No se puede decir que el público se enamorase de Madame Web, ni siquiera cuando Sony Pictures estrenó la película el Día de San Valentín. Tres semanas ha tardado en superar la recaudación local de taquilla del peor estreno del Universo Spider-Man de Sony, Morbius.

La película de Jared Leto recaudó 39 millones en su primer fin de semana en los cines estadounidenses, pero Madame Web acaba de superar esa recaudación, don dos semanas de retraso, con 40,4 millones de dólares en la taquilla doméstica acumulados desde el 14 de febrero.

La comparativa con Morbius está siendo una tónica para constatar lo mal recibida que ha sido Madame Web en cines, a pesar de contar con rostros populares como Dakota Johnson, Sydney Sweeney, Celeste O'Connor e Isabela Merced.

Sigue siendo la película menos taquillera del Universo Spider-Man de Sony, con solo 91 millones de dólares recaudados a nivel global. Si tenemos en cuenta que su presupuesto de producción estimado es de 80 millones, a los que hay que sumar los costes de producción, a Madame Web le falta muchísimo para llegar a ser mínimamente rentable, y no parece que vaya a ser el caso.

El desastre de Madame Web

También es la película de Marvel con peor recaudación desde que el cine de superhéroes despuntó en popularidad con el Universo Cinematográfico de Marvel. De hecho, ni siquiera ha alcanzado el mal fin de semana de estreno de The Marvels.

La película del UCM, estrenada en noviembre, tuvo un rendimiento horrible en taquilla que ya arrancó mal con solo 46,1 millones de dólares en la taquilla estadounidense en su primer fin de semana, pero Madame Web ni siquiera ha alcanzado esa cifra después de tres semanas en la cartelera.

Cierto es que el cine de superhéroes no atraviesa su mejor momento, algo de lo que espera escapar Deadpool y Lobezno este verano. Sony, por su parte, tiene en ciernes el estreno de Kraven el Cazador y Venom 3 dentro de su Universo de Spider-Man.

El hecho de que Madame Web ya haya puesto rumbo a los servicios de alquiler de Amazon en menos de un mes es la prueba definitiva de que hay pocas esperanzas de que la película de Dakota Johnson remonte en taquilla.