Análisis de Ponpu para Nintendo Switch, PS4, Xbox One y PC: ¿un digno heredero de Bomberman?

Bomberman es uno de esos personajes que siempre llevaremos en nuestros corazones, pero que no le ha sentado bien el paso del tiempo. Creado por Hudson Soft (y ahora en Konami), Bomberman regresó en 2017 con una entrega para Nintendo Switch que, además, tuvo el honor de ser uno de los (tres) juegos de lanzamiento de la consola.

Super Bomberman R salió posteriormente en PS4, Xbox One y PC, pero en general el juego no fue muy bien recibido por su escasez de contenidos, que no justificaban su elevado precio. Parecía que la oportunidad de reintroducir su sencilla y adictiva jugabilidad a nuevos jugadores no cuajó.

Sin embargo, la escena indie siempre está atenta a todas las oportunidades, y es común encontrarse con "el sucesor espiritual de __", que a veces son mejores que los fallidos reboots oficiales. Aquí ha sido el estudio argentino Purple Tree Studio, que presentan Ponpu. Un juego claramente inspirado en Bomberman (algo que destaca el propio marketing del juego), pero que se diferencia en aspectos muy claros.

MicroSD Transcend de 128GB

Esta microSD de 128GB es una de las más baratas de Amazon España. Por capacidad y velocidad es perfecta para Nintendo Switch.

Cómprala al mejor precio

Hay algo en Ponpu que llama la atención inmediatamente, y es su apartado artístico. Los personajes son patos (no es la primera vez que vemos un indie con aves y bombas, ya tuvimos Bomb Chicken), pero nunca habíamos visto unos tan amorfos como los de Ponpu. Tienen un cabezón con ojos saltones y algo parecido a un pico, pero que realmente pasarían por cualquier cosa. La verdad son lerdísimos.

Y esta es una de las mayores gracias del juego, sus gráficos dibujados a mano y que parecen garabatos hechos sobre papel. De hecho, el juego es prácticamente monocromo. Los únicos toques de color los aportan los ojos de los patos, que permiten distinguirlos unos de otros, las explosiones y algunos efectos especiales en la campaña y el multijugador (hay un modo "sutilmente" inspirado en Splatoon).

En general, los gráficos de Ponpu funcionan, le dan al juego un aspecto único y son bastante divertidos. Sin embargo, no nos gusta tanto que los escenarios se sienten muy pobres en detalle. Los enemigos u obstáculos del modo historia mantienen el mismo estilo de caricatura, pero se repiten mucho y al final solo destacan los jefes finales.

Por otro lado, que el juego sea en blanco y negro es una decisión artística arriesgada y respetable... pero no sé si beneficia al juego a la larga, pues los niveles de la historia se hacen muy sosos, y la acción en el multijugador se hace más difícil de seguir por la ausencia de referencias visuales de colores: no se distinguen bien donde están los rivales, y los obstáculos (algunos destructibles, otros no) se confunden entre ellos.

Ponpu se compone de cuatro modos principales, tres modos multijugador y una campaña. Esta es exclusiva para un solo jugador, y nos lleva por seis mundos (cinco más el jefe, en realidad). A diferencia de los modos historia de Bomberman, que eran tableros similares a los del multijugador, aquí los niveles son pequeñas mazmorras que debemos explorar para encontrar la llave.

La acción principal del juego es poner bombas con B y empujarlas hacia delante con el escudo, con A. El escudo también nos permite aturdir a los rivales y esquivar (que no rebotar) las bombas que nos llegan. Hay una acción de finta con X y un tipo de bomba especial (por control remoto o mina en el suelo) con Y.

¿Cómo se han mezclado dos estilos de juego como la acción de Bomberman y las mazmorras de un Zelda clásico? Pues un poco de aquella manera. Ponpu solo se mueve en cuatro direcciones, pero ese no es el problema, sino que se mueva tan lento (al girar, primero "miramos" hacia la dirección en la que hemos movido el stick, y luego avanzamos).

Esto no molesta en el multijugador, intencionadamente caótico, pero resulta frustrante en estos niveles, donde hay que medir bien los pasos para no caerse por un barranco, no ponerse enfrente de la mira de un enemigo, o incluso evitar suicidarse por lanzar una bomba donde no debíamos (no ayuda que el dibujo de Ponpu en la posición en la que mira y dispara bombas hacia abajo y hacia la izquierda sean tan parecidas).

También influye que los niveles, por lo general, no son muy interesantes. Hay bifurcaciones, salas secretas y demás, pero no hay ningún beneficio por explorar, más allá de un coleccionable, las plumas de colores, que no tienen aparentemente ninguna función.

Hay cinco mundos con tres niveles y un jefe cada uno, pero no hay mecánicas que distingan a un nivel de otro, y francamente tampoco hay una gran diferencia estética entre todos los niveles. Los jefes son sin duda lo mejor del modo aventura, y obligan a experimentar varias estrategias y exprimir todos nuestros limitados movimientos para revelar su punto débil. Un ejemplo, aquí debajo...

En definitiva, el modo individual resulta anecdótico y se siente poco explotado, aunque es entretenido y aporta valor añadido a un juego cuya razón de ser es el multijugador. Es la clase de juego que triunfa en reuniones de amigos, con partidas donde prima el caos y la suerte, pero que te aguanta un pique más competitivo, usando bien el mapa para acorralar a los rivales, poniendo las bombas especiales en el momento y lugar justo y poniendo a prueba tus reflejos para ser el último pato en pie.

Los 20 mejores videojuegos de Nintendo Switch

 Estos son 20 títulos que deberían estar en la colección de todo aquel que tenga la consola híbrida de Nintendo.

Descúbrelos

El multijugador admite 4 jugadores en modo local (en una misma televisión). Hay tres modos y ocho mapas. Combate a muerte es el clásico, y consiste en lanzarse bombazos hasta que se acabe el tiempo o hasta que tres jugadores pierdan todas las vidas. Duelo de pintura es un calco de Splatoon: en equipos de dos, lanzamos bombas y pintamos el suelo de nuestro color, con el objetivo de tener la mayor cantidad de terreno de nuestro color al terminar el tiempo. Por último, en Batalla de Monedas obtenemos monedas al volar a los rivales, y debemos defenderlas a lo largo de toda la partida.

Estos tres modos aportan variedad a un estilo de juego que garantiza risas y piques en multijugador. No obstante, se echan en falta más mapas, opciones (no se puede cambiar ningún parámetro de la partida, como tiempo o vidas) y también más jugadores (Super Bomberman R en Switch admitía 8 jugadores). 

Por otro lado, hay modo online, aunque el matchmaking es aleatorio y no permite jugar en partidas con amigos. En nuestras partidas funcionó bien, sin problemas de lag, aunque claramente no es tan divertido como jugar con alguien al lado.

Si buscas un juego divertido y sencillo para animar las reuniones sociales (siempre dentro de la legalidad en estos tiempos de Covid, claro...), Ponpu es una gran opción, inspirada en un clásico como Bomberman, pero mucho más asequible que su último juego (de lanzamiento cuesta 14,99 euros). Hace gala, además, de un estilo artístico muy original y atrevido, al ser prácticamente en blanco y negro (cosa que nos ha despertado sentimientos encontrados).

Se queda corto en modos, mapas y opciones, y el modo individual es muy irregular: jefes finales muy interesantes intercalados entre niveles-mazmorra mucho más sosos. Sin embargo, como party game tiene mucho potencial, y las fiestas están a la vuelta de la esquina...