Reflexiones desde Poniente - Juego de Tronos episodio 8x05: Venganza, traición y despecho

Atención: este artículo contiene SPOILERS sobre la serie. Si no has visto el capítulo 5 de la temporada 8 de Juego de Tronos, no sigas leyendo.

Lo que es la vida. Si el anterior episodio de la temporada 8 de Juego de Tronos nos dejaba con el estómago encogido al ver un puñado de corazones devastados por las pérdidas (inevitables o voluntarias), este nos causa el regusto amargo, el reflujo ácido (permitidme la escatológica analogía) de una mala digestión, la que produce el siempre agrio sabor de la venganza, la traición o el despecho, que aunque son conceptos distintos comparten algunos ingredientes fundamentales que provocan efectos parecidos. Y que no se curan con un trago de sal de frutas, precisamente.

Como para saber de primera y buena mano lo que ha ocurrido en este penúltimo episodio ya habréis dado cuenta de la puntual y completa crónica del episodio 5 de la temporada 8 de Juego de Tronos de Raquel Hérnández, vamos ya con mis habituales desvaríos filosóficos. Por cierto, episodio de excelente producción y montaje, que refleja con sobrecogedor realismo la angustiosa sensación de destrucción, caos y terror, aunque los giros argumentales han creado bastante polémica.

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Dicen los expertos en psicología que nunca sabemos lo que somos, lo que realmente nos mueve en esta vida, hasta que nos llevan al límite, al extremo del sufrimiento o el dolor, físico, mental o ambos. Hay personas que no necesitan llegar a tanto, pues muestran su verdadera esencia como si su piel fuera transparente. Otros logran ocultarlo de tal manera que cuando sale a la luz causa un impacto inimaginable entre las personas más cercanas, hasta el punto de que dudan seriamente que se trate del mismo ser humano ¿Realmente esta es la persona que ha estado a mi lado durante estos meses/años? Sí, Daenerys, lo has conseguido. Nos has dejado a todos de piedra. O arrasados, que parece más apropiado en este caso. 

Dejadme que os cuente algo. Cuando estudiaba en la Facultad de Periodismo, un profesor de una asignatura llamada Relaciones Internacionales se plantó un día en clase y nos hizo la siguiente pregunta: ¿Consideraríais lícito llevar a cabo un golpe de estado si tenéis la certeza de que el próximo Gobierno de un país va a caer en manos de unos desalmados que van a causar un gran mal a la población que precisamente va a elegirlo en las urnas? Nosotros, pobres, jóvenes estudiantes de periodismo, lo hicimos lo mejor que pudimos. Unos dijeron que sí, otros dijimos que no, que la democracia es lo primero, otros no supieron qué responder... la respuesta es... que no hay una respuesta correcta. Es un dilema de tal dimensión que pone en tela de juicio todo nuestro sistema y a nuestra sociedad.

Pues bien, esa misma y trascendente cuestión se ha planteado aquí: Jon Snow y Tyrion han dicho que no. Varys, que sí. Y le ha costado la vida. A la vista de los resultados, Varys tenía razón, aunque él ya no está vivo para comprobarlo...

Este 5º episodio de Juego de Tronos probablemente sea el más trascendente en cuanto a la evolución de los principales personajes, pues deja (veremos si definitivamente) a cada uno en su sitio. Y, la verdad, son pocos los que salen bien parados. La furia desatada e incontrolada de Daenerys, el inquebrantable amor fraternal entre Tyrion y Jaime, la pasión/obsesión del propio Jaime por Cersei, la estupefacción de Cersei al verse definitivamente derrotada, la pesadumbre del ingenuo Jon asumiendo por fin que el lado oscuro del ser humano no conoce límites... Desde luego, no me lo han puesto nada fácil para elegir a los penúltimos ganadores de las 5 categorías de este episodio 8x05 de Juego de Tronos:

La escena

Estoy seguro de que era la escena más deseada por la inmensa mayoría de los fans de Juego de Tronos, si finalmente sucedía: el final del personaje más odioso (hasta hora, luego hablamos) de toda la serie, la malvada, despiadada, cruel, mentirosa y manipuladora Cersei Lannister. Pues bien, me juego todo el oro del Banco de Hierro de Braavos (si lo tuviera, claro) a que nadie ha quedado satisfecho.

