Análisis FUSER para PS4, Xbox One, Nintendo Switch y PC

En cierto modo, se puede decir que Harmonix han sido los "padres" de los videojuegos musicales occidentales, o al menos, los responsables de los que más hondo han calado y a más gente han llegado. Aunque sus dos primeros títulos, Frequency (2001) y Amplitude (2003) no cosecharon gran éxito, dieron en la tecla con los dos primeros Guitar Hero, y desde ahí revolucionaron el género, después con Rock Band y Dance Central.

Con FUSER para PS4, Xbox One, Nintendo Switch y PC (es compatible con PS5 y Xbox Series X y S, aunque no está optimizado) su propuesta a cambiado por completo de enfoque, y prescinde de lo que en otro tiempo fue su mayor reclamo: los instrumentos de plástico. Aquí jugamos con el pad de toda la vida, para convertirnos en un DJ "de los de ahora", con ordenador debajo del brazo.

Como ha sucedido con anteriores juegos de Harmonix, tampoco falta a su cita en este análisis de FUSER el modo campaña, en el que encarnamos a un joven DJ que aspira a saborear las mieles en multitudinarias sesiones frente al público. Pero para llegar ahí, antes hay que triunfar en las sesiones de tarde, y por supuesto, dominar todas las herramientas de nuestra mesa de mezclas.

Así, este modo campaña hace las veces de tutorial (cada nivel suele consistir en aprender algo nuevo), y cada uno de los 6 productores hace las veces de nivel "temático", tanto a la hora de aprender nuevas cosas relacionadas como por abrazar de manera más o menos directa un genero musical. De este modo, a medida que nuestros bolos vayan saliendo bien, iremos subiendo en el escalafón hasta dar la sesión de la noche...  

En torno a este planteamiento, FUSER ha creado un sistema de juego que recupera muchos de los tropos del género, como pulsar el botón en el momento justo, pero adaptado a la experiencia de ser un DJ y con un sinfín de variables que poco a poco van complicando la experiencia. Jugarlo es fácil, dominarlo requiere tiempo. Pero vamos a explicar un poco su base... por si no leíste nuestras impresiones de hace unos meses.

La mesa de mezclas de Fuser cuenta con cuatro platos, en los que colocaremos los discos que haya disponibles en cada sesión (algo que explicamos un poco más abajo). Cada plato está asociado a uno de los botones frontales del mando (ABXY en Xbox/Switch/PC y Cuadrado, Triángulo, X y Círculo en PS4).

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Por otro lado, contamos con una caja de discos, en la que metemos los temas que queremos pinchar antes de empezar la sesión. En FUSER hay un total de 100 temas distintos, algunos se desbloquean por ser parte central de una sesión, al alcanzar un determinado nivel (por superar sesiones ganamos XP y subimos de nivel) y otros los compramos con las fichas musicales que ganamos en nuestros bolos.

Si tenemos que definirla de alguna manera, la lista de temas de Fuser es ecléctica a más no poder. Hay de todo, y de de todas las épocas, desde el legendario "Funky Cold Medina" de Tone Loc a Panic at the Disco "High Hopes", sin olvidar temas de 50 Cent, Lady Gaga, The Killers, Rick Astley, Lady Gaga, A-ha, The Weeknd, Donna Summer  y otros muchos más la lista completa podéis verla debajo de estas líneas. Por haber, hasta hay algo de Country, de los 70

Con los temas ya elegidos, iniciamos la sesión. Con el stick izquierdo y L1 y R1, para cambiar de página, nos movemos entre las portadas de los discos disponibles en nuestra caja. Cada tema se divide a su vez en cuatro "pistas", ritmo/batería, guitarra, teclado y voz (puede haber otras variantes, como caja de ritmos, instrumento de viento...), que a su vez se representan con los colores de los botones frontales del mando (rosa cuadrado, rojo círculo...).

Así, si en un disco pulsamos el botón cuadrado (hemos realizado este análisis de FUSER con la versión de PS4), automáticamente colocaremos en el plato dedicado al ritmo la pista de ritmo de este tema. Si cambiamos de disco y volvemos a meter el ritmo, reemplazará al anterior disco. Si elegimos en otro tema la pista de voz, al pulsar círculo lo mandaremos al plato reservado para la voz.

Pero no es todo tan simple: cuándo metemos el disco es un momento clave de cualquier sesión, y meterlo justo en el downbeat (el cuarto golpe en un compás) nos da puntos extra. A tal efecto, cada tema muestra una barra con el compás. Y también muestra otros puntos de color interesantes en la canción, los llamados "picks," que nos permiten enchufar alguna pista concreta del tema (recordamos, la voz, los teclados...) en el momento justo para conseguir más puntos. 

La cosa no acaba ahí: a la hora de elegir un disco, si mantenemos presionado cualquier botón frontal (cuadrado, X...) podremos forzar que haya dos o más platos con el mismo tipo de pista, es decir, que podemos por ejemplo tener en los cuatro platos sólo la pista de voz de 4 temas distintos, o cualquier combinación que se os ocurra. En FUSER también podemos controlar el nivel de intensidad de la mezcla, quitando los discos de los platos para ir "frenando" el rimo, silenciando algunos platos... o volviendo a activarlos para lograr un "subidón".

