He jugado con Minabo y me ha gustado. Análisis de un indie con mucho encanto

Hay videojuegos y productos en general que se hacen populares porque su nombre puede dar pie a dobles sentidos (que se lo digan a ODT o al Mitsubishi Pajero), pero eso no haría para nada a Minabo, un juego indie creado en España y que llega por fin a PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X|S, Switch y PC.

Sí, como decimos sus responsables son los españoles de Devilish Games (creadores de Path to Mnemosyne, entre otros) y eran plenamente conscientes de que el nombre traería chanzas, pero esa no era más que la puerta de entrada para un desarrollo original, con personalidad y, sobre todo, capaz de hacernos reflexionar sobre nuestra propia vida, algo que no está al alcance de cualquiera.

Minabo: A Walk Trough Life es un simulador social (como pueden serlo, a otra escala, juegos como Los Sims) que nos propone algo muy sencillo y muy ambicioso a la vez: tomar el papel de un nabo "humanoide" desde el mismo momento en que nace hasta que muere, ya sea de viejo o por otras causas.

Nuestro nabo nace brotando de la tierra, junto a sus progenitores. Ni ellos ni ningún otro personaje tiene distinción de sexo y, al nacer, puede que ya tengamos algún hermano o no. Nada más nacer, solo podemos gatear, pero después de cumplir un año, ya podremos caminar. ¿Y cómo cumplimos años?

El análisis de Minabo: A Walk Trough Life en Hobby Consolas:

• El gameplay de Minabo
• Nivel de dificultad de Minabo
• Cuánto cuesta Minabo: A Walk Trough Life y dónde puedes jugarlo
• La opinión de Hobby Consolas de Minabo: A Walk Trough Life
• Nota: Lo mejor y lo peor de Minabo

Jugabilidad y gameplay de Minabo: voy caminando por la vida...

Ese es uno de los pilares del juego: al pulsar uno de los 4 botones de acción (B, en el caso de Switch, que es donde lo hemos jugado), haremos que el personaje gatee o camine, avanzando por el escenario 2D. A medida que caminamos, cumplimos años. Si no caminamos, no "pasará el tiempo".

Nosotros marcamos, por tanto, el ritmo en el que avanzamos en la vida, en función de la velocidad con la que pulsemos ese botón. El desafío general consiste en que hemos de vigilar tres medidores de nuestro personaje: pertenencia, contacto físico e intimidad. Estas variables no se han elegido al azar, sino que han sido indicados por una psicóloga a la que los desarrolladores consultaron.

Si descuidamos esas variables, un cuarto medidor, el de nuestra esperanza de vida, irá volviéndose más corto. Cuando avancemos los años suficientes para coincidir con el final de ese medidor, nuestro personaje morirá. Esto puede pasar, por ejemplo, a los 85 años... ¡o a los 20! Todo depende de cómo vivamos y qué facetas cuidemos.

¿Y cómo cuidamos esas variables de pertenencia, contacto físico e intimidad? Básicamente, interactuando con los otros nabos que encontremos por el camino y que también van caminando en paralelo a nosotros. 

Lógicamente, los primeros que encontraremos serán nuestros padres, pero más adelante hallaremos nabos que pueden llegar a convertirse en amigos o hasta amantes. Si cuidamos mucho la relación, podremos tener hijos. También hay rábanos, que en vez de ser "humanos", hacen las veces de animales, con los que podemos interactuar para que pasen de ser salvajes a ser nuestras mascotas.

En el caso de los nabos, cada uno de ellos tiene sus propios medidores, que van menguando si no les hacemos caso, hasta el punto de que cualquier personaje puede morir durante nuestro camino. 

Para interactuar con otro nabo, basta con señalarlo con el stick y pulsar uno de los 3 botones de acción, que se corresponden con las 3 necesidades que mencionábamos antes.

Además de sus propios medidores, tendremos una indicación de las probabilidades de éxito para cada interacción. Según sus medidores y el contexto de la situación, los nabos reaccionarán de forma positiva, neutral o negativa y eso afectará a nuestros propios medidores.

Por ejemplo, es lógico que, nada más nacer, intentemos el contacto físico con nuestros progenitores y ellos reacciones positivamente, pero puede que si intentamos eso mismo con un desconocido del camino, este se muestre en contra, lo que hará que baje nuestro medidor correspondiente.

Cuando eso sucede, normalmente tenemos la oportunidad de volver a pulsar el botón para demostrar nuestra disconformidad, enfado o indiferencia, lo que puede dar un pequeño "chute" a nuestro medidor, pero hará que descienda un punto nuestra afinidad con el otro nabo.