Algunos (los más vengativos) porque deseaban una muerte más lenta y dolorosa. Otros, porque confiaban en que la implacable Arya Stark acabaría con la número uno de su lista con la "elegancia" que la caracteriza. Tampoco faltarán los que esperaban algo más de resistencia, un último as en la manga de la temible reina. Y los menos (y yo me incluyo en este grupo) porque al final hasta nos ha dado un poco de lástima, mientras a la vez comprobábamos estupefactos cómo su crueldad estaba siendo superada. Y, desde luego, no queríamos la muerte de Cersei a cualquier precio.

Jaime Lannister, su hermano, su gran amor, llega a tiempo para compartir los últimos segundos de sus vidas, junto con el cuarto hijo de ambos que jamás verá la luz, cumpliendo así la profecía que hicieron a Cersei cuando era niña. En fin, todos los respetos en el adiós del que sin duda ha sido uno de los personajes más grandiosos que ha dado la historia de la televisión, una "mala" que ya está en el Olimpo de los Malvados Televisivos junto a J.R. Ewing y Angela Channing (los que no tengáis edad para acordaos de ellos, buscad en Google, buscad).

El diálogo

Precisamente en un episodio en el que la venganza es el desencadenante de un genocidio, me quedo con el breve pero inolvidable diálogo entre Sandor Clegane y Arya Stark cuando ya están dentro de la Fortaleza Roja buscando sus respectivas revanchas. El Perro trata de convencer a Arya de que se marche, en vez de empeñarse en acabar con Cersei: "Vete a casa, niña, el fuego o algún dothraki acabara con ella. O quizá la devore el dragón. Está muerta. Vete o morirás aquí". Ella se resiste en un principio, pero acaba aceptando el consejo, no solo porque la Madre de los Dragones tiene combustible de sobra y el pronóstico del Perro parece sólido, sino porque también le describe los desastrosos efectos de tan peligrosa motivación: "¿Te crees que llevas mucho tiempo deseando venganza? Yo llevo tras ella toda mi vida, es lo único que me importa, y mírame, ¿quieres ser como yo?".

Y Arya sabe que no solo se trata de sus cicatrices, sino de alguien que desde niño ha sido un ser amargado, solitario, misántropo, descreído y sin el más mínimo margen para la alegría. Pensadlo bien cuando os encontréis empujados por ese peligroso resorte. Arya le llama por primera vez por su nombre, Sandor, y este recibe de ella el mayor elogio posible: Gracias.

El final, como no podía ser de otra forma, es que Sandor Clegane cumple con su objetivo, a costa de su vida. Y entonces nos preguntamos: ¿de qué le ha servido la venganza, si ni tan siquiera ha podido saborearla?

El personaje

Pues sí, la Rompedora de Cadenas, la Madre de los Dragones y la Madre... que la parió. Es cierto que ya habíamos visto algún que otro inquietante arrebato de Daenerys Targarien (como la ejecución de los Tarly), pero nos tenía embelesados con su carisma, su fortaleza y su seductor discurso sobre diversidad, el fin de la esclavitud, el empoderamiento de la mujer y la construcción de un mundo mejor. Dicen que la mayor cualidad del diablo es que nadie se dé cuenta de que es el diablo. Pues bien, la Rompedora de Cadenas nos la ha metido doblada. A los espectadores y a sus súbditos. Sí, claro, un mundo mejor, pero solo si lo hace ella y a su manera. Y, visto lo visto, cuesta pensar que la mayoría tengamos el mismo concepto de "un mundo mejor" que tiene ella. Su ansia de poder, su obsesión con el Trono de Hierro, la ha trastornado definitivamente.

