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Crítica de Morbius, un vampiro de Marvel con poca mordida

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Morbius

La nueva película de superhéroes de Sony convierte a Jared Leto en uno de los mayores villanos de Spider-man, pero... ¿Aquí es algo más? Vamos con nuestra crítica de una de las películas que más tumbos ha dado en la "era COVID de los cines".

El cine de superhéroes se ha convertido en una gigantesca amalgama, que normalmente nos hace muy felices en los cines, pero que cada vez parece más difícil de controlar. Esa constante transformación viene que ni pintada para Morbius, la nueva película de Sony Pictures.

Se basa en el personaje de Michael Morbius, uno de los villanos más clásicos del universo Spider-man, por lo que la apuesta era atractiva cuando, hace un par de años, se aproximaba su estreno. Pero, como ya sabemos, estalló la crisis del coronavirus y... Bueno, aquí estamos, en 2022, viendo llegar la película a los cines.

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Esta figura es bastante peculiar, ya que imagina cómo sería la Capitana Marvel si fuera dominada por el simbionte, algo que aún no hemos visto en el cine, aunque sí en cómics.

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Las primeras críticas de la película no son muy positivas, que digamos (en el momento de escribir estas líneas, tiene una media de 37 sobre 100 en el agregador Metacritic), pero... ¿la película es tan floja? ¿Y se debe a los retrasos o hay más factores? Vamos mordisco a mordisco:

De la dirección de la película Morbius se encarga Daniel Espinosa, un señor muy majete con el que da gusto hablar de cine (como pudimos comprobar al entrevistarlo), pero que no acumula un currículum especialmente brillante. Su última película, Life, era una historia de terror muy justita.

En el reparto encontramos nombres de primerísimo nivel, sobre todo en el papel protagonista de Morbius, que está en manos de Jared Leto (La casa Gucci), uno de los actores con más proyección de la actualidad. En ese sentido, solo podemos expresar alabanzas.

Leto se entrega por completo a un papel que, como él cuenta en esta entrevista que mantuvimos con él, en realidad es un rol múltiple: ha de interpretar a un Michael Morbius desgarbado y atacado por una terrible enfermedad, pero también al superser en el que se transforma, ya sea en su versión más humana o en la más monstruosa.

Y es un concepto tan interesante como siempre, pues se trata de mezclar el concepto clásico del vampiro con el de los superhéroes. Jared Leto firma una actuación muy convincente e intensa por momentos... Siempre que el guion se lo permite, claro.

A su lado tenemos a Matt Smith (Doctor Who), otro gran actor que interpreta a Milo, el amigo de la infancia de Michael, que tiene su misma enfermedad... Pero tiene una idea muy diferente sobre cómo aprovechar el "super suero" que desata la acción.

Otros personajes completan el elenco: Martine (Adria Arjona, Pacific Rim: Insurrección), la compañera de laboratorio y, quizá de algo más, de Michael y... un momento, ¿no se suponía que aquí salía de nuevo Michael Keaton como el Buitre? Salía en los tráilers de la película, ¿no?

Bueno, eso nos lleva al principal problema de esta película de superhéroes: un guion que, claramente, se ha reescrito una y otra vez (Smith reconoció en alguna entrevista no entender su propio personaje) para intentar capear el temporal.

El estreno de Spider-man No Way Home (que, originalmente, debería haber llegado DESPUÉS que esta película), ha forzado a recolocar elementos narrativos y aspectos estéticos.

Al margen de eso, quién sabe qué factores más habrán influido a la hora de fraguar la versión final de la película, pero esta claro que, una vez acaba, tenemos la sensación de que hemos visto una historia de orígenes que llega tarde.

No nos referimos solo a que sea tardía respecto a los acontecimientos del Universo Cinematográfico Marvel, sino que esta forma de contar las historias de "nacimiento" de un personaje impactaba, literalmente, hace 15 ó 20 años, pero ya está muy quemada.

De alguna manera, y a pesar de que la película dura 1h y 44 minutos, sentimos que el nacimiento y gestión de los poderes y el inevitable duelo con el enemigo están atropellados, como si hubieran cortado por aquí y por allá y se hubiera quedado una construcción demasiado esquelética.

Jared Leto en Morbius

A este respecto, es muy interesante compararla con la primera película de Venom, con la que comparte universo. Como recordaréis, esa película tampoco era especialmente brillante, pero sus responsables hicieron algo muy inteligente: darse cuenta de sus limitaciones y reírse de ellas para concebir algo pretendidamente loco.

El problema de Morbius, en cambio, es que parece tomarse demasiado en serio. El tono es terrorífico al principio y épico en su segunda mitad, pero no parecemos contagiarnos de ello durante la trama. Es como si el conjunto pretendiera contarnos algo muy relevante, pero nos faltan "conexiones" para hacernos sentir así.

Morbius

Es de justicia decir que ofrece momentos muy llamativos en lo estético. Aunque abusa de los ralentizados en los ataques más espectaculares, es cierto que esos planos están cuidados y nos ayudan a entender la fiereza de los movimientos de estos personajes.

El director nos comentó que videojuegos como Infamous o Prototype han influido en la estética y eso es algo que se nota: la estela que deja Morbius al desplazarse, la senda de destrucción de los combates... Eso da pie a un colorido y un espectáculo que quizá no hubiéramos esperado, pero que se agradece y ayuda a mantener el interés.

En conjunto, como espectadores no llegamos a aburrirnos, porque desde luego, el ritmo es rápido. Atropellado, sí, pero al menos no se detiene con minucias. 

Pero todo parece demasiado predefinido, sin personalidad en el guion, como buscando alcanzar el "mínimo necesario" para cumplir con el expediente y lanzar la película de una vez.

Morbius

Sony Pictures

Quizá las dos escenas postcréditos sean la mejor muestra del accidentado nacimiento de Morbius. Son relevantes, cruciales incluso, pero tienen toda la pinta de haber sido víctimas de un "corta-pega" y que originalmente iban en medio de una película mucho más compleja y amplia.

Reconocemos que, después de tanto retraso, nos esperábamos un descarrilamiento total de película y el resultado es... simplemente genérico, con algún destello de algo que podría haber sido más brillante. Aún así, está claro que le falta una transfusión de "punch"...

VALORACIÓN:

Podía haber sido una gran película en origen, pero también podría haberse convertido en un desastre absoluto. El resultado final es simplemente genérico y bastante olvidable, pero vale para pasar el rato.

LO MEJOR:

La interpretación de Leto, tan entregada como siempre. Algunos momentos visuales son muy potentes.

LO PEOR:

El guion parece atropellado e incluso incompleto en algunos momentos, lo que lastra mucho la experiencia.
Hobby

61

Aceptable

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