Análisis de Odallus: The Dark Call para Nintendo Switch

En 2015 se lanzaba para PC Odallus: The Dark Call, un juego de acción, exploración y plataformas desarrollado por el estudio brasileño Joymasher que imita el estilo de los clásicos 2D de la era de los 8bits, y más concretamente de los Castlevania lanzados para NES. Y más de tres años después, Odallus extiende sus alas más allá de compatibles para llegar a Nintendo Switch (el próximo 8 de febrero), PS4 y Xbox One (ambos en primavera). Llega además en compañía de Oniken, primer juego de Joymasher más orientado a la acción. Y hoy os traemos el análisis de Odallus: The Dark Call para Nintedo Switch.

Odallus no oculta su principal fuente de inspiración en ningún momento: incluso antes de llegar al menú principal, la intro nos muestra unas imágenes evocadoras de la secuencia de apertura de Castlevania: Rondo of Blood (con aquella tenebrosa voz en alemán), dejando claro que estamos ante una suerte de hijo ilegítimo de la saga de Konami. Y si habéis jugado a alguno de los Castlevania 2D, entonces sabéis a la perfección lo que os vais a encontrar aquí: ocho niveles cargados de acción, saltos, exploración, jefes y armas secundarias.

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El desarrollo de Odallus se asemeja bastante al del propio Rondo of Blood, en el sentido de que avanzamos de nivel en nivel de forma lineal... Pero si estamos ojo avizor podemos encontrar caminos secretos que nos llevan a un nivel alternativo. Aquí Odallus: The Dark Call introduce elementos del género metroidvania (género que abrazó la saga Castlevania en la primera PlayStation, con el lanzamiento de Symphony of the Night), con la inclusión de distintos objetos que nos otorgan habilidades nuevas, como la capacidad de mover bloques gigantes, respirar bajo el agua, un dash...

Esto hace que queramos volver a niveles anteriores para explorar aquellas zonas que antes no podíamos, en busca de objetos que amplían la salud, el tamaño de la bolsa (para las armas secundarias) o algunas de las armaduras y espadas opcionales. En el caso de estos dos últimos, además del aumento de salud/ataque, también hay un cambio visual, que siempre es algo que se agradece y sirve para generar sensación de progreso.

La historia es lo que cabría esperar de un juego de estas características: nos ponemos en la piel de Haggis, un guerrero que mientras cazaba en el bosque, ve cómo su aldea es atacada por fuerzas demoníacas, y cuando acude para ayudar, descubre que su hijo ha sido secuestrado, dando así inicio a su viaje. Lo interesante está en la ambientación, que huye de los vampiros y las criaturas mitológicas de Castlevania para centrarse en la fantasía oscura. Si habéis leído/visto el manga/anime Berserk, reconoceréis al instante que el apartado visual está muy influenciado por la obra de Kentaro Miura: desde los enemigos, criaturas abominables y horrendas, hasta el diseño del propio Haggis, un bárbaro armado con un espadón.

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Incluso la historia tiene trazas muy evidentes de Berserk, adentrándose en terreno oscuro nada más empezar, y permitiéndose grandes homenajes a simple vista, como los Odallus: The Dark Call, las piedras que dan nombre al juego y que bien podrían llamarse Behelit, o un personaje cuyo diseño recuerda enormemente al de Skull Knight. Como curiosidad, los textos que cuentan la historia están bien escritos, y hay pasajes sorprendentemente profundos.

Odallus trata de recrear el estilo retro en todos los aspectos, y lo logra con creces. Visualmente imita el estilo 8bits, pero añadiendo además toques geniales y propios de las máquinas recreativas, como el inventario siempre a ambos lados de la pantalla o la ligera curvatura de la "pantalla". La banda sonora sigue esta misma línea, presentado temas que imitan el estilo de sonido de la época; no son especialmente pegadizos, pero funcionan a la perfección dentro de los niveles.

En cuanto a la dificultad, Odallus también sigue los pasos de Castlevania y cuenta con un nivel elevado, pero bastante más asequible. Aunque si queréis desafío, esta versión incluye también una dificultad apodada "veterano" que cambia la disposición de los enemigos y los hace más poderosos.

Odallus: The Dark Call, sin embargo, puede llegar a ser un juego muy frustrante... Y no exactamente por la dificultad. El esquema de control es sencillamente absurdo: el botón Y se utiliza para atacar, pero el salto está asociado a A (en lugar de a B, que suele ser lo habitual). Sobre el papel puede parecer una tontería, pero en la práctica ese recorrido extra que debe hacer el pulgar resulta molesto, más si tenemos en cuenta que la altura de salto depende del tiempo que mantengamos pulsado el botón. Y si os estamos contando esto es porque, como ya habréis adivinado, Odallus no nos permite personalizar los controles. 

Pero hay un error más grave, y es que la dirección 'abajo' en el joystick del Joy-Con izquierdo, no está bien ajustada. Eso hace que más de la mitad de las veces que intentemos agacharnos (algo muy habitual, tanto para atacar como para esquivar), el personaje no lo haga, dejándonos completamente vendidos. La alternativa es jugar con los botones como si se tratase de una cruceta... Pero no es ni muchos menos un método de control óptimo. En ambos casos son errores que se pueden corregir fácilmente con una actualización, pero que el juego se lance con un fallo tan grave y evidente denota descuido.

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Pese a todo, si os habéis pasado los Castlevania clásicos más veces de las que estáis dispuestos a reconocer en público, ardéis en deseos de que Kentaro Miura le dé un final digno a Guts y tenéis un mando Pro a mano, Odallus debería satisfacer todas vuestras necesidades.