Y es que cada nabo, además de sus 3 medidores de necesidad, mostrará encima de sí un medidor de relación con nosotros. Si al principio nos encontramos con otro nabo por el camino, este será un desconocido. Si trabajamos la relación, pasará a ser amigo, mejor amigo, amante y pareja, en ese orden. 

Pero puede suceder que las interacciones vayan saliendo mal y pasemos rápidamente a una situación de hostilidad. Normalmente, cuando tenemos interacciones negativas, los otros nabos se quedarán parados o se alejarán mucho de nosotros, en una clara metáfora de cómo nos alejamos de la gente en la vida real.

Pocos botones, mucho por hacer

Algunas situaciones especiales tienen una especie de minijuego aparejado. Por ejemplo, si ejecutamos una interacción para iniciar un romance, los dos nabos se darán la mano y tendremos que caminar con el ritmo justo, ni muy rápido, ni muy lento, para que ambos caminen de forma acompasada unos segundos y "triunfe" en romance.

Si un nabo muere delante de nosotros, tendremos que pararnos y decir cómo reaccionar frente a su lápida: si lloramos su muerte, si pasamos de él... Todo ello influirá en nuestros medidores.

Por cierto, de vez en cuando puede que encontremos ítems por el camino que nos permitan alargar la esperanza de vida del nabo que elijamos, acortarla o algo al azar.

En otros momentos, podemos encontrar unos nabos especiales que llevan un sombrero. Podemos retarlos a un piedra-papel-tijeras y, si ganamos, nos llevaremos su sombrero, que se guardará en nuestro inventario. 

En ese menú podemos decidir qué sombrero llevar, lo cual genera efectos de lo más variados: más éxito en ciertas relaciones, menos penalización en reacciones negativas... ¡O incluso ver el fantasma de los nabos muertos! Hay decenas de sombreros, que aportan ese lado coleccionista a la experiencia de juego.

En ese sentido, no hay forma correcta de avanzar en el juego: puede que solo interactuemos con nuestros padres a lo largo de toda la vida, que tengamos muchos amigos pero sin un grado de afinidad muy grande o hasta puede que solo nos preocupemos de tener mascotas.

Durante los hitos de la vida, como el paso a la adolescencia o a la vejez, el juego nos dirá que carácter hemos "forjado" para nuestro nabo hasta ese momento y eso puede tener una bonificación o lastre en adelante. Por ejemplo, si hemos sido demasiado inseguros, puede que nos cueste más tener amigos.

Cuando nuestro personaje muera, un cartel nos mostrará un resumen de su vida: si fue sociable, si se valía por sí mismo, si murió solo o acompañado... Como decimos, puede que muramos en menos que canta un gallo, pero si vivimos una vida larga, esa sesión puede llevarnos unos 15 minutos, aproximadamente. Lógicamente, depende mucho de lo que nos paremos e interactuemos.

Tanto esta valoración final como algunas reacciones de los otros nabos pueden resultaros chocantes y hasta contradictorias en ocasiones y os quedaréis pensando "pero si yo creo que he sido bueno en esto"... 

Puede que alguna vez tengáis razón (hay tantas variables que no creemos que el juego sea capaz de ser "lógico" siempre), pero lo más probable es que en ese momento Minabo esté cumpliendo su objetivo: demostrarnos que la vida a veces nos sorprende con facetas que no habíamos tenido en cuenta, pero que pueden influir en nuestro día a día.

¿Es difícil Minabo?

Cuando jugamos por primera vez, Minabo solo nos permite entrar en el modo de Desafíos, que además se han de superar en orden. Hay 25 en total y, en buena medida, los primeros sirven como tutorial para entender cuál es la dinámica del juego, antes de que podamos lanzarnos al modo libre para jugar como queramos, algo que pasa a estar disponible al superar las 5 primeras misiones.

Cada misión tiene 3 objetivos que hemos de cumplir. Por ejemplo, puede ser vivir hasta los 60 años, tener un hijo y envenenar a un nabo.

Estos objetivos vienen muy bien para conocer las dinámicas más avanzadas del juego. Así, en ciertas circunstancias puede aparecer un cartel de peligro, momento en el que, si nos quedamos quietos, puede que nos caiga un rayo (o caiga sobre otro nabo), lo que implica la muerte instantánea, o que nos ataquen unas polillas si nos quedamos demasiado quietos.

De nuevo, esta es una metáfora de los imprevistos de la vida: puede que estés superfeliz con tu familia, tus objetivos controlados y, de repente... ¡puf! Pasa una desgracia y adiós, muy buenas.

