Samuel L. Jackson “amenazó” a Quentin Tarantino para conseguir su papel en Pulp Fiction

Todos sabemos del éxito que ha ido cosechando Quentin Tarantino con el estreno de cada una de sus películas, básicamente porque pone en liza una narrativa perfecta para cada uno de los personajes.

Parte del éxito de las películas de Quentin Tarantino, es que sabe elegir muy bien a sus actores y actrices para que interpreten dichos papeles que tiene en mente para la narrativa.

Y para la película de Pulp Fiction, estuvimos a punto de no ver a Samuel L. Jackson en uno de los papeles protagonistas, dado que no fue la primera opción de Quentin Tarantino para el papel de Jules Winnfield.

De hecho, Quentin Tarantino tenía en la primera opción a Laurence Fishburne, la estrella que conocerás de Matrix, pero curiosamente Fishburne rechazó el papel por distintas cuestiones relacionadas con la narrativa.

Quentin Tarantino tenía otras opciones en la cabeza, y una de ellas era Samuel L. Jackson, pero tampoco era la única.

Así fue la extravagante audición de Samuel L. Jackson

Aparentemente, cuando llegó a la audición para el papel de Jules Winnfield, uno de los productores le confundió con Laurence Fishburne lo que, evidentemente, le enfadó bastante.

Esto hizo que Samuel L. Jackson se tomara ciertas libertades a la hora de realizar la audición para el personaje de Jules Winnfield, y tuvo una gran idea en presentarse con una hamburguesa y una bebida en la mano algo que, evidentemente, causó cierta extrañeza a toda la producción.

Según como explica Richard N. Gladstein, quien estuvo durante este proceso de audición: “Entra Sam con una hamburguesa en la mano y una bebida en la otra y apestando a comida rápida. Quentin, Lawrence y yo estábamos sentados en el sofá, y él entró y empezó a beber ese batido, a morder la hamburguesa y a mirarnos a todos. Estaba muerto de miedo. Pensé que este tipo iba a dispararme con un arma en la cabeza. Se le salían los ojos de las órbitas. Y simplemente consiguió el papel”.

Comenta que incluso Samuel L. Jackson “amenazó” al director y a los productores con que si otro actor conseguía ese papel, iría a por ellos.

Quentin Tarantino y el resto de los productores quedaron tan prendados por la audición de Samuel L. Jackson que no tuvieron ninguna duda en darle el papel para Jules Winnfield.