta nuestro objetivo (que normalmente está en la otra punta del mapa). Es cierto que desbloqueamos puntos de viaje rápido al conquistar campamentos enemigos y quemar las piras de los puestos de vigilancia, pero hacer uso de los viajes rápidos hace que salten pantallas de carga y corta bastante el ritmo de la aventura, haciendo que nos salgamos de contexto.

Ademas, si decidimos hacer uso de estos puntos de viaje rápido también nos podemos perder las muchas cosas que hacer por el camino ya que de vez en cuando aparecen eventos especiales en el mapa (pequeñas misiones en las que ayudar a más miembros de la tribu Wenja). Del mismo modo, al no caminar por los bosques y las montañas de Oros, perdemos la oportunidad de encontrar coleccionables y de recolectar las pieles, plantas, rocas y demás materiales que nos hacen falta para crear nuestras armas y objetos, por lo que al final, lo más normal es que optemos por ir casi siempre andando de un lado a otro con lo que ello conlleva.

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Cazar o ser cazado

Una vez que llegamos a nuestro destino, nos toca afrontar las distintas misiones. En esta ocasión, Ubisoft ha querido dar más protagonismo al sigilo que en otras entregas de Far Cry. Un movimiento lógico teniendo en cuenta que ahora nuestro arsenal se reduce a garrotes, lanzas, arcos, hondas... Esto lleva automáticamente a que la acción de Primal es mucho más pausada ya que pasamos mucho más tiempo ocultos entre las plantas estudiando el terreno. Pero esto no tiene que ser un punto negativo.

Gracias a las habilidades del Señor de las Bestias, los combates tienen un factor estratégico bastante pronunciado. No tardamos mucho en darnos cuenta de que lo ideal antes de entrar a un enfrentamiento masivo es hacer uso del búho como primera opción. Esto da la posibilidad de observar la posición de todos los enemigos desde las alturas y, una vez desarrolladas las habilidades necesarias, atacar por sorpresa con el ave o lanzar “bombas” creadas con colmenas de abejas o veneno para sembrar el caos entre nuestros enemigos.

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De vuelta a tierra, si no queremos seguir eliminando enemigos silenciosamente (hay eliminaciones muy chulas, especialmente las nocturnas con los rivales dormidos), el enfrentamiento más directo gana protagonismo. Ahora podemos enviar al animal que nos acompañe en ese momento a la posición de cualquiera de nuestros enemigos para que acabe con él mientras nosotros vamos a por otro objetivo. Aunque claro, siempre tenemos libertad para superar los enfrentamientos como queramos, pero esta ha resultado ser la opción más eficaz y variada. Eso sí, no esperéis que, aún yendo “a machete” la acción sea frenética, no lo será.

Cuando optamos por encarar a los enemigos y luchar cuerpo a cuerpo contra ellos, notamos que hay algunos fallos que pueden resultar pesados. Las animaciones al recibir golpes no están demasiado cuidadas, al final todos los humanos se mueven de la misma manera, y la vista en primera persona tampoco ayuda a acertar con los golpes a la primera (en más de una ocasión nos hemos visto dando garrotazos al aire mientras dábamos vueltas alrededor de un enemigo). En definitiva, Far Cry Primal no está pensado para elegir un plan de acción directa, aunque en alguna ocasión es necesario.

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El lado más primitimo

Explicado todo esto, toca profundizar en el aspecto técnico de Far Cry Primal. Parece que es aquí donde realmente ha echado el resto Ubisoft. Con este título os podéis olvidar del siempre polémico downgrade de la compañía. Y es que si en nuestro último avance de Far Cry Primal os contamos que la compañía había conseguido superar casi todos los errores gráficos que notamos la primera vez que jugamos, ahora se han superado con la versión final.

Los reflejos del agua, que es donde sufría más el título, están muy cuidados (dan ganas de darse un bañito siempre, si no fuera por las temibles bestias que nadan en sus aguas entre cocodrilos y pirañas primitivas). Además, los efectos de luz siguen brillando a gran nivel. El ciclo día-noche dejan imágenes grabadas en la retina (especialmente si nos pilla en un punto elevado con una gran panorámica). Podemos ver el reflejo de la luz en los ojos de los animales por la noche, cuando aparecen los mayores depredadores, y en cuevas oscuras.

