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Análisis Nobody Saves the World, la nueva locura de Drinkbox Studios que ya está en Game Pass

Nobody Saves the World

Análisis de Nobody Saves the World, el nuevo juego de Drinkbox Studios (creadores de Guacamelee!) para Xbox One, Series X|S y PC que nos invitar a convertirnos en unos don nadies. ¡Ya está disponible en Game Pass!

Hay muy pocos estudios que puedan presumir de haber dado en el clavo con cada uno de los juegos que han desarrollado; los canadienses Drinkbox Studios son uno de esos pocos.

Tras debutar con Tales From Space: About a Blob y su secuela, Tales From Space: Mutant Blobs Attack (puede que sean menos recordados, pero son divertidísimos), se dieron a conocer mundialmente con Guacamelee!, el excelente metroidvania que brilla con personalidad gracias a su uso de la cultura y el folclore mexicanos.

Queremos aprovechar para reivindicar su siguiente juego: Severed, una aventura de acción y exploración en primera persona, también con toques de RPG y metroidvania, que destaca por su sistema de combate basado en cortes realizados con la pantalla táctil. Si no lo conocéis dadle una oportunidad, porque es un pequeña joya.

Tras esto llegó Guacamelee! 2, que mantiene las señas de identidad del primero... Y que a su vez son las de todos sus juegos y la clave de su éxito: jugabilidad a prueba de bombas, estética estilo dibujo animado y un gran sentido del humor (más oscuro y retorcido en el caso de Severed). Aunque, si nos preguntáis a nosotros, creemos que la clave está en los juegos de palabras.

Todas esas señas de identidad se pueden apreciar claramente en Nobody Saves the World, su nuevo juego para Xbox One, Series X|S y PC que está disponible desde hoy mismo en Game Pass. Y sí, en nuestro análisis de Nobody Saves the World os contamos por qué el currículum de Drinkbox Studios sigue siendo impecable.

Nadie al volante

Si Guacamelee! fusionaba las palabras guacamole y "melee" para dejar claro de forma cómica las claves de la obra, Nobody Saves the World juega con la idea de que nadie salva el mundo. Y por "nadie", se refiere a nuestro personaje: un ser de apariencia humanoide, sin recuerdos, sin características destacables y sin ropa. Literalmente un don nadie.

Pero todo eso cambia en el momento en que conseguimos (nada más empezar) una varita mágica que nos permite transformarnos en distintas formas: animales, humanos, seres mitológicos... Pasamos de ser nadie a ser cualquiera.

Esta es la mecánica principal de Nobody Saves the World y sobre la que se sostiene toda la jugabilidad. Porque a primera vista lo nuevo de Drinkbox Studios se podría definir como un action RPG con exploración, combates y mazmorreo, mucho mazmorreo. Pero esta mecánica lo cambia todo.

Nobody Saves the World

La primera forma que desbloqueamos es la rata. En el pelaje del roedor, podemos colarnos por espacios pequeños, sus ataques continuados provocan el estado veneno y al consumir comida (salud), también recuperamos algo de maná.

Cada forma, además de contar con sus propias habilidades activas y pasivas, incluye varios objetivos. Por ejemplo, envenenar a un determinado número de enemigos o aprovechar los efectos de la pasiva un determinado número de veces. Al cumplir estos objetivos obtenemos puntos de forma, lo que nos permite subir de rango dentro de esa forma y desbloquear nuevas habilidades.

Pero, más importante aún, es que al subir de rango también desbloqueamos nuevas transformaciones. En el caso de la rata, por ejemplo, ganamos acceso al guardia y la exploradora. De repente, tenemos acceso a tres transformaciones (cuatro si contamos la forma inicial) entre las que podemos alternar al vuelo en cualquier momento.

Nobody Saves the World

¿Qué queremos decir con todo esto? Pues en primer lugar que cada transformación ofrece mecánicas jugables diferentes. No hablamos sólo de distintos efectos o habilidades pasivas; los ataques son todos diferentes, lo que significa que no tiene nada que ver jugar con el guardia que hacerlo con la exploradora. 

En total hay 18 formas, lo que en esencia significa que hay 18 formas diferentes de jugar a Nobody Saves the World. Y como probablemente estáis imaginando, hay cosas verdaderamente absurdas: culturista, sirena, mago, caballo, zombie... ¡Hasta un huevo!

Y en segundo lugar, esto también significa que el juego nos está invitando constantemente a cambiar de forma. Ya sea para desbloquear nuevas habilidades dentro de nuestra favorita, para obtener acceso a las más poderosas... ¡O porque las necesitamos para avanzar!

