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Los videojuegos no son cosa de viejos

Los videojuegos no son para viejos

El otro día estuve en GAME para comprar una consola. Un Xbox One S, para más señas. Me atendieron fantásticamente bien (gracias). Pregunté por packs disponibles con juegos, y elegí uno que me incluía Rainbow Six, Assassin’s Creed Origins y Halo 5. Muy majos y muy amables, me dicen que me van a buscar algún regalito de esos que tienen por las tiendas, para añadirlo. Se ponen a buscar en el armario (cromos, camisetas y cosas de esas) y me preguntan “¿qué edad tiene el niño?”.“50”, contesté, con cara de entre divertida y estupefacta. Vamos, que hasta me dio un poco de vergüenza: a mis años comprando videojuegos… Por cierto, volvieron a guardar todos los regalitos…

En realidad, me chirriaron varias cosas, aunque supongo que por educación o por estar acostumbrada, no dije nada. Me quedó la duda, en primer lugar, de si me hubieran preguntado lo mismo si yo no hubiera sido una “señora”. Yo me veo joven y dicharachera y visto como muy informal (hay quien diría que bastante mal), pero entiendo que a mi edad (voy a por los 48) me consideren una “señora”. ¿Si hubiera sido hombre hubieran dado por hecho que era un regalo para un niño? Quiero creer que sí (aunque no las tengo todas conmigo), lo que me lleva a la segunda duda. ¿Es que los “señores” no jugamos?

La seguridad con la que yo había descartado packs y finalmente había elegido el que quería les debía haber dado alguna pista de que se sabía de qué hablaba; la selección de juegos que hice tampoco es que fuera para imaginar que era un regalo para un niño. Sólo me queda por pensar que es lo habitual, que los dependientes están acostumbrados a vender consolas y juegos a los niños, que los mayores que van, van por encargo… ¿Me habré hecho demasiado mayor para seguir jugando? Lo mismo es eso. Y tengo más motivos para pensarlo.

God of War Armadura de Ivaldi

Este fin de semana le he estado dando a God of War. Y os puedo prometer que si no fuera porque es un juegazo, lo hubiera dejado a los 10 minutos. ¡Era incapaz de leer los textos! Todo lleno de mensajes de cómo usar tal ataque y qué pulsar para hacer tal otro y yo bizqueando. ¿L1 o L2? ¿O es R? No hace seis meses que me he graduado, así que no eso. Y me limpié las gafas, por si acaso. Medio adivinando, seguí jugando y me salté los primeros tutoriales de cómo mejorar las armas, aplicar runas y repartir experiencia. Era incapaz de leerlos. Cuando la cosa se puso más jo…robada y ya vi que necesitaba empezar a mejorar si no quería que me comieran los ñaños los malos, no me quedó otra que ponerme de rodillas…

No para rogar a los dioses (de dónde sean, que si me ayudan no me voy a poner tiquismiquis), si no para leer los textos, así, postrada frente a la tele. Que cuando me di cuenta de la posturita y de la cara que debía estar poniendo, sí que di gracias a los dioses de que no me hubiera visto nadie…

Y no es la primera vez que me pasa. O esto de los subtítulos se les está yendo de las manos a los diseñadores (que imagino que no querrán “manchar” con textos y cartelitos sus obra de arte) o está claro que estoy muy mayor para jugar. Ya no es que no alcance a leer los textos, es que cuando me levanté, después de haber mejorado runas, armaduras, habilidades y armas, todo en la postura del penitente, como que me crujió la rodilla y se me ha quedado un redolor en la parte baja de la espalda que paqué… Si es que voy a tener que dejar de jugar y pasarme al ganchillo (ya he hecho mis pinitos y me han quedado algunos cactus muy monos, aunque del Yoda que intenté hacer, mejor no hablamos).

Una de manualidades

No debo ser la única en quejarse, porque hay parche para agrandar los textos, pero leñe, que no es nuevo, que lo hagan bien desde el principio, pensando en los ancianos. Que ya las pasé canutas con Red Dead Redemption, que no era tan mayor, y desde entonces hasta ahora la cosa no mejora, va cuesta abajo… Que digo yo, ya que pones textos será para que se lean, ¿no? ¿O es imperativo legal, como las condiciones de financiación de los anuncios de la tele? O, urdiendo una teoría conspiranoica, ¿será para que los que tenemos “cuarentay” dejemos de jugar?

