¿Hay películas de terror españolas que merezcan la pena? Muchas. Pero ¿del siglo pasado, del olvidado y analógico siglo XX? Por supuesto que sí.
Las películas de terror son uno de los grandes clásicos del cine. ¿Quién no ha disfrutado sentado en una butaca, con todas las luces de la sala apagadas, siendo atrapado por una trama donde un asesino en serie o un monstruo sesga las vidas de los protagonistas y te da más de un susto que te hace levantarte del asiento?
Casi podemos oler las palomitas caídas al suelo, víctimas de la tensión, o ese dulce sabor de la Coca-Cola pegado a los labios, junto al miedo. Eso es lo que consiguen los grandes clásicos del terror en las salas de cine, pero nuestra producción patria no se queda atrás. A fin de cuentas, tenemos tantas virtudes como defectos, igual que todos los países.
Hay películas de terror españolas que son auténticas maravillas. De hecho, en los últimos años hemos sido partícipes de una nueva ola de horror cinematográfico de regusto castizo. Sin embargo, no estamos aquí para evocar los grandes estrenos recientes, sino para coger un oscuro DeLorean y aventurarnos en un siglo olvidado.
Porque sí, hay películas de terror españolas del siglo XX que siguen dando mucho miedo. Quizás las hayas visto, o quizás no. Puede que incluso ni siquiera te suenen. Para eso estamos hoy aquí, para hacer que revisites el siglo analógico, el primer siglo del cine, y descubres clásicos del horror patrio que no deben caer en el ostracismo.
Aquí van las 5 películas de terror españolas del siglo XX que debes ver y descubrir:
El día de la bestia (1995)
Dirigida y escrita por Álex de la Iglesia, y protagonizada por Álex Angulo, Santiago Segura y Terele Pávez, entre muchos otros, El día de la bestia es uno de los grandes clásicos de terror de nuestro cine español. Muchos dirían que combina también la comedia y la acción, incluso que podría ser catalogado como una película navideña.
Sea como sea, la historia de ese sacerdote que cree haber descifrado el secreto del Apocalipsis según San Juan y que viaja hasta Madrid en la Navidad de 1995 ha pasado a la historia. Su tándem con José María, un fanático del ‘death metal’, es tan inesperado como insólito, tan divertido como funcional, tan imprescindible como icónico.
La película de Álex de la Iglesia no solo llevó a su cineasta a lo más alto de la industria cinematográfica española, sino que obtuvo seis estatuillas en los Premios Goya de aquel año de mediados de la década noventera. Desde luego, con el tiempo, se ha convertido en una cinta de culto con todas las de la ley.
Abre los ojos (1997)
Dirigida y escrita por Alejandro Amenábar, y protagonizada por Eduardo Noriega, Penélope Cruz, Fele Martínez y Najwa Nimri, entre muchos otros, Abre los ojos podría ser considerado como drama psicológico, pero tiene fragmentos de verdadero terror y una atmósfera que se acerca ostensiblemente a la infravalorada Tesis (1996).
Cuenta la historia de un joven triunfador llamado César. Este tipo ha heredado una enorme fortuna y está viviendo una vida de ensueño. Sin embargo, no pienso en nadie más que en él mismo ni en las consecuencias que tienen sus malos actos, las pésimas decisiones motivadas por el ego y el precio que se paga por un hedonismo incontrolable.
Una noche conoce a Sofía y se enamora irrevocablemente de ella. Pero su ex novia, Nuria, siente tantos celos y sigue sintiendo tanto amor por César que trata de suicidarse conduciendo… ¡Con César dentro del coche! El muchacho despierta en un hospital, pero descubre que su rostro ha sido desfigurado por completo y es un monstruo.
La cabina (1972)
Dirigida y escrita por Antonio Mercero, y protagonizada por José Luis López Vázquez y Agustín González, La cabina es una de las películas de terror españolas más recordadas de todos los tiempos. A día de hoy, sigue sorprendiendo el horror surrealista que evoca esta producción televisiva de RTVE que ha sido descrita por muchos como un “mediometraje”.
En apenas treinta y cinco minutos de duración, La cabina narra la angustiosa experiencia de un hombre que se queda atrapado en una de esas antiguas cabinas telefónicas que se han ido perdiendo progresivamente con el paso del tiempo. Lo curioso no es solo la premisa, sino la forma en que esta se despliega de una forma tan inteligente y pragmática.
Al principio, todo parece una divertida anécdota que se solucionará rápidamente. Seguramente, el hombre podrá contarlo en el bar, con unas cervezas, y sus amigos reirán la experiencia y brindarán por ello. Sin embargo, el terror se apodera de la situación y la angustia alcanza límites inimaginables. Te dejará sin aliento, pese a su duración.
El espíritu de la colmena (1973)
Dirigida y escrita por Víctor Erice, y protagonizada por Fernando Fernán Gómez y Ana Torrent entre muchos otros, El espíritu de la colmena es un drama de la posguerra española que se fundamenta en el monstruoso clásico de Frankenstein para desarrollar una de las películas más imprescindibles de toda la historia del cine español.
Estamos delante de una cinta extraña dentro de esta lista, pues seguramente el retrato social, la inocencia de la infancia y la exposición de la vida rural de la época sean elementos narrativos mucho más poderosos que el terror. Sin embargo, la combinación de elementos de misterio, miedo e imaginación sostienen el motor y el corazón de la cinta.
Pero, sin lugar a dudas, uno de los mayores baluartes de El espíritu de la colmena es la sordidez atmosférica que logra capturar Víctor Erice. El cineasta tiene un reparto a la altura, sí; pero su coctelera de pobreza y el poder de la imaginación de los niños logran hacer que esta fábula no solo tenga moraleja, sino que también sea sobrecogedora.
Arrebato (1979)
Dirigida y escrita por Iván Zulueta, y protagonizada por Eusebio Poncela, Cecilia Roth y Marta Fernández-Muro, entre muchos otros, Arrebato está considerada como una de las mejores películas de todos los tiempos. Y no es para menos, si tenemos en cuenta que esta cinta, considerada como “cine experimental”, tiene tantas lecturas como drogas.
Sí, estamos delante de un thriller dramático donde las drogas ocupan un lugar predominante. Pero, precisamente, es esa adicción a las sustancias psicotrópicas y esa necesidad del hombre de suprimir su propia voluntad y conciencia para no hacerse cargo de los problemas o huir de la realidad lo que resulta verdaderamente aterrador.
Arrebato cuenta la historia de un director de serie B que está pasando el peor momento de su vida. Autodestrucción, ansiedad, drogas, depresión. Sin embargo, un antiguo conocido llamado Pedro sacaré a José Sirgado, el protagonista, de esa oscura e inquietante espiral y lo llevará a vivir el mayor viaje de su vida.
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