Cyberpunk 2077 y las segundas oportunidades

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• Puesto a la venta sin terminar de pulir, Cyberpunk 2077 tuvo un lanzamiento cuesta arriba.
• A pesar de los parches y mejoras, el juego no consiguió quitarse la vitola de no ser lo prometido.
• El estudio ha seguido trabajando en mejorarlo, y dos años después, está más cerca de la visión original.
• El actual resurgir del juego se debe a la serie Cyberpunk Edgerunners de Netflix.

A finales de 2020, uno de los estudios mejor valorados por aquel entonces sufrió uno de los varapalos más grandes que se recuerdan en la historia del videojuego. CD Projekt RED vio cómo su consideración entre los jugadores se desvanecía en el aire como un castillo de arena en la playa.

Los efectos de la catástrofe siguen siendo evidentes (las acciones del estudio no han recuperado el valor previo). El lanzamiento de Cyberpunk 2077 estaba muy lejos de lo prometido, sobre todo en las versiones de consola (PS4 y Xbox), lo que no sólo atrajo las críticas de los jugadores, sino que incluso los propios accionistas tomaron acciones legales contra el estudio.

Lo que pasó después, lo conocemos bien. Las caras visibles de CD Projekt RED entonaron el mea culpa y prometieron una hoja de ruta con parches y mejoras que prometían pulir el juego. En mayor o menor medida han ido cumpliendo.

Pero, a pesar de este camino hacia la redención, una serie de Netflix es la que más ha contribuido a la resurrección del juego, bastante más que las buenas intenciones y el trabajo del estudio.  Porque Cyberpunk Edgerunners ha sido el revulsivo que ha dado una segunda vida al juego, y lo ha vuelto a poner en "el candelabro", que diría cierta modelo.

Al igual que la serie de The Witcher con The Witcher 3, muchos jugadores han descubierto el juego ahora, o han regresado a él, situando a Cyberpunk 2077 entre los 10 juegos más jugados de Steam, donde ha ascendido más de 60 posiciones en el ranking, y recuperando picos de más de 130.000 jugadores simultáneos (habría que añadir el resto de plataformas).

Yo soy uno de ellos. Lo he vuelto a empezar a jugar en Steam Deck por pura coincidencia, porque no he visto la serie, ni quiero saber nada de ella hasta terminar el juego.

Pero no os voy a engañar: me alegro de su éxito. Soy de los que creen en las segundas oportunidades, antes de retirar por completo el crédito que se le pueda otorgar a algo o alguien. Con The Witcher 3, CD Projekt RED demostró que eran capaces de hacer cosas grandes. ¿No merecen ya solo por eso una segunda oportunidad? 

De hecho, no es ni mucho menos el primer caso de un juego y estudio que tras pasar su via crucis particular, supieron resurgir de las cenizas y terminaron culminando algunos grandiosos juegos. ¿Cómo, que no me crees?

• No Mans Sky sufrió la ira de los jugadores en el lanzamiento. El estudio literalmente desapareció de los focos y desde 2016, no han parado de mejorarlo. Hoy la valoración del juego es muy distinta. Y llega a Switch en nada.
• Final Fantasy XIV: A Realm Reborn es otro caso paradigmático de un juego lanzado con problemas, reconvertido en éxito con el tiempo. En esta ocasión, un MMORPG que ha superado incluso al intocable WoW.
• Diablo III, en su lanzamiento, era una experiencia online only, y tuvo muchos problemas. Se añadieron opciones cuestionables como una casa de subastas, pero Blizzard escuchó y cambió todo lo que estaba mal.
• La Tierra Media: Sombras de Guerra o Stars Battlefront II introdujeron sistemas de progresión con micropagos y/o lootboxes, que les costaron no pocas críticas. En ambos casos acabaron quitándolos y afinando el sistema con el feedback de los jugadores. 

Estos ejemplos dejan claro que los estudios pueden equivocarse y hacer las cosas mal, o no cómo habían prometido. Pero también merecen el beneficio de la duda y el “derecho” a la redención. Que les dejemos tiempo para trabajar y corregir lo que está mal. 

Como consumidores, tenemos que ejercer nuestro derecho a protestar si no estamos conformes tras haber comprado algo, pero siempre será más productivo y menos doloroso para todas las partes si lo hacemos desde el respeto, y no con amenazas de muerte.