God of War Ragnarok: un sinfín de guiños y curiosidades que insuflan vida a su magnífica narrativa

God of War Ragnarok es uno de los mejores juegos de PS4 y PS5 de 2022. Los usuarios de las consolas de Sony lo tienen claro y, además de impulsarle con unas cifras de ventas récord, son millones ya los que han completado la nueva aventura de Kratos y Atreus, o lo que es lo mismo, vibrado con sus emocionantes combates, su espectacular narrativa y, por supuesto, con sus casi inacabables curiosidades y guiños.

La anterior entrega de God of War ya fue un auténtico portento en este aspecto, ya que incorporaba cientos de momentazos y de referencias al pasado de Kratos, como el inolvidable pasaje en el que el espartano recuerda a su hija Calíope al encontrar un jarrón pintado con la silueta del Fantasma de Esparta en Grecia, además de una botella de vino lemnio, que posteriormente Kratos comparte con Atreus.

Al igual que el resto de apartados de esta secuela, que han crecido y mejorado hasta límites insospechados, God of War Ragnarok integra en su narrativa innumerables referencias y guiños al universo de Kratos, tanto a su pasado en Grecia como en su estreno en la mitología nórdica.

Su cantidad y variedad es tal que sería imposible enumerarlas todas en un único reportaje, sobre todo si no queremos arruinaros la sorpresa en caso de aún no hayáis jugado, pero en esta recopilación de curiosidades de God of War Ragnarok vais a encontrar un buen ejemplo de lo que os espera, o detalles que quizás hayáis pasado de largo en vuestra primera vuelta.

Eso sí, tened en cuenta que, lógicamente, aquí vais a encontrar algunos spoilers de la historia de God of War Ragnarok. Hemos procurado que ninguno sea demasiado transcendente, pero aún así... ¡seguid leyendo bajo vuestra responsabilidad!

Los tatuajes que definen a Atreus

Las referencias de God of War Ragnarok a la mitología nórdica son constantes. Y una de las primeras con las que nos topamos son los tatuajes de Atreus, que en un primer momento pueden dar la imagen de ser meramente estéticos o casuales. Nada más lejos, como casi todo en este juego.

Los tatuajes que luce Atreus están escritos en antiguo Futhark, un lenguaje escrito rúnico escandinavo que data del siglo II, y todos ellos hacen referencia a las habilidades de arquería del chico.

Así, el tatuaje de su cuello significa "mente tranquila", mientras que los que lleva en los brazos se traducen como "fortuna para golpear" o "disparo de la suerte", y otro como "brazo habilidoso", que van en armonía con el del dorso de su mano, en el que se puede leer "mano rápida". Queda clara la importancia del arco para Atreus, ¿verdad?

Pues si aún nos quedaba alguna duda de ello, el propio carcaj del personaje se encarga de disiparla, ya que es lugar elegido por él mismo para grabar una preciosa ilustración que representa el viaje que vivió junto a su padre, Kratos, en el anterior título.

Poemas que homenajean a otros grandes juegos

En lugares muy escondidos de los 9 Reinos, Kratos y sus acompañante pueden encontrar 14 poemas escritos por Kvasir, un autor que, además de una gran prosa, parece ser que tenía una gran devoción por los grandes juegos de PlayStation.

Y es que todos estos escritos están claramente inspirados en títulos como Horizon Forbidden West, The Last of Us Parte II, Ratchet & Clank o Death Stranding.

Un buen ejemplo es el poema "Buscar un lugar que no está en los mapas", que reza "La aventura convoca con vehemencia a un hombretón de humilde nacimiento, que con astucia y un anillo de herencia, ansía de oro acabar bien cubierto", en un claro homenaje al gran Nathan Drake, el héroe de Uncharted.

Además de deleitarnos con sus versos y sacarnos más de una sonrisa, otra curiosidad de esta colección de libros es que, según los vamos encontrando, se van colocando en una estantería de casa de Sindri, por lo que siempre podemos admirar sus portadas.

¿Pensáis que aquí acaba la cosa? Pues nada más lejos. Si indagamos un poco más descubrimos que, en la mitología nórdica, Kvasir fue un dios creado de la saliva de todos los dioses, convirtiéndose así en un gran sabio.

