Crítica de La calle del terror: 1978, el segundo episodio de la trilogía basada en las novelas de RL Stine

Grandes noticias para los amantes del terror y, en concreto, del slasher. La saga de tres películas de La calle del terror entrega en su segundo episodio un guión más pulido con una sólida puesta en escena y mejores interpretaciones. Ahora sí que hemos entrado de lleno en la maldición que asola Shadyside y estamos atrapados en la historia de la bruja que tiene la capacidad de provocar matanzas masivas.

Tras un arranque titubeante con La calle del terror: 1994, la nueva película nos traslada al pasado para comprender el vínculo de los personajes ya adultos que tienen en su mano ayudar a los adolescentes que nos presentaron en la primera cinta. La calle del terror: 1978 es mucho más satisfactoria en todos los sentidos: puesta en escena, fotografía, interpretaciones, fluidez de la historia y capacidad de enganchar. A quienes les gustara la primera, la segunda les va a chiflar; a quienes les encantara la primera, les va a volver locos de cara a la espera para el desenlace final.

Tras la carnicería de 1994 Deena ve aterrada como Sam ha sido poseída: tras amordazarla consigue hablar por teléfono con la superviviente del Campamento  Nightwing de 1978, la famosa C. Berman junto a quien tratará de revivir lo sucedido para tratar de salvar a Sam de las garras de la bruja.

Así, nos desplazaremos al verano de aquel aciago año para indagar en otro caso de posesión: la de Tommy Slater. La noche en la que Shadyside y Sunnyvale se enfrentan en una "guerra de colores", el novio de Cindy parece enloquecer y hacha en mano persigue y acaba con la vida de todo aquel que se cruza en su camino. Pero antes de eso comprenderemos cuál era su relación con su hermana Ziggy y con su amiga Alice y hasta qué punto vivía empeñada en salir de la sombra de la localidad maldita.

Siguiendo los pasos de la enfermera del campamento, las hermanas hallarán un diario que contiene las claves para frenar a la bruja Sarah Fier, la ubicación de su escondrijo y una posible respuesta al problema que en el futuro intenta resolver Deena a contrarreloj, antes de que sea demasiado tarde para Sam.

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Leigh Janiak vuelve a ponerse al frente del proyecto dirigiendo la película y sacando oro de los jóvenes intérpretes que trabajan a sus órdenes: desde Sadie Sink a quien recordaréis por su papel en Stranger Things 3 hasta Emily Rudd (Dinastía). Las relaciones entre ellas son más creíbles y humanas que en la primera película y también nos permiten ir añadiendo "capas" al microuniverso de Shadyside/Sunnyvale al poder ver las versiones jóvenes de personajes ya conocidos, a los que por tanto ahora nos resulta más fácil comprender como es el caso del sheriff Nick Goode.

El componente nostálgico sigue intacto, con referencias constantes a joyas del género como Viernes 13, Halloween y Pesadilla en Elm Street y escenas de asesinatos de alto voltaje de las que no ahorran en hemoglobina.

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La calle del terror 1978 - Galería de imágenes (4 imágenes)

Sin embargo, La calle del terror: 1978 no renuncia a seguir explorando su propia mitología, añadiendo nuevos alicientes a la trama y, ahora sí, evitando romper el ritmo de la narración para desarrollar los vínculos afectivos que hay entre los personajes. Si 1994 nos flasheó con mucha información mal tirada, en esta película ya podemos ordenar un poco los acontecimientos y darle forma a todo para ir tirando del hilo.

También es una cinta superior a la anterior en aspectos más plásticos como la fotografía, la puesta en escena o los efectos especiales. Siendo más brutal y sangrienta, se vale mejor de recursos como el fuera de campo y el sonido para generar inquietud y mal rollo y también hay un mayor realismo a la hora de recrear la época que sirve de marco a la acción con alusiones incluso a la novela de King "Carrie" y el famoso cubo de sangre, referencias musicales y usos y costumbres propios de finales de los 70.

En general se percibe una gran fluidez y la historia avanza a buen ritmo con varios giros de guión finales que son un cliffhanger perfecto para mantenernos en ascuas hasta que el próximo 16 de julio se estrene La calle del terror: 1666, el episodio final.