Cine inmersivo: Desafío Total y visita a Venusville en Marte
La primera vez que vi Desafío Total tenía 13 años. No tenía ni idea de que estaba basado en un relato de Philip K. Dick ni del mensaje subyacente (que sigue estando de plena actualidad casi 30 años después del estreno). Para mí, el principal atractivo era ver a Schwarzenegger en otra peli de acción -después de haber "quemado" en el videoclub la primera Terminator, Perseguido y Depredador-.
Tampoco sabía que la cinta estaba dirigida por Paul Verhoeven, aunque sí había repetido unas cuantas veces Robocop (Los señores del acero no había caído todavía en mis manos), y por supuesto, no reconocía a Sharon Stone ni a Michael Ironside. Y aún así, me dejó alucinado.
Con el tiempo, he apreciado las virtudes reales de la cinta: la lucha de clases, el problema por recuperar la propia identidad, la colonización de Marte y la existencia de extraterrestres, pero entonces... entonces lo que me gustaba era el scanner de rayos X, el disfraz de Quaid, la secuencia en que sufre los efectos de la falta de atmósfera en el planeta rojo y claro, la mutante con tres pechos.
He visto Desafío Total en todos los formatos en que se ha lanzado, y ha envejecido estupendamente, pero nada como verla en pantalla grande. Gracias a The Impossible Company, la empresa que organiza el evento ¡Mueve tu culo a Marte! he podido disfrutar con ella como nunca, gracias al cine inmersivo.
El cine inmersivo
Pero ¿qué es el cine inmersivo? A medio camino entre una proyección y un evento, se trata de una experiencia única, que celebra el cine de culto como no había imaginado. Mueve tu culo a Marte dura unas cuatro horas, y consta de tres partes que se funden a lo largo de la tarde. Por una parte, la proyección de la película -doblada al castellano y con el metraje original-. A estas alturas es difícil contaros algo que no sepáis, seguro. Pero en la butaca descubrí que hoy en día es difícil ver una cinta de acción similar, por los niveles de violencia, el tono adulto y las bromas socarronas, mención especial para "considérate divorciada".
Pero uno no se sienta simplemente en la butaca. Antes de entrar recibe un sobre muy especial que contiene un pasaporte a Marte, unos cuantos dólares del planeta rojo, un ticket y unas instrucciones muy claras, en las que queda claro que los actores pueden interactuar con nosotros y que está prohibido cualquier comportamiento inapropiado. Podemos tomar un refresco y disfrutar de Desafío Total como nunca.
Las diferencias están fuera de la pantalla; la sala de los cines Kinépolis de Madrid cuenta con un sistema de iluminación sincronizado con lo que ocurre en la película, que nos ayuda a "meternos" en la acción. Y por si no bastase con la proyección, un grupo de actores reinterpreta en la sala algunas de las secuencias más icónicas. Y nos referimos a tiroteos, peleas y persecuciones que tienen lugar también entre las butacas y en las escaleras...
Mucho más que Desafío Total
Cuando termina la película comienza la parte más especial. Al comprar las entradas, los asistentes reciben un código de vestuario para encajar con los escenarios de la película. Mujeres en mallas y con el pelo cardado, hombres con bigotes anchos y americanas remangadas. Cualquier detalle "marciano" es bienvenido. El "dress code" del cine inmersivo es importante, porque lo bueno comienza ahora.
Cada espectador debe crear un personaje; un visitante a Marte, como el propio Doug Quaid para pasar unas horas en Venusville (el barrio rojo que aparece en la película). No vamos a estropearos la sorpresa, pero basta con que os digamos que es una experiencia muy similar a la del film, con música, bebidas y muchas situaciones orquestadas por actores, que hacen de agentes de Cohaagen, mutantes, prostitutas... perfectamente caracterizados.
En The Impossible Company nos indicaron que podíamos participar hasta el punto en que nos sintiésemos cómodos, desde simples espectadores a miembros de la resistencia... pero de algún modo mi mujer acabó detenida en comisaría y yo tratando de sobornar a las autoridades para sacarle de un lío... por aceptar turbinio de contrabando.
Aventura en Marte
Lo mejor es que el resto de asistentes estaba tan metido en el papel que dos espectadores trataron de "venderme" después, creyendo que yo era un agente de Kuato, hice una pequeña fortuna jugando a la ruleta y me volví loco para conseguir un pase a Rekall. Más o menos como una partida de rol en vivo, con un montón de desconocidos con ganas de divertirse y en unos escenarios muy conseguidos (según la organización son más de 2000 metros cuadrados y 30 actores)... sin salir de los cines.
El cine inmersivo depende en gran medida de las ganas de participar, pero merece la pena probarlo. Es importante que te guste la película, aunque no imprescindible, y las posibilidades son increíbles. Por ahora es ¡Mueve tu culo a Marte! con Desafío Total, pero "me relamo" pensando lo que sería ver Blade Runner, Conan el bárbaro o Star Wars en estas condiciones.
La experiencia sigue disponible, y se pueden conseguir las entradas en la página oficial del evento. Es para mayores de 18 años y tiene un precio a partir de 39,95 euros, con descuentos para grupos. ¿Si lo recomiendo? Al menos una vez, por descontado.
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