Crítica de Las consecuencias: un drama arrollador sobre las secuelas del abuso a largo plazo

Syldavia Cinema trae a la cartelera el estreno de Las consecuencias, película rodada en la Comunidad Valenciana y las Islas Canarias por Claudia Pinto (La distancia más larga).

Se trata de su segundo largometraje que además viene avalado por varios premios en la edición del festival de Málaga con la Biznaga de plata Premio Especial del Jurado de la crítica y la Biznaga a la mejor interpretación femenina de reparto con el reconocimiento a la actriz María Romanillos, a quien habéis visto antes en Antidisturbios, Maricón perdido y Paraíso.

Es por tanto su primer trabajo en cine tras haber hecho sus pinitos en televisión y un debut más que solvente con el que deja claro que no hay que perderla de vista. Ya hay dos nuevos proyectos en postproducción en los que participará: uno de los relatos de la miniserie Historias para no dormir y el nuevo drama de Félix Viscarret titulado Desde la sombra.

Pero es que la película cuenta además con una rotunda Juana Acosta como protagonista, con Alfredo Castro, Carme Elías, Sonia Almarcha y la colaboración especial de Héctor Alterio, en un papel escalofriante y mucho más importante de lo que puede parecer en un principio a pesar de sus breves apariciones.

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Las consecuencias es un drama familiar que aborda los secretos que se intentan guardar a toda costa y que tienen un potencial destructivo brutal. Como la isla en la que se desarrolla la mayor parte de la narración, lo que une a los personajes, sus lazos de confianza, están sufriendo unos temblores que amenazan con una erupción que haría saltar todo por los aires.

Juana Acosta da vida a Fabiola, una mujer cuya relación con su hija está en un momento de gran inestabilidad: la pérdida de su marido en un accidente la ha mantenido desquiciada emocionalmente durante meses y el despertar sexual de su ya adolescente hija viene a generar una tensión añadida.

De pronto, el vínculo afectivo que une a su padre y a su hija le resulta antinatural y Fabiola se convierte en una espía dentro de su propio hogar al sospechar que entre ellos hay algo que va más allá de la relación abuelo/nieta.

Así las cosas, se verá atrapada en una encrucijada al tener la necesidad de obtener respuestas y a la vez tener un miedo atroz a lo que pueda encontrar. El origen de todo, no obstante, se remonta mucho tiempo atrás y cuando la verdad salga a la luz tras décadas de engaños, medias verdades y ocultamientos, las consecuencias aflorarán de forma trágica.

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La idea que hay detrás del guión de Las consecuencias es brutal porque ahonda de forma significativa en lo que supone tapar la verdad a largo plazo pero también en temas como todo lo que se deriva de un legado pernicioso, el miedo visceral a repetir los errores de los padres, la cultura del secretismo intrafamiliar, las carencias afectivas y la falta de comunicación.

Es por tanto un drama duro en toda su dimensión, al que quizás le falta algo de naturalidad en los diálogos y dar menos vueltas sobre sí mismo en el desenlace pero que no por ello tiene menos fuerza al poner de manifiesto la fragilidad de la familia como institución social y núcleo afectivo.

Adicionalmente la película explota con acierto sus localizaciones: al margen de la belleza indudable de escenarios como El Llano de Las Brujas (El Paso), y del Proís de la Candelaria y la Playa de La Veta (Tijarafe), el mar cobra una relevancia inmediata como el lugar de la tragedia pero también como metáfora de los secretos, de lo oculto que no se ve a simple vista pero vuelve una y otra vez.

La película fue seleccionada en el Foro de Coproducción del Festival de San Sebastián donde obtuvo el Premio Eurimages. Las consecuencias ha sido recientemente seleccionada para participar en la sección oficial del festival de cine de Guadalajara (México), con el que empezará su recorrido internacional.

En resumidas cuentas, es una cinta dura y compleja a la hora de abordar las relaciones entre los personajes, que van mucho más allá de lo obvio. Es bastante psicoanalítica en este sentido y no dejará a nadie indiferente al mostrar el eco en el tiempo del dolor del pasado.