A lo largo de nuestra partida a Sekiro Shadows Die Twice nos vamos a encontrar con diferentes generales samurai que actúan como jefes intermedios. Derrotar a los generales de Sekiro nos brindará importantes recompensas, y se comportan como jefes finales, es decir que no reaparecen una vez que los hayamos eliminado. Después de hacer frente al ogro encadenado, en los alrededores de Ashina, en la escalera, pasamos a un pequeño patio, muy vigilado. Antes de luchar contra el general Yamauchi, lo más recomendable es que limpiemos la zona de enemigos pequeños.
Los más peligrosos son dos arcabuceros (que os pueden atacar a distancia) y un centinela que aparece por primera vez en Sekiro y que da la alarma con un gong, avisando al resto de soldados de la zona. Acabad con ellos tres, y después hacedle frente a otro par de espadachines. Con ayuda del brazo prostético -utilizando el garfio- nos subimos a un tejado y esperamos a que baje el nivel de alerta del general, que retomará su posición en el centro del patio.
Basta con acercarnos por la espalda, agachados, para asestarle un golpe mortal shinobi que acabará con su primera barra de vida "de un plumazo". A partir de ese momento, ya no tiene sentido hutir ni esconderse, porque el jefe no vuelve a despistarse; hay que quitarle la segunda barra de vida en combate. Lo más sencillo es aplicar la técnica básica: es decir detener los ataques en el momento justo y contraatacar. A estas alturas, ya debíamos dominar la técnica mikiri, así que cuando su ataque esté precedido de un kanji -un ideograma japonés- de color rojo, podemos pisar su espada y asestar un golpe letal.
Si nos mantenemos con la guardia alta, el ritmo y la fuerza de sus ataques terminarán por dejarnos indefensos, y no tardaremos en caer a sus pies, abatidos de un espadazo, así que ni lo intentéis.
Si queréis más trucos y guías de Sekiro Shadows Die Twice, aquí os indicamos cómo derrotar al primer jefe, el ogro encadenado. También podéis leer cómo llegar a la hacienda Hirata.
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