Viajamos hasta la ciudad de Los Ángeles para volver a probar Shadow of the Tomb Raider, la nueva entrega para PS4, Xbox One y PC de las aventuras de la asaltadora de tumbas más famosa de la historia de los videojuegos. Como recordaréis, se trata de la tercera entrega del reboot -iniciado por Crystal Dynamics en 2013 con el lanzamiento de Tomb Raider-, y está llamada a ser el capítulo final que concluya la historia de orígenes de Lara Croft, y donde convertirá en la arqueóloga que todos conocemos y amamos.
En esta ocasión, Lara viaja hasta Sudamérica para desbaratar los planes de la Trinidad, tratar de sobrevivir al Apocalipsis y explorar muchas, muchísimas tumbas. Poco después de su presentación, tuvimos la oportunidad de probar una pequeña demostración de Shadow of the Tomb Raider. Si todavía no habéis leído nuestro avance, os invitamos a que lo hagáis.
En esta ocasión pudimos volver a jugar ese misma demo que tenía lugar en México, durante las festividades del Día de los Muertos. Pero antes, sus responsables (que esta vez pertenecen a Eidos Montreal, aunque Crystal Dynamics está supervisando el desarrollo) nos hablaron de algunas de las principales novedades de esta entrega... Y nos mostraron un nuevo y revelador gameplay. En estas impresiones de Shadow of the Tomb Raider vamos a centrarnos en esa parte.
Lo primero que nos mostraron fue un poblado, en lo más profundo de la selva peruana, que actúa como HUB. Si habéis jugado a la anterior entrega, Rise of the Tomb Raider, recordaréis que allí ya se coqueteó con la idea de localizaciones que sirven como zona central a la que volver habitualmente (el campamento en la región siberiana y el valle geotérmico podrían considerarse pequeños HUB).
En Shadow of the Tomb Raider vamos a encontrarnos con la evolución de esta idea, y este poblado será una ciudad en miniatura que conecta con diversos niveles de la aventura. En el gameplay que nos mostraron, Lara -ataviada con un conjunto tradicional de la región, pero sin olvidar los piolets y el arco- exploraba el lugar. Por lo que pudimos ver gozaba de un tamaño considerable, contando incluso con pequeños "barrios" en los que veremos reflejada la cultura de sus habitantes. Por poner un ejemplo, en la zona norte del poblado residían los miembros más devotos de la tribu indígena, así que allí encontraremos iconografía religiosa que no veremos en ninguna otra parte del HUB.
Tuvimos también la oportunidad de charlar con Arne Oehme, diseñador de niveles en Shadow of the Tomb Raider, que nos contó que uno de los principales aspectos del juego es la sensación de que el mundo está vivo, y para ello se ha aumentado el tamaño de todos los escenarios, alcanzado dimensiones que triplican las de los vistos en Rise (en el caso de los más amplios).
De hecho, uno de los motivos de que Eidos Montreal se encargue de Shadow of the Tomb Raider se debe a la experiencia que el estudio tiene a la hora de recrear HUBs, experiencia que han obtenido gracias a títulos como Deus Ex: Human Revolution y Deus Ex: Mankind Divided. Nos comentaba también que el HUB que vimos en la demo no está conectado con todos los niveles del juego, y que podemos esperar más de uno en Shadow of the Tomb Raider. ¿Significará eso que la selva no será la única localización que visitaremos en esta aventura?
Otro elemento que aparecía en Rise of the Tomb Raider y vuelve en Shadow son las misiones secundarias. Al más puro estilo RPG, encontraremos NPCc con símbolos sobre su cabeza que indican que tienen un encargo para Lara, pudiendo aceptarlo y acometerlo en cualquier momento. En la demostración, Lara aceptaba la misión de un muchacho y salía a la selva para completar un desafío.
En Shadow of the Tomb Raider encontraremos dos tipos de tumbas: las criptas y las tumbas de desafío. Las criptas son una evolución de las vistas en Rise, que solían ser habitaciones con un puzle o desafío no demasiado complejo (pensad en las cuevas que encontrábamos a menudo repartidas por el escenario). En Shadow of the Tomb Raider, las tumbas han crecido en tamaño y cuentan con un buen número de trampas y puzles, hasta el punto de que cuesta diferenciarlas de las tumbas de desafío.
