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Análisis de Madison, el juego más terrorífico de los últimos tiempos

Madison

El survival horror en vista subjetiva alcanza un nuevo nivel de miedo con esta aventura heredera de P.T. Resuelve el misterio de Luca y Madison...

Parece que los diseñadores de videojuegos han vuelto a pillar la fiebre de crear aventuras de terror y, en ese sentido, no seremos nosotros quienes se quejen, pero muchas de ellas parecían quedarse a medio gas.

Pues podéis creernos: eso no pasa con Madison, el nuevo juego de los argentinos Bloodious Games, el cual se convierte con mérito propio en la aventura más terrorífica que hemos probado en mucho tiempo. No recordamos cuánto hace que un juego de este tipo nos acelerara tanto el pulso, pero no solo vive de sustos.

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El argumento de Madison nos pone en la piel de Luca, un chico que despierta confundido en una habitación a oscuras. Al otro lado de la puerta, su padre le grita iracundo, acusándolo de algo terrible. A partir de ahí, Luca intenta escapar a través de la casa de sus abuelos, que está justo al lado.

Pronto descubre que esa casa no parece tener salida y que el hecho de que él esté ahí parece ser parte del plan de un demonio que quiere utilizarlo como títere para... ¿qué? A medida que avancemos, los acontecimientos se volverán más y más siniestros y los sustos más comunes.

Jugamos en vista subjetiva y sí, el desarrollo recuerda desde el principio a esa legendaria demo P.T. que tanto dio que hablar en su momento y cuya influencia no esconde esta aventura.

Como Luca, no tenemos ninguna habilidad defensiva o de ataque y nuestra labor consiste en buscar objetos que nos hagan avanzar por nuevas estancias de la casa (llaves, una palanca para arrancar maderas...), pero con una variante especial...

Uno de los primeros objetos que encontramos es una cámara instantánea tipo Polaroid, que recibimos como misterioso regalo de cumpleaños... Podemos hacer todas las fotos que queramos y revisarlas luego, pero solo algunas serán importantes.

Resulta que la cámara tiene la capacidad de desencadenar ciertos acontecimientos paranormales cuando fotografía cosas concretas y buena parte de los puzzles se basará en entender cuándo toca usar la cámara y cuándo los objetos que tengamos.

Madison

Al margen de la cámara, disponemos de un cuaderno en el que Luca, movido por una fuerza que no comprende, realiza extraños dibujos en ocasiones. Otros puzzles se basarán en entender qué significan esos dibujos y cómo actuar a continuación.

En nuestro inventario podemos llevar hasta 8 objetos, pero en un par de puntos hay una caja fuerte en la que podemos guardar los que queramos, para recuperarlos luego. Esto pasará más de una vez, porque podemos encontrar, por ejemplo, varias cintas de cassette en la que un sacerdote nos explica qué está pasando...

Como veis, el desarrollo de Madison se basa mucho en la gestión de los objetos y en entender qué rincón de la casa visitar en cada momento, pero también hay puzzles estáticos y basados en activar interruptores en un orden concreto o en colocar unos cuadros de una determinada forma.

Al principio, los puzzles son razonablemente sencillos, pero a medida que nos acerquemos al final de la aventura, estos se volverán más crípticos y complejos, hasta el punto de que os devanaréis los sesos pensando en qué se espera de vosotros exactamente.

Madison

Pero claro, no es tan sencillo pensar cuando estás asustado. Y creednos, Madison es un juego que da miedo, mucho miedo.

Sí, existen ciertos monstruos que pueden aparecer en momentos clave del desarrollo y que sí, pueden llegar a matarnos. Cuando eso sucede, simplemente regresaremos al último checkpoint automático, pero el susto que os llevaréis va a ser fino.

Terror imprevisible

Existen ciertos eventos aleatorios. Al principio, serán cosas desconcertantes sin más, como sillas que cambian de lugar o puertas que se cierran. Pero, más adelante, los monstruos también aparecerán de forma aleatoria ante nosotros para desaparecer un segundo después, siempre acompañados de algún grito y música estridente.

Solo con esto, ya bastaría para que nos diéramos más de un susto, pero esta aventura de terror tiene muy buenos cimientos en una música tenue, pero constante, que mete el mal rollo en el cuerpo sin que nos demos cuenta.

Además, no paramos de escuchar puertas que se mueven, suelos que crujen, truenos que suenan en la distancia... El juego tiene sonido 3D y, con auriculares o headset, la inmersión es total.

