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Crítica de Blonde: la colección de momentos más tortuosos de la vida de Marilyn Monroe

Blonde

Crítica de Blonde, la película de Andrew Dominik para Netflix protagonizada por Ana de Armas, Bobby Cannavale y Adrien Brody basada en la novela de Joyce Carol Oates. Estreno el 28 de septiembre.

Quien haya tenido entre las manos la novela "Blonde" de casi mil páginas de Joyce Carol Oates que funciona como biografía ficcionada y libre de Norma Jean Baker, la actriz conocida en los escenarios como Marilyn Monroe, tendrá bien claro qué irá a ver al cine.

Que nadie espere ver la cara amable de su vida, esa fachada de tonta pin-up rubia, inconsciente y de arrollador atractivo sexual se desmorona para dejar paso a una mujer carcomida por un personaje impostado que no tenía nada que ver con ella.

Se trata de un duro relato de su vida que arranca en su más tierna infancia, mostrando su complicada relación con su madre para desarrollar luego su paso por el orfanato, la vida que llevó después en un hogar de acogida, su prematuro matrimonio con solo 16 años, el impacto de la guerra en su vida que la llevó a trabajar en una fábrica, los primeros encargos como modelo y su carrera como actriz.

El problema de base: la falta de profundidad

Curiosamente y a pesar de su extensa duración, que roza las dos horas y cuarenta y siete minutos, la película escrita y dirigida por Andrew Domink (Mátalos suavemente) toma la decisión drástica de amputar de la historia buena parte de su infancia y toda la juventud, de la que apenas se ven como si fueran pinceladas algunas fotografías.

Esto es un problema de base porque, aunque se mantienen algunos de los leit motiv de la novela: la obsesión de Norma Jean por conocer a su padre, el trauma de haber sido una hija no deseada o su propia necesidad de trascender mediante la gestación de un hijo propio, se desecha mucho material importante para comprender su personalidad.

Y no son asuntos poco importantes: no hay ni rastro de los abusos a los que fue sometida, no se afianza el camino para comprender su timidez y falta de autoestima y se echan en falta capítulos sonadísimos como su choque con el Comité de Actividades Antiamericanas o el famoso "Cumpleaños feliz" al presidente Kennedy, con quien tuvo una breve y tormentosa relación.

También se echa en falta el importantísimo rodaje de su última película, Vidas rebeldes, en el que coincidió con Clark Gable o su relación de índole casi platónica con Marlon Brando.

La novela hunde el bisturí para diseccionar el machismo rancio de una sociedad que pedía devorar a sus ídolos y explotarlos hasta la extenuación (es clara y directa al contar cómo era la relación de la actriz con la productora y qué se esperaba de ella para medrar en su carrera).

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Y Dominik, que es un director elegante e inteligente, opta por hacer uso de algunas metáforas visuales de fuerza arrolladora como ese momento en el que magnifica el tamaño de las bocas de los fotógrafos y espectadores congregados para ver el vestido blanco de Marilyn Monroe hinchándose con el aire del metro y dejando al aire su ropa íntima.

Sin embargo, no puede evitar convertir la película en un álbum de recortes en el que no hay un hilo que lo una todo y le dé coherencia interna. La relación de Norma Jean con su madre, Gladys 

No se puede hacer una crítica de Blonde sin alabar la principal atracción del film que es la interpretación de una perfecta Ana de Armas. La actriz, a la que hemos visto previamente en películas como Blade Runner 2049, Puñales por la espalda o también pasa Netflix en El agente invisible, realiza un trabajo impecable a la hora de encarnar a la Actriz Rubia, como la denominaba Oates.

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Se agradece por su parte y por la del director que se busque cierto grado de transgresión y se adopten riesgos como mostrar ciertos momentos de intimidad como si fueran escenas de cine para ella misma. Ana de Armas es consciente de que será lo que se viralice de la película, pero no por ello ha dejado de lado el reto. 

La cinta, que juega con la relación de aspecto de la pantalla, el color y las texturas de la película para ir componiendo los retratos de las distintas épocas y utilizar el recurso de paso para mostrar los avances cinematográficos pone mucho cuidado en respetar la ambientación y en dejar que las estampas cobren vida de forma casi orgánica.

Pero el resultado final es algo frustrante porque al centrarse en exclusiva en los momentos más dramáticos de la vida de Norma Jean, no conseguimos acceder a la mujer inteligente, instruida, aplicada y sí, también sexualmente activa, inestable, adicta, jocosa, provocadora y deslenguada que fue.

Nos faltan mimbres para comprender el sentido de culpa que arrastró toda su vida por considerar que debía cuidar de su madre, aunque ella la rechazara, lo que buscó en cada relación que tuvo (de Bucky Glazer a Arthur Miller pasando por Cass Chaplin y Eddie G. Robinson (los Dióscuros), Joe DiMaggio o los Kennedy) o lo importante que fue para ella tener firmes aliados como su maquillador Whitey.

Así que, independientemente del pábulo que le demos a Blonde como retrato más o menos fiel a la realidad (algo que como decimos desde el comienzo está en entredicho en la medida en la que sabemos que es una ficción creada a partir de la realidad), faltan demasiados aspectos importantes como para que la película esté a la altura de la novela. 

Para abarcarla, con el tempo interno que tiene la narración, habría necesitado duplicar su duración, al menos, algo que no es tan descabellado pensando que va a ir a parar a la plataforma de streaming. Quizás el formato de miniserie de 4-5 episodios, le habría sentado mejor que el de película también para dosificar la intensidad dramática del material de base.

VALORACIÓN:

Blonde funciona más como álbum de recortes que como una historia en la que todo esté bien integrado: aunque cuenta con metáforas visuales potentes no está a la altura de la novela en la que se basa y pierde el rumbo especialmente al final, cuando todas las tramas necesitaban converger.

LO MEJOR:

El trabajo interpretativo de Ana de Armas es realmente asombroso: muy cuidados también el vestuario, la peluquería y la elegante puesta en escena.

LO PEOR:

Todo lo que la película omite de la novela, que es mucho material (buena parte de la infancia, toda la juventud o el cumpleaños del presidente).
Hobby

65

Aceptable

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Etiquetas: Netflix