Análisis de Red Steel 2 con su MotionPlus

Hay que reconocer que Nintendo ha tenido un detallazo con todos los usuarios de Wii, ya que el lanzamiento de Wii MotionPlus ha supuesto una mejora evidente en la forma y la precisión que los juegos pueden detectar nuestros movimientos. Ahora sólo falta que los títulos se aprovechen de esta innovación que Nintendo ha puesto en nuestras manos.

Así, para poner las cosas en su sitio, Red Steel 2 no sólo tiene soporte para el dispositivo que mejora la detección de movimientos de Wii, sino que está diseñado con esa idea en mente. Es decir, llevar ese control plus más allá de lo que lo hizo el primer, y fallido, Red Steel.

Si recordáis, la experiencia que nos ofreció Ubisoft con el primer Red Steel no llegó a cuajar con el concepto de consola que rodeó a Wii. Sin embargo, hay que reconocer la necesidad de un título así en aquellos tiempos, cuando se encasillaba a los usuarios y sus gustos. Un título en primera persona, en el que usábamos los mandos como si fueran armas blancas y que nos invitaba a mover los brazos sin descanso. Toda una experiencia, original ante todo, que no tuvo el éxito esperado. Aún así, los responsables de Red Steel no han tirado la toalla y vuelven para que veamos lo que realmente querían que probáramos. A día de hoy, el uso de de Wii MotionPlus es obligatorio con este juego, lo cual ya nos da una pista de lo que podemos esperar.

Te debes al clan
Después de superar los problemas con la Yakuza, ahora son los piratas del desierto los que quieren probar tu acero. Con cuatro armas de fuego disponibles y poca munición, las espadas y los movimientos especiales son lo que más se usa. A modo de magias, los poderes Kusaragi sirven para lanzar al aire a los enemigos y dispararles según vuelan, por ejemplo. Todo un espectáculo en Wii, que pone el listón bastante alto para futuros títulos.

El control parece haber sido el apartado más importante para los desarrolladores. Con la capacidad de Wii MotionPlus, que ha demostrado un gran nivel en Wii Sports Resort, los movimientos rápidos quedan bien reflejados. Sin embargo, hay que hacer gestos amplios que llegan a cansar. Gajes del oficio, según dicen, porque si todo fuera usar los dedos estaríamos hablando de un mando más tradicional.