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Nuestro control sobre la mezcla no descuida otros apartados, como poder meter efectos a toda la mezcla o a una pista, hacer una "captura" o copiar un fragmento de una mezcla para usarla en otro momento, recibir peticiones del público (pon algo de los 70, de un cantante, o de un instrumento concreto), y controlar otras variables del espectáculo, desde las proyecciones, las diversiones para los espectadores (soltar una pelota...) y mucho más.

Todo, mientras vamos cumpliendo los objetivos que van apareciendo en cada tramo de la sesión. Los objetivos de FUSER se muestran en la esquina inferior derecha de la pantalla, y pueden ser como poner 2 o más discos de un género, que suenen sólo dos platos... o meter X discos al downbeat. Algunos de estos retos, además, tienen un temporizador, que nos obliga a mantener ese requisito un tiempo.

De este modo Fuser va complicándose poco a poco, sin prisa pero sin pausa, y lo que al principio parecía algo sencillo, pulsar el botón en el momento justo, va introduciendo variables que refinan aún más esa mecánica y que cada vez exige precisión al jugador. Prueba de ello es que, en todas las sesiones recibimos una puntuación de 1 a 5 estrellas por lo bien que lo hagamos.

Pues bien, de primeras, olvídate de conseguir las 5 estrellas, porque es algo que requiere tiempo. Alcanzar hitos como conseguir 3 o 5 estrellas de valoración desbloqueará accesorios y prendas para nuestro DJ, entre otras cosas. Además, aparte de la experiencia para subir de nivel y de las fichas musicales para desbloquear temas, contamos también con fichas de estilo, que nos permiten modificar la apariencia de nuestro DJ, y personalizar su "show", pudiendo decidir muchas variables del espectáculo, desde el efecto de las luces o el color de los fuegos artificiales a las proyecciones en las pantallas.

Todo esto hace que FUSER sea un juego muy entretenido, con una interesante curva de aprendizaje, aunque cuanto más avancemos en la campaña, más complicadas se vuelven las cosas. Pero, aun en los momentos difíciles, consigue una cosa: que pinches lo que pinches, suene bien... y en casi todas las sesiones habrá algún momento en que la mezcla te hipnotice por lo pegadizo de su sonido y lo bien que suena.  

Esto es, en cierto modo, porque el juego "hace trampa". La parte difícil de una mezcla. como es ajustar el BPM o la velocidad del ritmo, o el timbre, lo hace de manera automática y siempre, al poner un disco, lo hará de manera que case con lo que está sonando en ese momento. Por eso, los que tengan algunas nociones de mezcla, echarán en falta que no haya un modo "pro" que permita ajustar otros aspectos.

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Al margen del modo carrera de FUSER existen otras opciones y modos, como un modo libre o "Freestyle" que nos permite mezclar sin límites ni objetivos y así buscar y personalizar al máximo nuestro sonido, o un multijugador competitivo y cooperativo para hasta cuatro jugadores (y 8 espectadores), en los que por turnos, los DJs irán actuando (y podrás hacer peticiones y reaccionar con "ritmojis".

Tampoco faltan opciones para crear y compartir tus mezclas con la comunidad, valorar las de otros jugadores, participar en desafíos... Vamos, que el juego no se acaba con el modo campaña. Es largo, duradero, y todo apunta que seguirán llegando nuevos temas vía DLC para seguir manteniendo vivo el juego.

No lo vamos a ocultar: la propuesta de Fuser nos ha gustado, está bien ejecutada y es divertida... aunque cuanto más progresamos en la campaña más exigente se vuelve, y quizá pueda llegar a frustrar a algunos. Del mismo modo, igual que toda la parte de las mezclas funciona de maravilla, tanto en lo visual como en lo sonoro, las escenas en las que conversamos con los productores, o incluso algunos menús y opciones de personalización del DJ no están al mismo nivel.

Empezando por las escenas con los productores, se pueden aprecian leves petardeos y el diseño de los personajes, aunque sigue la estela de lo visto en otros juegos de Harmonix, nos dejan la sensación de ser modelos al estilo "cartoon" algo desfasados. No en vano Guitar Hero tiene 15 años, y en cierto modo recuerdan a sus gráficos y los de Rock Band.

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FUSER (9 imágenes)

Con las opciones para personalizar a los DJ pasa algo parecido: no son excesivamente numerosas (aunque desbloqueamos más) y el interfaz nos ha parecido algo simple... pero bueno, no es en la parte del juego donde vas a pasar más tiempo. 

Al menos, en esta ocasión, todos los diálogos llegan doblados y, como decimos, lo importante, el sonido y la presentación de las sesiones sí está muy cuidadas. Todo ello hace que nuestra opinión de Fuser sea más que favorable: si te gustan los juegos musicales y el mundo DJ te atrae mínimamente, es una propuesta bien ejecutada, con ideas interesantes y una profundidad que te obligará a dedicarle tiempo para llegar a dominarlo por completo.