Hay más pistas, no creáis. Después de ser vapuleada jugando online, me entero de que ha sido un chaval de 13 años… Los descerebrado comentarios de su pandilla y su manera de jugar, muy poco constructiva desde mi punto de vista, me quitan las ganas de volver a intentarlo. Para una vez que me animo con el online, que es que no me gusta nada, me tropiezo con “tiernos” jovenzuelos que hubiera mandado sin dudar a la… rincón de pensar. Que me hago mayor, seguro que es eso.

A mí me gusta disfrutar de la experiencia del juego, trastear los controles, mirar por aquí y por allá. Trotar a mi aire, vamos. Que es pensar en los Battle Royale y me entra angustia existencial. ¿Qué te he hecho yo pa’que me mates así, a traición? Por lo que se ve, me voy a hartar de battleroyales de estos. Que no, que veo que me ha pillado mayor… Me llevan los demonios cuando voy a lo mío, surcando los mares con mi tripulación, y me asaltan los piratas…

Coña sobre la moda de los Battle Royale. Visto en Twitter
Coña sobre la moda de los Battle Royale. Visto en Twitter

He intentado interesarme por los eSports. De verdad. Hasta he probado a ver retransmisiones en el canal de Movistar Plus. Nada, que no me entero. No me entero de lo que pasa en pantalla y no me entero de lo que dicen los comentaristas, que lejos de aclararme las cosas, hablan en un idioma que me parece de otra galaxia. Me distraigo tratando de entenderlos a ellos, pierdo ripio de lo que se cuece en el juego y ya la hemos liao. Que ya podían aprender de Paloma del Río, que te explicaba las cositas de la gimnasia así, muy clarito, para que entendieras lo que estabas viendo y porque no llegábamos al oro… No me da para más la neurona.

Tampoco llevo nada bien tener que descargarme parche tras parche para ponerme a jugar. Esas esperas me desesperan. Pero también debe ser la edad, porque hace unos cuantos años (muchos), me aguantaba tan contenta a que cargara el juego desde una cinta, y encima soportando ruiditos de lo más estridente… Cuando eran joven, no me importaba tanto esperar (vale, cando salía el “tape loading error” me crispaba un poquito, pero poco…). ¿O es que estas esperas de ahora también son exageradas? Lo mismo no es que me esté volviendo más reguñona por la edad, lo mismo es que sí que se están pasando con esto de vendernos los juegos a medio cocinar, con la insana intención de que nosotros terminemos el trabajo. Estoy muy mal acostumbrada, porque antes, cuando compraba un juego, tenía un juego. Bueno, malo o regular, pero eso es lo que tenía. Lo mismo ahora te compras una “experiencia”, que no te hace ni fu ni fa, y a los seis meses se ha convertido en la leche. Claro, listo, te lo he testeado yo… Uy, sí, no hay duda: parezco mi abuela, protestando por los avances de la vida moderna…

En los 90, a veces se nos colaban en redacción llamadas de lectores y, ya que hablabas con ellos, no podías decirles que no. Yo no podía. Recuerdo una bruja que me iba a poner velas negras por no ayudar a su marido (ciego) a pasarse el Astérix de Game Gear; recuerdo un señor que me quería saber como encontrar unos engranajes en Tomb Raider (decía que lo preguntaba su hijo, pero, por la conversación que tuvimos, el atascado era él)… Recuerdo algunas llamadas divertidas, algunas exasperantes, pero especialmente recuerdo a una señora que, tras la primera charleta, me llamaba todos los viernes a media mañana. Pasaba de los 80 y me contaba que, si no fuera por los videojuegos, no sabría qué hacer, que estaba sola, sus amigos se iban muriendo… Le gustaban su NES y su Game Boy; los Mario, los Zelda, las aventuras que le hicieran pensar, quería saber si saldría ¿Dónde está Carmen San Diego? en NES y traducido. Yo le daba palique, encantada y asombrada de que jugara y supiera tanto. Un día dejó de llamar. Ojalá yo siga encontrando motivos para seguir jugando hasta que, como a ella, se me acaben las pilas.

P.D. Por si os lo preguntáis, la Xbox One S era el regalo de día del padre para mi señor esposo, que tiene su propio reducto personal de ordenadores y consolas, aparte del familiar. Para jugar en paz, sin que yo le dé el tostón, porque sí, a él le gusta el online y sé que no le hace mucha gracia cuando le estoy mirando jugar y le pregunto ¿es normal que te maten tantas veces seguidas?

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