Logo Hobbyconsolas.com

Condenan a 6 años de prisión a un streamer ruso por la muerte de su novia en directo

Stanislav Reshetnyak

El youtuber Stanislav Reshetnyak fue condenado a seis años de prisión por homicidio involuntario tras la muerte de su novia, emitida en directo como parte de una "tendencia".

Valentina Grigoryeva murió a los 28 años el pasado diciembre de 2020, a consecuencia de los maltratos que recibió de su novio, Stanislav Reshetnyak, durante una emisión en directo. Todo formaba parte de una tendencia conocida como "trash streaming" y de la que ha habido más casos, en la que los espectadores dan donaciones a cambio de que el streamer realice actos crueles y salvajes (cuyas víctimas suelen ser mujeres). 

Reshetnyak encerró a Grigoryeva en el balcón, a temperaturas gélidas y en ropa interior durante horas, a cambio de una donación de 1.000 dólares. Cuando introdujo su cuerpo inerte en casa, ella ya estaba muerta, y Reshetnyak intentó desesperado reanimarla. Fue uno de los espectadores quien llamó a una ambulancia, y los médicos certificaron su muerte. Todo ello emitido en directo hasta la llegada de la policía.

Valentina Grigoryeva

Según la autopsia, Grigoryeva murió por heridas en la cabeza. Encontraron también una hemorragia cerebral y múltiples heridas y hematomas por su cuerpo. En anteriores emisiones en directo de Reshetnyak, este ya maltrató en directo a la joven rociándole la cara con gas pimienta, sentándose en su cara (por 22 euros) o haciéndole comer basura (por 33 euros).

Según informan varios medios locales, el youtuber de 30 años ha sido condenado a seis años de prisión por homicidio involuntario. El caso provocó revulsión en Rusia y las autoridades reforzaron la respuesta legal contra los casos de trash-streaming. No es el primer caso conocido de agresiones grabadas en directo, particularmente contra mujeres golpeadas y forzadas sexualmente. 

Sin embargo, según informa El País, no hay ninguna ley contra la violencia de género en Rusia, y la violencia doméstica se despenalizó reduciendo las penas. Esto provocó que se redujeran también las denuncias, al mismo tiempo que aumenta la criminalización de las víctimas en los medios, incluyendo en el caso de Valentina Grigoryeva, cuestionando la vida personal de la víctima antes que las señales de maltrato que se veían en sus vídeos, emitidos en directo a miles de espectadores.

Fuente: El País, The Philippone Star, Moscow Times

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Hobbyconsolas.