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Crítica de Concrete Utopia, sátira social en forma de distopía apocalíptica

Concrete Utopia

Crítica del drama apocalíptico surcoreano Concrete Utopia (Konkeuriteu yutopia), escrito y dirigido por Tae-hwa Eom y protagonizado por Park Bo-young. Estreno el 2 de febrero de 2024.

Pocas cinematografías exploran con tanta asiduidad el terreno de la distopía, casi siempre con la idea de que como espectadores nos paremos a pensar cómo nos comportaríamos en una situación extrema.

Es el caso de Concrete Utopia, una producción surcoreana de estupenda factura técnica que parte de un desastre natural para elaborar una suerte de experimento sociológico ficticio en el que el reto es sobrevivir sin renunciar a la humanidad... y forzar una reflexión sobre el precio que estamos dispuestos a pagar para seguir en pie cuando todo se desmorona.

La generosidad es para tiempo de abundancia

La película arranca mostrando un descomunal terremoto que sacude Seúl reduciendo la ciudad a escombros y dejando en pie un único edificio de forma casi milagrosa. Como es evidente, pronto se convierte en un enclave de referencia al que acuden en busca de ayuda todos los supervivientes de la zona, que se instalan provisionalmente en la entrada.

Esto fuerza a los inquilinos a tomar una drástica decisión: deben organizarse como un Estado en miniatura para poder dosificar sus provisiones y garantizar que no les falte lo más básico.

 

Una vez que constatan que su situación no va a mejorar, comienzan a dar más pasos: nombrar a un líder, crear un estricto reglamento, expulsar a los no propietarios y organizar un grupo que haga incursiones en las inmediaciones para conseguir la comida que necesitan para abastecerse.

Pronto el sistema empieza a mostrar sus fisuras cuando hay quien quiebra las normas, quien las retuerce para aprovecharse de la situación y quien establece privilegios injustificados. El edificio de apartamentos termina mostrando las mismas debilidades que cualquier sistema político.

Concrete Utopia

Vértice Cine

Concrete Utopia podría proponerse como visionado complementario de El hoyo ya que comparte con ella muchas ideas: es una sátira social incómoda y extrema, muestra las deficiencias manifiestas que se plantean en cualquier tipo de organización social, que de forma indefectible invisibiliza a un sector poblacional excluido y muestra la corrupción en su esplendor.

La película está sustentada a su vez en potentes pilares que hacen que se mantenga en pie sin dificultad (como el edificio en el que se desarrolla buena parte de la acción) a lo largo de sus 130 minutos que nunca se hacen largos: un diseño de producción más que solvente, un guión sólido que no renuncia a cierto humor negro y excelentes efectos especiales.

En suma, es una película verosímil que sabe apelar a la víscera y mostrar situaciones extremas pero que guarda un buen equilibrio a la hora de ser también razonablemente entretenida y mordaz.

Concrete Utopia

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Hay giros de guión, eso sí, a los que es fácil anticiparse, algo que puede deberse a la cantidad de relatos de este tipo que hemos venido viendo en los últimos años (aunque las causas hayan sido otras como plagas, invasiones zombis o desastres de otra naturaleza).

En cualquier caso, Concrete Utopia destaca por crear un mundo creíble a una escala bastante grande (la devastación de la ciudad es estremecedora) y por tener además grandes intérpretes al servicio de la historia narrada como son Lee Byung-hun (El juego del calamar), Park Bo-young (Una dosis diaria de sol) o Park Seo-joon (The Marvels).

La película está dotada de un buen ritmo, filmada con pulso firme y no duda en dejar aflorar lo peor y lo mejor del ser humano dándonos una de cal y otra de arena. Y no deja de recordarnos que, aunque tengamos buenas intenciones a la hora de organizarnos es muy fácil caer en el caos, en la locura o en la injusticia.

Llevarlo al terreno de la actualidad, a nuestros propios sistemas de ordenación social, es casi automático y es ahí donde reside su mayor (envenenado) encanto.

VALORACIÓN:

Una Seúl destrozada es la probeta de experimentación para abordar cómo se comporta el ser humano en situaciones extremas en una película desoladora por momentos pero que aún deja un poso de esperanza en nuestra especie.

LO MEJOR:

La factura técnica, las interpretaciones y el mensaje final de la película.

LO PEOR:

Es algo predecible en sus giros argumentales.
Hobby

73

Bueno

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