Análisis de Mulaka para PS4, Xbox One, Nintendo Switch y PC

Lienzo es un pequeño estudio afincado en la ciudad de Chihuahua, Mexico, que tras su primer juego, Hunter's Legacy, nos sorprenden ahora con una aventura de acción 3D para PS4, Xbox One, Nintendo Switch y PC apodada Mulaka.

En el papel del héroe que da nombre al juego, descubrimos los mitos de la legendaria tribu Tarahumara (o Rarámuri), que residía en la sierra al norte de Mexico y eran conocidos por hacer gala de unas habilidades atléticas que sólo pueden ser descritas como sobrehumanas. Aunque lleva disponible en PC desde 2016, esta peculiar aventura ha llegado recientemente a PS4, Xbox One y Nintendo Switch, y hoy os ofrecemos el análisis de Mulaka.

Érase una vez el Tarahumara

Nosotros nos ponemos en la piel de Mulaka, un Sukurúame (un chamán Tarahumara) que tiene como misión salvar a su pueblo de un espíritu oscuro que amenaza con destruirlos. Para hacerlo, Mulaka debe recorrer distintos niveles (todos de un tamaño considerable) para ganarse el favor de los dioses. Y haciendo honor a los mitos y leyendas en los que se basa el juego de Lienzo, nuestro protagonista puede moverse a una velocidad impresionante, algo que es clave en el desarrollo, y es especialmente hábil utilizando la lanza.

Para superar cada nivel, hemos de obtener tres orbes mágicos que nos dan acceso al siguiente. Por el camino nos toparemos con algún que otro puzle (no muy complicados y siempre presentando el mismo patrón) y con un buen número de enfrentamientos contra enemigos normales y jefes finales. El sistema de combate no es especialmente novedoso, y contamos con un botón para realizar ataques rápidos, otro para fuertes, saltos, esquivas y ataques a distancia. 

Los jefes finales son sin duda las estrellas de la fiesta, tanto por su tamaño como por sus patrones de ataque, que debemos memorizar para salir airosos. Los más interesante es que no se trata de enemigos escogidos al azar, sino que están inspirados por la mitología Tarahumara que dan vida a Mulaka. En el caso de los jefes, antes de cada combate se nos narrará su historia, permitiéndonos ahondar en en los orígenes de esta apasionante tribu.

Al abatir enemigos obtenemos Kórima (compartir en idioma Tarahumara), que viene a actuar como puntos de experiencia, pudiendo adquirir nuevas habilidades a través de un menú o mejorando las que ya tenemos. Mulaka también es un gran artesano, y recogiendo distintos tipos de hierba que encontraremos dispersas por los escenarios podemos fabricar varios tipos de pociones: para recuperar salud, para aumentar nuestro ataque durante un corto periodo de tiempo...

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Pero sin duda la habilidad más espectacular de Mulaka es su capacidad para usar los dones de los dioses. Estos le permiten realizar acciones como transformarse en distintos animales, como un águila o una serpiente, lo que nos da acceso a zonas que de otra forma serían imposibles de alcanzar, así como a ataques específicos y más poderosos para acabar con los enemigos. 

Además, Mulaka puede usar una visión especial, apodada visión Sukúruame, que resalta las partes importantes del escenario, plantas, objetivos o incluso un escurridizo tipo de enemigo que es invisible a los ojos humanos. Una suerte de "modo detective" que usaremos a menudo, puesto que en Mulaka no hay minimapa y orientarnos corre a nuestra cuenta.

Para terminar, no podemos olvidarnos del increíble apartado gráfico de Mulaka. O, más bien, artístico, porque la aventura hace gala de un estilo low-poly (con baja carga poligonal, algo que también hemos visto recientemente en Fe) que resalta gracias a un marcado estilo artístico en el que todo, cada forma y cada detalle, tiene su razón de ser: empezando por el diseño del propio Mulaka y los enemigos, y pasando por cosas como la representación del agua, o los pueblos y NPCs con quienes nos cruzamos a lo largo de la aventura. Todo destila personalidad y respeto por los Tarahumara, y sumado a la banda sonora, compuesta por ritmos indigenas, sirve para construir una ambientación única y meternos de lleno en la cultura Raráumari.

Algunos problemas con el control (sobre todo la cámara, que puede llegar a ser bastante peleona) y un framerate un tanto inestable (en la versión de Switch) lo alejan de la excelencia, pero Mulaka se destapa como una aventura muy entretenida, que nos permite ahondar en las historia de una de las culturas más apasionantes que han pisado la faz de la Tierra.