Análisis Razer Wolverine V2, el mando de nueva generación para Xbox Series X|S y PC
Razer sigue imparable en este 2020, en lo que a lanzamientos se refiere. Sólo en los últimos meses hemos dado buena cuenta de su primer teclado 60%, o del insuperable auricular inalámbrico Blackshark V2, entre otros muchos. Ahora, le toca el turno a su nuevo mando para la familia de consolas Xbox y el PC, el nuevo Razer Wolverine V2.
Al igual que el Wolverine original, se trata de un mando con cable (no tiene opción para usarlo de manera inalámbrica), un requisito que los jugadores de más alto nivel exigen, dado que cada milisegundo marca la diferencia entre ganar y perder. Pero como vamos a ver en este análisis de Razer Wolverine V2 para Xbox Series X|S y PC, ni siquiera eso eclipsa las novedades y mejoras que trae.
Nada más sacarlo de la caja, lo primero que llama la atención es que es un mando terriblemente cómodo. No has tenido nada parecido entre tus manos. Recuerda en muchos sentidos al recordado mando de Xbox 360, aunque con las asideras menos pronunciadas o alargadas.
En mi caso particular tengo unas manos normales, ni especialmente grandes, ni pequeñas y, aunque es difícil de explicar, se siente como un mando ligeramente más pequeño, aún sin serlo, y sobre todo, sin que la sensación afecte a la comodidad... porque es un mando muy, muy cómodo.
Por poner las cosas en contexto, Razer Wolverine 2 se siente como un mando ligeramente más compacto que el mando oficial de Xbox Series X|S, como si todo estuviera un poco más "recogido", dejando una sensación muy agradable y cómoda entre las manos. Deja espacio para que los dedos descansen en la parte posterior, las asideradas son más anchas... pero todo redunda en una sensación más grata.
Esta comodidad a la hora de agarrar el mando se ve reforzada por la superficie texturizada de las asideras, que gracias a su material antideslizante ayudan a que no se nos resbale de las manos, y está reforzada por unas curvas más pronunciadas y ergonómicas, que ayudan a conseguir un agarre mucho más cómodo y agradable.
En cuanto a los botones, todos cuentan con interruptores meca-táctiles, la tecnología propia de Razer que tiene respuesta sonora al estilo de los switches mecánicos (se escucha el "clic" de la pulsación), aunque no es ni tan sonoro como en otros modelos anteriores, y mantiene unos tiempos de respuesta inmediatos. Estos interruptores están presentes incluso en la cruceta digital, que también hace ese "clic" al pulsar las direcciones.
Algunos botones tienen una respuesta sonora mayor que otros (los gatillos, por ejemplo, no suenan NADA, ni siquiera con los topes que limitan su recorrido), pero no llega al escándalo sonoro que vimos en otros mandos anteriores de Razer con switches mecánicos puros y duros. El "clic" es más contenido, y la respuesta y tacto se mantiene muy agradable.
La cruceta del Wolverine V2, en concreto, ofrece una respuesta muy superior a la que vimos en anteriores modelos. Primero, porque es una cruceta al estilo Nintendo, de una pieza, y no botones independientes como en otros modelos del fabricante. Para juegos de lucha y juegos de plataformas 2D, su respuesta es muy buena, superior a la de otros modelos de Razer y, aunque marca muy bien las diagonales, en esta faceta, las diagonales, en este aspecto nos gusta más la respuesta del mando oficial.
Los únicos añadidos en lo tocante a botones está debajo del botón Share (un botón con el icono de un círculo, dedicado a cambiar la prioridad del sonido entre el chat de voz y el sonido del juego) y en la parte superior, entre los botones LB-LT y RB-RT. Se trata de dos botones M, programables con la aplicación gratuita de Razer.
Estos botones M están situados en una posición más cómoda que en otros mandos, pero no es menos cierto que para poder pulsarlos simultáneamente junto a otros, hay que hacer algunos movimientos y posiciones raros no muy naturales (al menos, con un tamaño de manos normal). Si tienes unos dedos muy largos, quizá no te resulte tan incómodo.
En esta faceta, el mando se siente un ligero paso atrás. No por la ubicación de los botones M, sino porque respecto al anterior Wolverine, se han reducido a la mitad (antes había 4 botones M). Lo más grave no es que se hayan reducido (que tampoco es un acierto), es que han desaparecido los botones de la parte trasera, que quizá resulten más cómodos para la mayoría de juegos.
Y no sólo es incomprensible que se haya reducido el número: Razer también ha desperdiciado la oportunidad de incluir dos palancas o paddles para sustituir a los mencionados botones traseros, algo que cada vez está presente en más mandos de terceros. Es quizá, el único aspecto negativo del Razer Wolverine V2, ya que el resto, está a un gran nivel.
Eso incluye a los sticks, con un tacto exquisito, una dureza adecuadas, sin zonas muertas y una respuesta fabulosa. No es el único aspecto cuidado, o al menos bien implantado. Por ejemplo, el cable nos ha recordado a los antiguos mandos de las primeras Xbox, y cuenta con un sistema de desconexión ante posibles tirones accidentales (tiene dos conectores que separan el cable en este tipo de situaciones). Y sí, también cuenta con clavija para auriculares.
Todo esto deja un mando interesante, pensado para usarse en toda la familia de consolas Xbox y el PC. Su precio quizá no esté al alcance de todos los bolsillos, 119 euros, aunque es más asequible que el Xbox Elite Series 2. Aquí, la tecnología meca-táctil sigue siendo uno de sus principales elementos diferenciadores, y aquí reconocemos que está implementada mejor que en ningún otro mando anterior.
Por desgracia Razer Wolverine V2 no es perfecto: no se puede utilizar sin cable, en modo inalámbrico, y la ausencia de botones o palancas traseros reducen ligeramente su atractivo. Aún así, quienes busquen la máxima comodidad y botones extra para su mando, sin dejarse un riñón en marcas que crean modelos altamente personalizados, tienen en Razer Wolverine V2 su mejor opción.
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