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Crítica de Bellas Artes, una áspera visión del hipócrita mundillo del arte moderno

Bellas Artes

Crítica de Bellas Artes,  la nueva serie creada por los hermanos Duprat y Mariano Cohn (El encargado, Nada), de estreno de Movistar Plus+ con Óscar Martínez.

Seis episodios de apenas media hora de duración componen la primera temporada de Bellas Artes (retitulada de inmediato Malas artes), que llegó ayer 11 de abril a Movistar Plus+.

Es la nueva serie creada por los hermanos Gastón y Andrés Duprat y Mariano Cohn, que han venido cosechando un gran éxito con sus colaboraciones previas en series como la excelente El encargado o Nada, disponibles en Disney Plus, o en películas como Competencia oficial o El artista.

Supone además un nuevo trabajo con Óscar Martínez, que protagonizó la reconocida película El ciudadano ilustre, además de aparecer en Competencia oficial y a quien hemos visto también en otra serie de la casa, Galgos, recientemente.

Una mirada muy desencantada al mundo del arte

El actor da vida en la ficción a Antonio Dumas, un prestigioso historiador del arte culto, sofisticado y de reconocida carrera que se presenta a un proceso para seleccionar al que será el director del MIDAM (el inventado para la ocasión Museo Iberoamericano de Arte Moderno de Madrid).

El concurso, en el que en principio parte como el menos adecuado para el puesto, termina fallando a su favor, a pesar de que haberse mostrado cínico y engreído a lo largo de todo el proceso, despreciando a sus competidoras y negándose incluso a juzgar sus respectivos programas de trabajo.

 

Una vez asumido el cargo, Antonio tendrá que afrontar retos de todo tipo: desde una pila inmensa de tareas hasta el favoritismo hacia ciertos artistas envarados que se creen por encima del bien y del mal.

A todo eso habrá que unir las presiones políticas, la tensión creciente con la Ministra de Cultura, los problemas sindicales de la plantilla y toda clase de situaciones disparatadas derivadas de las peculiares performances de los colectivos que exponen en el MIDAM

Que el universo del arte moderno es una jungla, es bien sabido por todos: a nadie le es ajeno que hubo un visionario que enlató sus excrementos y los puso a la venta por un precio desorbitado o que hay "propuestas artísticas" que dan vergüenza ajena.

Bien se cachondeaba el genial Ibáñez en sus viñetas de que no se sabía qué era un cenicero y qué un jarrón carísimo, al punto de que podías estar apagando un cigarro en una onerosa pieza de colección. Esa burbuja, en determinados ámbitos, no ha hecho más que crecer y crecer hasta llegar a los límites de lo absurdo. Y eso es lo que viene a denunciar Bellas Artes, con mucha mala leche.

Bellas Artes

Movistar Plus+

Reflexionar sobre qué es un objeto artístico o qué le da un valor al mismo, es uno de los muchos y muy interesantes debates que abre Bellas Artes, así como la práctica de la cancelación, la dificultad de separar al arte del artista o las tendencias de ultracorrección política que priman a determinados perfiles por encima de otros por razones ajenos a los criterios de calidad de su obra.

Todo esto se resume de manera magistral en unos títulos de crédito en los que se abordan, con simples flashazos, estos temas: la intercesión de las ideologías, la inflación del mercado, la provocación mal entendida, la caradura de quienes se aprovechan del momento y la dificultad de encontrar un balance entre lo subversivo y lo que aporta algo.

El problema es el punto de vista desde el que se abordan todos estos temas: con esta serie no se busca hacer pensar al espectador ni llevarlo a sacar sus propias conclusiones sino llevarlo en una única dirección, decantando la balanza siempre hacia el mismo lado. Hay una cierta superioridad moral en el personaje principal que hace que su juicio parezca el único legítimo.

Pero es que, además, Bellas Artes no es una serie divertida. Las situaciones no se abordan con humor, sino que a los guionistas les sale la bilis. Andrés Duprat es comisario de arte y actual director del Museo Nacional de Bellas Artes de Argentina, situado en Buenos Aires y dice haber creado la serie en base a historias personales que él mismo ha vivido, escuchado o presenciado.

Se entiende perfectamente el mensaje: no está de acuerdo con que se reescriba la historia, ni con la ultracorrección política, ni con el impulso a las minorías étnicas y mucho menos con el activismo que atenta contra el patrimonio artístico pero lo cierto es que tenemos, como sociedad, varios retos que afrontar respecto a estos temas y el inmovilismo y el pensamiento único nunca fue la respuesta.

Bellas Artes

Movistar Plus+

Un Madrid de ensueño y un museo creado de la nada

Habrá quien se pregunte, viendo la serie, dónde ha sido rodada puesto que el MIDAM es un museo ficticio pero parece muy real:

La fachada exterior, el hall, la tienda de regalos, el restaurante y el auditorio se recrearon en el Teatro Auditorio de El Escorial. Las salas de exposiciones y los pasillos fueron filmados en Lienzo Norte en Ávila. Y, por último, toda la parte de oficinas se corresponde con los espacios de la Fundación Metrópoli en San Sebastián de los Reyes.

No obstante, se quería dar la impresión (y el objetivo está muy logrado), de que la acción transcurre en el centro de una luminosa ciudad de Madrid que asociamos de inmediato con el corazón artístico de la capital, plagada de museos imprescindibles como el Prado, el Thyssen y el Reina Sofía.

Bellas Artes tiene carrete porque apunta a cuestiones interesantes y está muy bien rodada, pero necesita una revisión del punto de vista y empezar a repartir estopa en todas direcciones. Nos han clavado a un personaje protagonista con el que es sumamente difícil empatizar así que ya hay un reto de cara a la segunda temporada: humanizarlo.

VALORACIÓN:

Todos los debates que abre Bellas Artes son interesantes, pero la serie está mucho más preocupada por atizar a un sector concreto que a retar al espectador a sacar sus propias conclusiones, lo que la hace parcial, tendenciosa y algo rancia.

LO MEJOR:

Los títulos de crédito iniciales, que tan bien resumen las intenciones de la serie de señalar la hipocresía del mundillo del arte.

LO PEOR:

Como comedia, no funciona y como denuncia es tan unívoca y exagerada, que se atraganta
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Etiquetas: Movistar Plus