Las tumbas de desafío, por su parte, siguen siendo niveles opcionales de gran complejidad que ocultan un gran tesoro; eso no ha cambiado. La gran diferencia es que las de Rise estaban construidas con un diseño ascendente, y veían a Lara escalando constantemente. En Shadow of the Tomb Raider es justo lo opuesto, y la arqueóloga tendrá que descender a las profundidades. Una bonita metáfora para la evolución psicológica que vivirá en esta aventura.
Porque, como sabéis, Shadow of the Tomb Raider nos va a mostrar a la Lara más oscura hasta la fecha. Si en Tomb Raider conocimos a una joven superviviente y en Rise a una experta aventurera, esta entrega nos va a presentar a una cazadora letal que no duda a la hora de apretar el gatillo. Y pudimos comprobarlo a la perfección en la siguiente sección, centrada en el sigilo y el combate, y ambientada en la selva.
Lara se ocultaba en lo alto de un árbol, vigilando a un grupo de enemigos que la estaba buscando. El sistema de crafting que vimos en Rise vuelve, aumentado y mejorado, y en esta situación vimos cómo mezclando varios elementos naturales, se creaba un nuevo tipo de flechas apodadas "flechas enloquecedoras". No es la única novedad, y ahora Lara también puede recoger distintas plantas para fabricar potenciadores que mejoran aspectos como la salud o la fuerza durante un tiempo limitado.
Al disparar las flechas contra un enemigo, este nuevo tipo de munición hacía honor a su nombre, logrando que el objetivo enloqueciese y atacase a sus enemigos.
Desde su posición privilegiada en lo alto de la rama, y aprovechando la confusión, Lara utilizaba una flecha con cuerda, un ítem que ha aparecido en las dos anteriores entregas. Pero ahora, además de para desplazarse, le permiten atraer a un enemigo hasta lo alto del árbol y colgarlo, mientras lo estrangula con violencia.
La combinación de selva indómita y las nuevas mecánicas letales hacían que, por momentos, Lara pareciese un cruce entre Batman y Depredador.
Tras acabar con el grupo la heroína bajaba hasta el suelo, pero caía deslizándose por una cuesta y acababa cubierta de barro. Esto ya no es sólo un curioso detalle visual: ahora, al estar embarrada, la cazatesoros puede camuflarse con el entorno y pasar desapercibida con mayor facilidad entre los enemigos. Y aprovechando que varios enemigos se encontraban relativamente cerca y no habían detectado su posición, ponía en práctica algo que los seguidores de la saga Far Cry reconocerán: asesinatos encadenados con cuchillo.
Lara ha ganado un buen número de habilidades que facilitan el sigilo, pero eso no significa que los enemigos vayan a dejarse asesinar así como así. Al causar una distracción usando un objeto del entorno, vimos cómo un enemigo disparaba sin dudar hacia el lugar del que provenía el ruido. Así que no podremos contar con explotar los puntos débiles de la inteligencia artificial (o, al menos, no esperéis que todos los enemigos se acerquen a investigar ruidos como pazguatos).
Colocar trampas, destruir focos para disminuir la visibilidad de los enemigos... Como veis, el sigilo ha ganado en importancia en Shadow of the Tomb Raider. Pero quizás el mayor indicativo de esto es que ahora, si los enemigos detectan a Lara y se inicia un tiroteo, es posible huir, salir de su vista y escondernos en un lugar seguro, logrando que abandonen el estado de alerta y dándonos una nueva oportunidad para completar el acercamiento sigiloso.
La demo terminaba con una de las clásicas secuencias de "carrera mientras todo se derrumba a nuestro alrededor" en una suerte de instalación petrolífera. Al terminar, y tras varias varias explosiones, varios enemigos quedaban malheridos, profiriendo gritos de dolor. Veíamos entonces la figura de Lara emergiendo del agua, rodeada de llamas, provocando un contraluz que sólo dejaba atisbar su silueta. Su sombra.
Acto seguido se acercó lentamente a uno de los enemigos, ya derrotados, que suplicaba ayuda tirado sobre el barro. Y sin parase a pensarlo ni un segundo, sin el mínimo atisbo de duda en sus ojos, la cazadora de tumbas lo ejecutaba a sangre fría de un único disparo en la cabeza.
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