Otro elemento de peligro es Topota, un enorme ¿perro? que avanza despacio bajo tierra. Si vemos que se está acercando, tenemos que caminar sin parar o nos matará de un bocado. Pero claro, si caminamos sin parar, también envejeceremos rápido...

Los desarrolladores explican que es una alegoría sobre cómo muchas veces las circunstancias de nuestro alrededor nos "secuestran" (un trabajo absorbente, por ejemplo) y eso hace la vida pase sin que podamos pararnos a disfrutar de los que nos rodean.

Precio y plataformas disponibles

El juego Minabo: A Walk Trough Life se lanza el 28 de abril para PS4, PS5, Switch y PC (Steam), mientras que las versiones para Xbox llegarán algo más adelante. Se venderá en versión digital por 14,99 euros.

Por ahora, no habrá edición física del juego, pero es algo que no se descarta para un futuro, si el producto tiene éxito.

Tan imprevisible como la vida

En este punto, puede que algunos os estéis estresando solo con leer las normas. Y es cierto, al principio el juego puede resultar un poco estresante cuando tenemos a varios nabos alrededor y no tenemos margen para identificarlos e interactuar con todos o cuando no entendemos cómo hacer para cumplir los objetivos de una misión sin fracasar una y otra vez.

Desde el punto de vista puramente "videojueguil" lo podemos entender como algo criticable, que quizá se podría haber limado un poco más, pero es cierto que esta experiencia también tiene bastante de videoarte o incluso de producto educativo, como ese original juego en el que siempre moríamos ahogados, pero aprendíamos sobre seguridad náutica.

Y es que Devilish Games tenía claro que quería hacer algo experimental y que sirviera de lección para todos: si te centras demasiado en algo, puede que se vean perjudicadas otras cosas de las que no te has preocupado lo suficiente; o recapacitar sobre quién nos acompaña de verdad durante este viaje; ¿dialogamos lo suficiente en nuestra relación de pareja? ¿Atendemos a nuestros hijos?

Os prometemos que, mientras jugábamos, hemos reflexionado sobre facetas de nuestra propia vida que el juego parecía poner sobre la mesa, por lo que estamos seguros de que la reacción de cada uno dependerá de su edad y el punto de la vida en el que se encuentre. Nosotros estamos en la senectud ya...

Las sensaciones se ven amparadas por un apartado técnico muy simple por fuera, pero con más ciencia de lo que pudiera parecer. En unos primeros vistazos, es imposible no acordarse de clásicos como Patapon o, sobre todo, LocoRoco: hay personajes de formas simples y pocos detalles, con extremidades que son simples líneas negras, pero que expresan todo lo que se necesita.

De hecho, notaremos cómo los nabos cambian sus expresiones y movimientos en función de la edad que tengan o de su estado de ánimo, lo cual afectará incluso a sus voces, que lanzan expresiones sin un sentido concreto, pero que dan a entender a las claras cómo se sienten.

Además, cada nabo es diferente. Incluso el nuestro cambiará su aspecto en cada nueva vida que iniciemos (con más "pelitos" en la cabeza, diferentes formas del cuerpo, más altos o bajos, etc.) y notaremos cómo le van saliendo arrugas a medida que envejece.

Un efecto muy llamativo es el de los fondos, que parecen pintados en un cuento y que no paran de cambiar a medida que caminamos. 

A fin de cuentas, unos pocos pasos nuestros significarán que ha pasado un año entero, así que veremos cómo los árboles se van pelando de hojas o llenándose de nieve a toda velocidad, como si viviéramos en un "time lapse" continuo. Tan sencillo como bonito y efectivo.

Aparte de un aspecto muy cuqui, el juego presenta bastantes golpes de humor, incluso mordaz. Por ejemplo, el sombrero con forma de corona nos permitirá tener hijos con nuestros propios hermanos... Quien quiera, que lo entienda.

Lo mismo sucede con la música, que nos presenta un par de melodías alegres y largas, las cuales van mutando a medida que progresamos en nuestra vida y ayudan a expresar tanto los estados de ánimo como la sensación de que la vida es un viaje.

Minabo es una gran mezcla de videojuego y expresión artística, que quizá a veces pueda resultar algo sobrecargada de elementos por acometer (puede costarnos diferenciar unos nabos de otros) y que quizá hubiera agradecido algún modo más, pero que cumple de sobra su nada sencillo objetivo principal: hacernos reflexionar sobre nosotros mismos y los que nos rodean mientras jugamos.