El destino de Kvasir se truncó de forma fatal cuando los hermanos enanos Fjalar y Galar le asesinaron y mezclaron su sangre con miel, un brebaje que, al fermentar, dio origen al hidromiel. Sí, justo la bebida que rebosa en los cuernos que Kratos encuentra durante su viaje y que sirve para incrementar su capacidad de Ira. 

Las historias de Mimir: una fuente inagotable de saber y de recuerdos

Al igual que en el anterior juego, durante gran parte de la aventura Kratos transporta la cabeza de Mimir, Señor de la Sabiduría y el Conocimiento, o como le consideran sus amigos, simplemente "el hombre vivo más listo".

Por supuesto, el carismático carácter de Mimir es fundamental en la narrativa principal de God of War Ragnarok, así como su ayuda en combate, ya que constantemente nos avisa de la dirección de los ataques que sufrimos desde atrás. Pero donde también sigue dándolo todo es a la hora de contar historias durante los momentos de exploración más calmada.

El número de estas historias es abrumador y su temática es de lo más variada: desde leyendas de la mitología nórdica a contexto de personajes clave del juego, sin olvidar las referencias al pasado de Kratos en Grecia... y a su trayectoria en los videojuegos en general.

Una de las más divertidas tiene lugar cuando Mimir le pregunta a Kratos por un torneo "diferente" en el que participó en el pasado, y en el que se enfrentaba a "canallas, no muertos, autómatas o al músico más importante de la historia", a lo que el espartano le corta tajante diciéndole que prefiere no hablar de ello.

Esta incómoda e irónica pregunta es una clara referencia a PlayStation All-Stars Battle Royale, el título de lucha de PS3 que enfrentaba a diferentes personajes de la marca, como el propio Kratos, Nathan Drake (el canalla), Sir Daniel Fortesque (el no muerto) o a Parappa the Rapper (el músico más importante de la historia). Ay, Kratos, todos tenemos un pasado y no todo en él es tan épico como tus batallas contra los Dioses del Olimpo...

Las constantes referencias al pasado de Kratos en Grecia...

Tal y como os contábamos al principio de este reportaje que ya hacía God of War en 2018, en Ragnarok vivimos muchos momentos en los que sale a relucir el pasado de Kratos durante sus juegos ambientados en la Antigua Grecia.

Desde luego, esto no parece algo sorprendente, pero en la práctica sí que lo es debido a la magistral manera en la que God of War Ragnarok integra estos recuerdos del pasado en el presente de Kratos.

De nuevo, al apostar por la impresionante técnica de plano secuencia, evitando así cortes en la acción o los siempre socorridos flashbacks, es la propia narrativa de Ragnarok la que nos evoca a menudo a los fantasmas del pasado de Kratos, ya que el espartano vive situaciones que, inevitablemente, le recuerdan a experiencias pasadas.

Contaros estos grandísimos momentos sin arruinaros la historia del juego es imposible, por lo que no lo vamos a hacer, pero sí que os podemos asegurar que hay muchas situaciones en las que, si somos seguidores de la saga, se nos va a erizar la piel al descubrir las asociaciones que hace Kratos con su hermano Deimos, con las Espadas del Caos o con los Dioses a los que se enfrentó en Grecia. Unas vivencias que, además, le llevan a tomar decisiones que son fruto de la experiencia vivida. Magistral.

Y también a su huella en los 9 Reinos

Como seguro sabéis, los acontecimientos de God of War Ragnarok tienen lugar 3 años después del viaje de Kratos y Atreus para esparcir las cenizas de Faye en la cima de la montaña más alta de todos los reinos, un momento que está marcado por el azote del Fimbulwinter, el invierno que marca el comienzo del Ragnarok.

Por este motivo, todos los reinos que revisitamos muestran un aspecto muy diferente al que ya conocíamos, lo que no evita que en ellos también encontremos constantes referencias a hechos clave del anterior juego.

Uno de los más espectaculares es cuando nos topamos con el rayo congelado que se originó durante la épica batalla que enfrentó a Kratos y a Thor, y que permanece imperecedero en Vanaheim, lo cual, evidentemente, desata las preguntas de otros personajes al verlo por primera vez.

Otro de los geniales guiños al anterior God of War que no es difícil que pase desapercibido tiene lugar también en Vanaheim, el exuberante reino de los Vanir que visitamos por primera vez en Ragnarok.

Entre la amplia diversidad de flora y fauna que habita en él, unos ojos bien avezados pueden observar en ciertos puntos a unos "familiares" jabalíes correteando a sus anchas. 

