Mientras Dragon's Dogma se aproxima
a nuestras consolas, sus desarrolladores intentan darnos una idea
precisa de todo lo que contiene el nuevo título de Capcom. Uno que mezcla géneros
con bastante desparpajo y que nos lleva a un mundo poblado por
criaturas mitológicas. Unas a las que reconocemos a primera
vista, pero que son una mezcla bastante curiosa, con esa libertad
que sólo un equipo japonés parece capaz de darnos.
Ahora que ya hemos escalado muros, luchado a lomos de un grifo o
explorado dungeons, Dragon's Dogma se ha convertido en todo
lo familiar que podía ser. Es decir, tendremos el mundo más amplio
que Capcom ha ofrecido jamás. Así lo confirman sus
creadores. En él, nos encontraremos con cientos de personajes no
jugadores. Algunos nos ofrecerán misiones secundarias y otros serán
clave para seguir una historia de la que aún tenemos pocos datos,
salvo que nuestro héroe busca al dragón que le arrancó su
corazón.
Las opciones de personalización están cerca de las de los juegos de
rol occidentales. Rostros, complexión, sexo, estatura, estilo de
ropajes... parece que podremos crear un personaje a nuestro
gusto y recorrer el mundo con él. Tampoco faltan un árbol de
habilidades que completar y las clases. Sin embargo, se ha tratado
de dar importancia a aspectos que en otros juegos pasan
inadvertidos. Por ejemplo, para acceder a ciertos lugares no
bastará con ser ágiles, sino que nuestro tamaño será un obstáculo.
Podremos usar trucos, como disfrazarnos del sexo contrario y pasar
por zonas restringidas, pero todo esto lo tendremos que descubrir
por cuenta propia. Aunque seleccionemos un tipo de protagonista,
parece que más tarde no tendremos que arrepentirnos de nuestra
elección, como nos pasa con otros juegos.
En cuanto a las mecánicas y el control, se ha optado por la
lucha en tercera persona y una mezcla de armas a corta y
larga distancia. El acero y la magia están bien representados.
Podremos forjar armas y mejorarlas, como era de esperar. Pero los
combates no se limitarán a dejarnos los dedos mientras nos
revolcamos por el suelo para esquivar los ataques. También nos
subiremos a lomos de los enemigos más grandes y viviremos momentos
intensos. Todo con la ayuda de varios personajes que controla la
máquina. Sin embargo, esta cooperación se acaba ahí, ya que no
se incluyen modos multijugador.
Del apartado online hemos visto una especie de limbo en el que se
puede acceder a millones de compañeros de aventuras. Estos los
podemos crear a nuestro gusto, desarrollarlos y compartirlos en
Xbox LIVE o PSN. Las combinaciones de aspecto y poderes dan
para ese número tan amplio, aunque desde Capcom nos han confirmado
que Dragon´s Dogma tendrá un sistema de filtros y
selecciones con los mejores de la semana.
Por lo que hemos jugado, nos encontramos con un título que nos
permite imitar a Ezio Auditore, con muros que escalar y unas
animaciones superiores a las de otros juegos de rol que han sufrido
al pasar de primera a tercera persona. Los combates son intensos,
con mucho mimo a la hora de darnos batallas que duran, pero tienen
una doble recompensa: la del premio y el orgullo de acabar con cada
bestia única. Tampoco faltan cientos de misiones e historias que
nos cuentan los pobladores, representados con una mezcla de alta
fantasía medieval y mitolodía griega. En general, parece que
Dragon's Dogma apunta alto y puede convertirse, con el
tiempo, en una saga rolera a tener en cuenta.