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Lo más terrible de la matanza de Daenerys en el capítulo 8x05 de Juego de Tronos, lo que la convierte en un ser humano aterrador, no es solo que su devastadora represalia es premeditada y absolutamente desproporcionada, sino que va a acompañada de despecho. El que ha ido creciendo en su interior al comprobar que su (aparentemente) amado Jon es querido por la gente por lo que es, no por el miedo que provoca. Y eso la vuelve loca, en una demostración de soberbia y envidia malsana infinitas. Como una amante rechazada que entra en la locura, tiene clara cuál es la solución: o conmigo o con nadie. O me amáis, o morís. Que ardan todos, que diría Aerys Targaryen. Ay, si Jorah Mormont levantara la cabeza...

El chiste

Si en el episodio anterior había poco rastro de humor, en este ni se huele. ¡Cuánto echamos de menos a Tormund! Así que, aunque sea un poco macabro por mi parte, me quedo con el patético final del Maestre Qyburn. A pesar de ser un personaje turbio y escasas buenas intenciones, merecía una muerte más digna. En el único gesto de valentía que se le recuerda, no se le ocurre otra cosa que plantarse delante de Sir Gregor (o lo que sea esa mole) y exigirle que obedezca a la reina. Claro, este se lo quita de encima como el que aparta a un mosquito que le está importunando. Homicidio involuntario, sin ninguna duda. Mientras, Cersei sale de allí mirando al suelo con cara de "a mí no se me ha perdido nada aquí".

Hablando de Sir Gregor y de chistes, no me extraña que a Sandor Clegane le entre la risa al comprobar que no hay forma de matar al bicho, ni atravesándole el craneo con una daga. Para que luego trate así al pobre Qyburn, responsable de la criatura. 

WTF! 

Bueno, pues me lo han puesto "a huevo". ¿Qué os decía la semana pasada sobre la estúpida forma con la que Euron mataba a Rhaegal? Pues dicho y hecho, hemos pasado de que las ballestas talla súper grande (escorpiones, en lenguaje técnico) parecieran una terrible amenaza para las bestias, a que se las ventile Drogon en un abrir y cerrar de ojos en este episodio. Las de los barcos y las de tierra. Viendo como un dragón puede convertirse en un arma de destrucción masiva, sigue costado creer la facilidad del derribo anterior.

También me parece cogida con hilos la pelea a muerte de Euron con Jaime. Veamos, te acaban de arrasar toda la flota de barcos, casi contigo dentro, y lo único que se te ocurre es ir al pasaje secreto a encontrarte, por casualidad claro, con Jaime Lannister, y chincharle con el objetivo de... esto... ¿chincharle? Un absurdo final para uno de los personajes más fatuos y menos interesantes de toda la serie.

En fin, ya os dije que esto es lo que pasa cuando se desatan las peores pasiones -y las más destructivas- del ser humano, que dejan en pañales a las motivaciones simples y primitivas de los componentes del extinto Ejercito de la Noche, que al fin y al cabo solo quieren vivir...digo, morir...o no vivir... ¿resucitar? (no me aclaro con este tema).

Y así nos quedamos a las puertas del episodio final de Juego de Tronos. ¿Seguirán Daenerys y Drogon quemando urbanizaciones? ¿Pensará el bueno de Jon que La Primera de su Nombre aún puede ser una buena reina a pesar de todo? (Al fin y al cabo, quién no tiene un mal día). ¿Dirá Tyrion aquello de "antes de que me echen, me voy"? ¿Y Sansa a su hermano (primo) "ya te lo dije"? ¿Qué tiene que hacer Bronn ahora, matar a Tyrion o indagar si Cersei tenía contratado un seguro a terceros? ¡¡No os perdáis el trailer del episodio 6 y último de Juego de Tronos 8, que tenéis aquí arriba!! Valar Dohaeris.