Si prestamos atención a su fisionomía descubrimos que son clavados a Hildisvíni, el animal al que Atreus hería con su arco en el anterior juego y que, posteriormente, Freya curaba con un ungüento fabricado con los ingredientes que mandaba recolectar a Kratos y a Atreus.

Este guiño al pasado de padre e hijo tiene otro punto álgido cuando, en cierto momento de Ragnarok, Kratos y Atreus deciden tomarse un tiempo para los dos y se van a cazar un venado, un maravilloso momento que es un claro homenaje al inolvidable comienzo de God of War de 2018.

La evolución de Atreus y de su relación con Kratos

Este momento compartido de caza es solo uno de los cientos de ejemplos que esconde God of War Ragnarok para mostrar la gran evolución de todos sus personajes, especialmente la de Atreus.

Desde el primer momento, queda claro que el hijo de Kratos ya no es el niño inseguro que conocimos al comienzo de God of War, y que ahora se ha convertido en un personaje mucho más profundo, maduro y ducho en combate.

La forma en la que Ragnarok nos transmite esta nueva etapa en la vida de Atreus está brillantemente hilvanada, ya que lo integra de una forma tan natural como orgánica, mostrándonos, por ejemplo, momentos en los que Kratos claudica ante los designios y decisiones de su hijo, algo impensable en la anterior aventura.

A la hora de luchar, además de contar con nuevas habilidades para Atreus, siempre se transmite un mucho mayor compenetración y confianza entre padre hijo, lo que incluye momentazos como una ejecución en la que Kratos sujeta la cabeza de una bestia para que Atreus la remate de forma certera de un flechazo. 

Una obsesión por el detalle que da vida a todo lo que nos rodea

Como habéis podido observar, si la anterior entrega de la saga ya estaba tremendamente cuidada, en God of War Ragnarok Santa Monica Studio ha llevado a un nuevo nivel el grado de detalle de todos los aspectos narrativos de su universo.

Esto incluye infinidad de detalles y reacciones que, simplemente, están ahí por si a algún jugador se le ocurre interactuar con algo en concreto, lo que se traduce en una impresionante sensación de mundo vivo.

Un ejemplo de esto tiene relación con Ratatoskr, la divertida e irreverente ardilla parlante encargada de velar por la estructura del árbol Yggdrasil y de encargar a Kratos ciertas tareas, algo para lo que debemos llamar su atención golpeando con el Hacha Leviatán unas campanillas que hay en el patio de la casa de Sindri.

Pero, ¿qué sucede si en lugar de llamar una sola vez, como cualquier hijo de vecino, nos liamos a golpear repetidamente la campana? Pues lo lógico: que Ratatoskr se va mosqueando progresivamente hasta que, después de muchos golpes, acaba por perder del todo la paciencia.

Y, precisamente, paciencia es lo que los creadores de God of War Ragnarok pretendían que no tuviéramos con Heimdall, uno de los dioses nórdicos con los que nos topamos, y cuyo odioso carácter solo rivaliza con su el diseño de su rostro, en el que los responsables del juego pusieron todo su empeño en que fuese "lo más golpeable posible". Una vez más, nada se deja al azar...

Una historia de amor real que trasciende a la mitología nórdica de Ragnarok

Aunque nos podríamos tirar días y días contándoos los miles de guiños y curiosidades de God of War Ragnarok, hemos decidido finalizar este breve repaso con una emotiva historia que, una vez más, transmite el enorme cariño y pasión que Santa Monica Studio ha puesto en su último juego.

Durante nuestra exploración de los 9 Reinos, en algunas superficies de los escenarios encontramos unos corazones pintados en distintos colores y que en su interior albergan 2 runas. Misterioso, ¿verdad?

Pues la historia que esconde es tan bonita como trágica, ya que se trata de un homenaje que el estudio quiso hacer a Sam Handrick y Jake Snipes, dos de sus trabajadores que se enamoraron durante el desarrollo del juego.

Tristemente, el segundo de ellos falleció tiempo después de iniciar la relación, lo que dejó a todos desolados, por lo que decidieron colocar estos corazones con las iniciales de ambos en rúnico, en recuerdo a su historia.

Además, Eric Williams, director del juego, decidió ir un poco más allá y también colocó una hoguera eterna en un lugar concreto del juego, simbolizando así una llama que arderá para siempre en honor a su compañero Jake. Precioso, ¿no os parece?