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Además, si antes destacábamos las animaciones del cuerpo humano como algo negativo, debemos aclarar que con las animales pasa todo lo contrario. Es una gozada para la vista ver cómo dos bestias como pueden ser un dientes de sable y un oso se enfrentan. Se puede ver la reacción de sus músculos y el pelaje se mueve con mucha soltura. Por desgracia, eso es algo que no está tan cuidado cuando es Takkar quien interactúa con sus mascotas.

Y si el aspecto visual está muy cuidado, ¡el sonoro lo está aún más! La banda sonora está compuesta por sonidos tribales y no es nada invasiva. Cada nota está perfectamente encajada dentro del contexto de Far Cry Primal y es capaz de meternos de lleno la adrenalina en el cuerpo cuando es necesario. También ayuda a sentirse dentro de Oros el sonido ambiente ya que según la zona en la que nos encontremos del valle podemos escuchar de fondo los sonidos característicos de los animales que la pueblas (algo que ayuda en ocasiones a defenderse ante posibles ataques).

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Pero si hay que destacar algo en el aspecto sonoro son las voces. Y no lo decimos porque Ubisoft haya contratado a actores de renombre para doblar a los personajes, no es el caso, sino porque la compañía ha realizado una gran labor de investigación para recrear el idioma de los primeros hombres. Como ya hemos destacado en otras ocasiones en las que os hemos hablado de Far Cry Primal, los habitantes de Oros hablan el protoindoeuropeo, un idioma extinto hace más de 10.000 años. Para crear este lenguaje, Ubisoft ha contado con la colaboración de expertos en lenguas muertas y el resultado es espectacular.

Vale que el uso de esta lengua nos obliga a leer subtítulos durante toda la aventura, pero creednos, no pesa en absoluto. El protoindoeuropeo es un idioma que se habla lento y da tiempo más que de sobra a leer los subtítulos y seguir mirando la acción en la pantalla mientras los personajes hablan. Por tanto, los subtítulos no obligan a apartar la vista del centro de la imagen durante mucho tiempo y no desconcentran en ningún momento. En definitiva, el lenguaje primitivo hace que nos sintamos aún más dentro de Oros y resulta todo un acierto.

Conclusión

Ubisoft ha arriesgado mucho con Far Cry Primal al llevar la acción hasta el Mesolítico. La ausencia de armas de fuego y de grandes explosiones puede tirar para atrás a los fans de la saga, pero este spin-off ahonda en otros aspectos que son dignos de probar. El poder domar a la gran mayoría de las bestias que pueblan Oros (aunque el sistema de doma resulte algo simple) y el apartado técnico (sin ser lo mejor que hemos visto en esta generación) ya hacen que Far Cry Primal sea un juego digno.

Por supuesto, hay factores que juegan en su contra, como que su historia (bastante más larga de lo que imaginábamos, unas 13 horas de campaña principal pero con muchas misiones secundarias y coleccionables que conseguir) no resulta tan atractiva como la de las entregas principales o que puede hacerse tedioso en ocasiones por su lento sistema de exploración o por las pantallas de carga al usar el viaje rápido. Pero por lo general, aunque Far Cry Primal no sea la mejor obra de Ubisoft, el sabor de boca que deja al final es bastante dulce. Si sois fans de la saga o estáis buscando una aventura de acción con una ambientación diferente y un ritmo más pausado, os gustará. Eso sí, al no contar con ninguna opción multijugador y no tener una historia que invite demasiado a volver a ser jugada, habría que plantearse si merece la pena hacerse con él al precio de salida o no, eso ya depende de cada uno.

VALORACIÓN:

El cambio le ha sentado muy bien a la saga. Domar a las bestias y luchar junto a ellas es una pasada, pero juega en su contra que su sistema puede hacerse repetitivo. Un título pensado para fans de la saga que busquen un cambio en la ambientación.

LO MEJOR:

Ser el auténtico Señor de las Bestias, su ambientación y el apartado sonoro.

LO PEOR:

Puede resultar repetitivo y lento. No tiene ninguna opción multijugador.

Plataformas:

PC,

PS4,

Xbox One

Versión comentada: PS4

Hobby

83

Muy bueno

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