Porque como ya hemos dicho la rata puede colarse por caminos estrechos, mientras que otras como la tortuga o la sirena son las únicas que pueden nadar. Esto también es importante a la hora de combatir, pues algunos enemigos poseen escudos elementales que bloquean todo el daño excepto el del elemento indicado, obligándonos a cambiar de ataque (o de forma) para derrotarlos.

Esto ya supone una variedad enorme, pero Nobody Saves the World va más allá y nos permite mezclar las habilidades activas y pasivas que hayamos desbloqueado para crear todo tipo de combinaciones. ¿Un caballo que dispara flechas venenosas? ¿Una tortuga que embiste a gran velocidad? ¿Una babosa que saca conejos explosivos de la chistera? Aquí todo es posible.

Donde más partido se le saca a todo esto es en las múltiples mazmorras que encontramos repartidas por el "overworld". Su diseño es aleatorio y cambia cada vez que morimos, pero cuentan con una temática específica (una planta nuclear, las entrañas de un dragón...) y suelen alterar algunas normas para hacer las cosas más interesantes.

Nobody Saves the World

Sólo podemos ponerle dos pegas: la primera es que cuando se juntan muchos enemigos en pantalla (algo muy habitual en las mazmorras) es muy complicado saber qué está pasando, pues todo se llena de disparos, sangre y cadáveres. 

La segunda es que la habilidad no suele ser un factor clave a la hora de superar los desafíos. Es más importante tener el nivel recomendado de la mazmorra (o superior) y encontrar la transformación y la combinación de habilidades adecuadas para salir airosos. 

Esto último no es un problema como tal (de hecho, tiene su gracia), pero a veces resulta un poco frustrante no dar con la tecla y morir en numerosas ocasiones en la misma mazmorra, especialmente cuando se junta con la saturación de enemigos en pantalla.

Nobody Saves the World

Si jugablemente Nobody Saves the World ya es un título variado, en el resto de aspectos no se queda atrás: escenarios, enemigos, misiones secundarias, coleccionables, secretos... Es un juego mucho más grande lo que aparenta a simple vista (según sus responsables, el más grande que han hecho hasta la fecha), y completarlo os puede llevar fácilmente unas 20 horas.

Tampoco faltan minijuegos... Como ayudar a una tortuga a fertilizar sus huevos. Porque como decíamos al principio, Nobody Saves the World cuenta con todas las señas de identidad de los juegos de Drinkbox.

Ya os hemos hablado de la jugabilidad, que debido a su variedad hace que sea imposible aburrirse jugando. Y por supuesto es un título con mucho sentido del humor que nunca se toma en serio a sí mismo. Juegos de palabras, chistes constantes, referencias a otros juegos... No esperéis una gran historia, aunque tampoco pretende serlo en ningún momento.

Nobody Saves the World

A nivel visual también mantiene el estilo a lo dibujo animado del resto de juegos del estudio, que le sienta de maravilla. En este aspecto es todo un derroche de imaginación, pues mezcla elementos de todos los palos que se os ocurran: fantasía, ciencia ficción, realidad, monstruos, leyendas, ocultismo... 

La banda sonora también está a un gran nivel, y aunque no todos los temas son memorables, hay varios especialmente pegadizos que se van a grabar con fuerza en vuestra cabeza.

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Para rematar, Nobody Saves the World cuenta con un modo cooperativo en línea que permite que unamos fuerzas con un amigo para completar mazmorras o incluso la historia al completo. Para equilibrar las cosas, el usuario que se une a la partida adquiere el nivel del anfitrión pero conserva las transformaciones que haya desbloqueado en su partida.

Lo mejor de este modo, además del extra de diversión por jugar acompañados, es descubrir incluso más combinaciones posibles de transformaciones y poderes.

VALORACIÓN:

Nobody Saves the World mantiene todas las señas de identidad de los juegos de Drinkbox: una jugabilidad directa, variada y entretenida, un apartado visual estilo dibujo animado y sentido del humor... Mucho sentido del humor. Si os gustaron los anteriores juegos del estudio, es un "must".

LO MEJOR:

Grande, variado, con multitud de cosas por hacer, infinidad de mecánicas jugables... Es imposible aburrirse.

LO PEOR:

Cuando se juntan muchos enemigos, la acción se vuelve demasiado caótica.

Versión comentada: Xbox Series X

Hobby

80

Muy bueno

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