Una faceta que otros juegos descuidan y que aquí destaca son las voces. Sí, solo están en inglés con subtítulos en castellano, pero están tan metidas en el papel que se lo perdonaréis aunque no dominéis el idioma. En particular, el actor de Luca opina sobre todo lo que ve con una voz temblorosa por el pavor y el desconcierto que siente.

Esto hace que empaticemos mucho con el personaje, porque parece decir lo que nosotros pensamos. "Esto no puede tener sentido". "¿Qué puñetas signifca esto que he dibujado?". 

Sus frases, quejidos y jadeos reconfortan porque no nos sentimos "solos", pero a la vez confirman que estamos en un buen aprieto.

Madison

De hecho, Luca opina tanto sobre lo que le pasa que hay una opción para desconectar sus voces (dejando solo los subtítulos) para que así nuestro protagonista entre en "modo silencioso".

Pero también importan, y mucho, los efectos de iluminación, con luces que se encienden y se apagan, pasillos invadidos por una luz roja que parecen tener una amenazadora silueta al fondo...

Tecnología al servicio del infarto

Luz, sonido y objetos se orquestan para meternos el pavor en el cuerpo casi desde el minuto uno y os garantizamos que vais a dar más de un respingo.

Tanto que, de hecho, puede llegar a ser un poco angustioso de más para algunos jugadores. Las apariciones aleatorias del tramo final hacen que sea un poco estresante moverse por la casa para intentar entender los puzzles, pero si sois tipos duros, lo vais a pasar muy bien pasándolo mal.

Lo mismo pasa con la iluminación, que nos lleva por pasillos casi a oscuras (aquí no tenemos linterna, solo un mechero en un tramo muy corto) donde a veces hay que tirar de instinto, pero esa es parte del encanto de la experiencia.

Aunque la mayoría del tiempo estamos en la casa, hay algunas partes "diferentes", que juegan con la carga al vuelo de nuevos entornos, al más puro estilo The Evil Within. Precisamente, ver que la casa parece cambiar a nuestro alrededor es clave para hacernos sentir vulnerables.

Madison se basa casi por completo en la resolución de puzzles, así que su duración dependerá mucho de lo que tardéis en irlos resolviendo. Os puede llevar cerca de 8 horas llegar al final pero, para que os hagáis una idea, existe un logro por pasarse el juego en cerca de 3 horas. Pero claro, para eso, hay que saberse los puzzles de memoria y moverse a toda pastilla.

Hay algunas tareas secundarias, como encontrar unas fotos rojas y azules desperdigadas por la casa, pero no aportan nada realmente interesante. En el lado "negativo" de la experiencia, también hay que destacar que la detección de objetos interactivos es algo irregular y a veces veremos que tenemos algo delante que no reaccionará si no colocamos la vista en un punto exacto.

Madison

Por cierto, jugando en PS5, llegamos a un punto en el que el juego se "crasheó" en un autosalvado y se estropeó la partida salvada... Al preguntar a sus responsables, nos dieron un código para Steam en el que no tuvimos ese problema y nos dijeron que trabajan para resolverlo en PlayStation. No sabemos si pasará a todo el mundo con PS4-PS5, pero advertidos estáis, porque puede ser una faena.

En cualquier caso, reconocemos que Madison nos ha sorprendido para bien. Esperábamos un terror más convencional al estilo de los recientes Oxide: Room 104 o Fobia: St. Dinfna Hotel, pero aquí hemos pasado miedo de verdad.

Los puzzles también son interesantes (atentos a las pistas que dan las cucarachas, por cierto) y algunos suponen un reto especialmente llamativo, por lo que el conjunto es una experiencia ideal para los que queráis asustaros sin paliativos. Quizá recuerde de más a clásicos similares como Outlast, pero desde luego impacta.

A la espera de lo que aporte ese prometedor The Callisto Protocol en diciembre, Madison se lleva por ahora el galardón de juego más terrorífico del año. Y sí, sale tanto en físico (solo en PS4, PS5 y Switch) como en digital, pero ya estamos deseando que llegue una edición coleccionista con un vasito de tila de regalo.

VALORACIÓN:

De lejos, el juego que más pavor nos ha hecho pasar en mucho tiempo. Como aventura ofrece puzzles muy interesantes, a pesar de ciertas trabas en el control.

LO MEJOR:

Su magnífica atmósfera, que juega a la perfección con lo visual y el sonido. Algunos puzzles tienen mucha miga.

LO PEOR:

La imprecisión en algunas partes del control. Quizá pueda ser excesivamente hostil para algunos jugadores.

Plataformas:

Nintendo Switch,

PC,

PS4,

Xbox Series X,

Xbox One,

PS5

Versión comentada: PC

Hobby

85

Muy bueno

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