Uno de los juegos más esperados de la familia Xbox llega al fin. El nuevo Halo retoma el pulso de los originales para encumbrar al Jefe Maestro una vez más.
Al igual que las propias aventuras del Jefe Maestro, el desarrollo de Halo Infinite ha sido complicado y accidentado, pero el regreso del Spartan-117 ya es inminente y nuestras sensaciones tras probar una versión casi final son muy positivas.
El argumento de Halo Infinite tiene lugar un año y medio después de los acontecimientos de Halo 5, cuando el Jefe Maestro despierta tras estar perdido en el espacio y descubre que la Humanidad está más contra las cuerdas que nunca, a la vez que una nueva fuerza, los Desterrados, busca ocupar el sitio del Covenant.
El Jefe deberá reorganizarse a marchas forzadas y ver con qué fuerzas de la esquilmada UNSC puede contar al llegar a Zeta Halo, un anillo en el que hay dispersos puestos tanto de los marines como de los Desterrados.
En principio, el desarrollo es el mismo de siempre: exploramos un poco el escenario en busca de armas o granadas y vamos avanzando mientras acabamos con grunts, brutes y lo que nos salga al paso. Sin embargo, ya desde el comienzo tenemos un cambio importante: el gancho.
Podemos usarlo siempre que queramos, tras un par de segundos de "reposo" y nos sirve, principalmente, para escalar a zonas elevadas, si apuntamos bien. Pero también puede atrapar e inmovilizar por unos instantes a un enemigo, para que lo golpeemos mientras nos lanzamos hacia él.
Lo más interesante es que, después de un par de horas de juego, llegamos a la zona abierta de Zeta Halo y, a partir de ahí, podemos explorar mucho más libremente, ya sea a pie o con los vehículos que encontremos.
Esto abre una nueva dinámica dentro de los Halo, pues disponemos de muchas misiones secundarias en el mapa que nos ayudan a mejorar nuestro rendimiento. Así, podemos buscar núcleos de Spartan que nos den más resistencia o un mejor gancho, por ejemplo.
Pero también podemos barrer puestos de avanzada tomados por los Desterrados para crear una nueva base que nos sirva para hacer viajes rápidos, desvelar nuevas zonas de interés o solicitar vehículos o las armas que hayamos desbloqueado.
En ese sentido, Halo Infinite también habrá enemigos especialmente poderosos a los que dar caza para obtener sus armas especiales, como una variante más poderosa de la espada de energía. O quizá preferimos ayudar a escuadrones de marines para mejorar nuestra heroísmo y así acceder a más armas...
Lejos de resultar una molestia que entorpezca la aventura, esta dinámica más abierta sienta como un guante a la jugabilidad de Halo y nos pica constantemente a explorar y descubrir los secretos del mapa.
Para que la exploración sea más cómoda, podemos lanzar un "pulso" que nos indica en qué dirección está nuestro objetivo principal, así como uno secundario que marquemos en el mapa táctico.
En cuanto al apartado técnico, se ha mejorado mucho respecto a aquella controvertida demoque mostraba enemigos bastante risibles. Aquí, los brutes parecen brutos de verdad y su presencia y comportamiento son mucho más agresivos.
Todo esto, rodeado de multitud de efectos de explosiones, partículas o distorsiones, que hacen que meternos en un tiroteo con armas de energía sea un verdadero festival de color.
Es cierto que, visto con detenimiento, no alcanza el nivel de detalle de un Red Dead Redemption 2 o un Resident Evil 8, pero el juego es más abierto que este último y todo se mueve con una fluidez a prueba de balas.
También se ha mejorado mucho la expresividad de los personajes secundarios, principalmente los humanos... Aunque lógicamente el Jefe no es muy expresivo detrás del casco. Eso sí, no para de lanzar frases "flipadas" de héroe que son muy divertidas.
Por ahora, solo hemos podido probar la versión de Xbox Series X(el juego también saldrá en Series S, Xbox One y PC)y, aunque incluye una opción de elegir entre modo rendimiento o fidelidad, esta no estaba disponible. Sí podemos activar HDR 10+ o ampliar el ángulo de visión, por ejemplo.
Por cierto, el juego incluye un estupendo doblaje al castellano en el que el Jefe Maestro recupera su voz habitual. ¡Se agradece! En ese sentido, se disfruta mucho cuando escuchamos a los grunts lamentándose por fallar en plena batalla o provocándonos.
La IA de los enemigos parece la habitual y eso es bueno: se esconden cuando les atacamos desde algún lugar inesperado, intentan rodearnos, huyen cuando ven que todo está perdido... No es que sean rematadamente inteligentes, pero sí parecen "vivos", por así decirlo.
Al margen de un modo campaña que promete ser enorme (y que permite usar las consabidas calaveras o multijugador cooperativo), todo el mundo puede probar ya la beta multijugador, uno de los puntos fuertes de la franquicia.
Podemos organizar partidas online de 12 contra 12 en entornos gigantescos en los que usar vehículos o parapetos y no falta los modos habituales como Captura la Bandera, Bola Loca o la conquista de territorio.
Da igual que ganes o pierdas, el ritmo de las partidas es divertidísimo y variado, hasta el punto de que nos ha recordado a los buenos tiempos de Halo 3. Además, podemos desbloquear nuevos looks para nuestro Spartan si exploramos el modo Historia, así que todo se conecta.
Lo mejor es que el multijugador será free to play, así que cualquiera podrá jugar gratis y además habrá crossplay entre consolas y PC. Al margen de esto, habrá pases de batalla de pago, pero en 343 aseguran que no obligarán a pagar a nadie para mejorar, sino que serán otro tipo de incentivos.
Los pases de batalla están teniendo una progresión excesivamente lenta en la beta, pero los desarrolladores ya están trabajando para pulir esa faceta.
Por ahora, estamos sorprendidos para bien con el progreso que ha tenido Halo Infinite en estos meses. Tanto la historia, como el multijugador, los gráficos o el control parecen a la altura de un juego de la envergadura de Halo.
El 8 de diciembre, descubriremos si todos nos volvemos tan locos como Cortana por un juego que quiere marcar un hito para Microsoft Game Studios.
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