Nunca nos consaremos de pasar miedo (de vez en cuando, hasta pedimos una Cruzcampo en el bar), por lo que es una gran alegría comprobar que el regreso de la serie Remothered está a la vuelta de la esquina. Su juego anterior, Tormented Fathers, causó muy buenas sensaciones en 2018 y muchos lo consideraron el "sucesor espiritual" de ese icono que era Clock Tower. Ahora, Modus y Darril Arts vuelven a la carga con una segunda entrega, llamada Remothered: Broken Porcelain, que seguirá ampliando la historia del original. Hemos podido probar una demo de 2 horas y os damos nuestras impresiones a continuación.
La historia de Remothered gira en torno a la familia de Richard Felton, un misterioso millonario que trata de averiguar cómo solucionar su enfermedad, aparentemente incurable. A partir de ahí se articula una compleja trama de personalidades múltiples, secuestros, traiciones y terribles asesinatos en masa. No queremos entrar en muchos detalles por si no conocéis la (interesantísima) trama del original, pero os podemos aclarar que, aunque no lo jugárais, al comienzo de Broken Porcelain se nos da un rápido resumen de los hechos clave.
Este nuevo juego de terror arranca en 1973, en el hotel Ashman reconvertido en residencia para chicas, y nosotros nos ponemos en la piel de Jennifer (seguro que ese nombre os suena, pero de otro contexto, si jugasteis el original), una adolescente rebelde que, tras una discusión con su mejor amiga, escucha un misterioso metrónomo por la megafonía y descubre que su cuidadora, Andrea, está poseída por unas extrañas polillas que la convierten en una psicópata asesina.
Como Jennifer, tenemos que escaparnos de una Andrea obsesionada con clavarnos las tijeras en la cabeza, a la vez que vamos desbloqueando las habitaciones y pasillos del hotel para dar con una salida. La dinámica de juego de Remothered: Broken Porcelain es la propia de un survival horror clásico: jugamos en tercera persona y hemos de valernos de los items que encontremos para generar distracciones que despisten a nuestra perseguidora (lanzar una botella al otro lado de la habitación, por ejemplo) o incluso aturdirla temporalmente.
Andrea es capaz de detectarnos si nos ve o nos oye, así que hemos de escondernos bien y hacer poco ruido. Aprovechar el entorno es fundamental: las pisadas hacen más ruido si vamos por el suelo de madera que sobre una moqueta, por ejemplo. Además, disponemos de baúles o armarios para escondernos y forzar que deje de buscarnos, al estilo Alien Isolation u Outlast.
Si Andrea nos atrapa, podemos fintarla y salir corriendo o, cuando ya estemos contra las cuerdas, entrar en un rápido quick time event con el que clavarle un objeto punzante que la debilite unos segundos. Pero, si fallamos: moriremos con unas tijeras pasándonos de una oreja a otra. Aunque estos momentos de "acción" no son extraños, la mayoría del tiempo hemos de usar el sigilo y la exploración del entorno para dar con los puzzles que aclaren nuestro siguiente objetivo. Una nota en una habitación o un teléfono algo oculto pueden ser la clave de nuestro escape...
Esa sensación de que nuestra inventiva es la mejor arma para salvar a una vulnerable Jennifer sienta de maravilla a este Remothered: Broken Porcelain. Aprovechar los despistes de Andrea, juntar varios objetos para crear uno más efectivo (mediante un sencillo menú de creación con el que mezclamos "ingredientes") y medir la fuerza con la que damos cada paso son nuestras mejores armas.
Desde luego, toda esta premisa, junto a la apasionante historia del primer juego (que aquí tiene visos de seguir estando a la altura) hacen que este survival horror sea muy atractivo a priori. Eso sí, hay que señalar que la versión que nosotros probamos (en PC) estaba aún bastante verde, con una detección de objetos muy irregular, fallos de cámara y animaciones faciales que aún necesitan bastante trabajo, si bien sus responsables aclaran en las notas de la beta que ya están trabajando en corregir todo eso.
El apartado visual ha subido muchos enteros desde aquel Tormented Fathers y tanto los modelados como la iluminación son muy cumplidores. Nos mete mucho en "faena" ver cómo Jennifer se llena de heridas y ropa desgarrada a medida que es atacada por Andrea o cómo el ambiente se va cargando de "suciedad" cuando la amenaza de los perseguidores está más presente. No llega a los niveles de un Resident Evil 2, desde luego, pero sí está a un nivel muy digno.
El apartado sonoro mezcla unas voces correctas pero algo reiterativas (Andrea no para de repetir las mismas frases mientras espera a encontrarnos) con una música chirriante y tensa, perfecta para un juego de terror así. Todo esto, apoyado por unos efectos de sonido muy atmosféricos: el crepitar de la madera cuando la pisamos, el viento y la nieve golpeando las ventanas...
Tras probar esta rápida demo y a pesar de los numerosos defectos técnicos que aún quedan por pulir, hemos quedado con muy buenas sensaciones. Se ve venir una historia compleja y llena de giros (¿esta Jennifer es "esa" Jennifer de la primera parte) y, sobre todo, unas buenas dosis de tensión al viejo estilo, cuando aterrice el próximo 20 de octubre. Como si las polillas no nos pusieran suficientemente nerviosos en la vida real...
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