Crítica de The Curse: una serie sorprendente y con mucha mala baba

Puede que arrancar la crítica de The Curse diciendo que Emma Stone es un portento de la interpretación parezca una obviedad, pero no por ello es menos cierto.

A pesar de haber demostrado en multitud de ocasiones su talento (da igual qué proyecto escojamos: Birdman, La La Land, La favorita, Cruella...) sigue dispuesta a afrontar nuevos retos y salir de su zona de confort.

Así lo demuestra en esta serie y en su próximo estreno cinematográfico: Pobres criaturas. Aquí la veremos dando vida a una mujer narcisista, segura de sí misma, siniestra, turbia, vulnerable o seductora según la ocasión. Justo lo que requiere ser una popular influencer con ínfulas de salvar al mundo de sí mismo.

The Curse se estrena este viernes día 5 de enero en SkyShowtime (que ahora está disponible en la oferta de Movistar Plus+) y es, desde luego, un excelente regalo de Reyes y uno de los lanzamientos más destacados del mes, por razones que iremos desgranando a continuación. De momento, os emplazamos a echarle un ojo al tráiler:

Como información básica, consta de diez episodios de una hora de duración divididos en dos tantas cuya emisión se completará el 16 de febrero.

La serie nos presenta a los recién casados Whitney y Asher Siegel, una pareja que busca la concepción de un bebé mientras se plantea un suculento negocio: convertir las ruinosas casas de Española, una pequeña comunidad de Nuevo Mexico, en lujosas viviendas ecosostenibles que atraigan a nuevos residentes y beneficien a los habitantes del lugar (y a ellos mismos, claro).

La idea es mostrar esta transformación en una suerte de reality en el que su productor, Dougie, ve una buena oportunidad para aplicar los métodos más torticeros para manipular a la audiencia. Esto conducirá a Asher a vivir una surrealista experiencia que se saldará con una maldición que lo pondrá todo patas arriba. 

A medida que se desarrolla el programa, llamado Fliplanthropy, que están tratando de vender a la cadena HGTV, la pareja se encontrará atrapada en una misteriosa red de ambigüedades éticas y morales, a la par que intentarán mantener su relación a flote.

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The Curse - Galería de imágenes (4 imágenes)

Los creadores de The Curse, producida por A24, son Nathan Fielder (El ensayo) y Ben Safdie (codirector de Diamantes en bruto) que se reservan los otros dos papeles protagonistas siendo el de este último, Dougie, un verdadero caramelo.

Él personifica, a través de su delirante deriva y muchas veces en modo de falso documental, cómo se crea la narrativa de un programa y se retuerce la verdad para hacerla encajar en ella. ¿El fin justifica los medios? Dougie tiene claro que sí.

The Curse se sale por la tangente en lo que se refiere a temática, tono y estilo. Definitivamente no es una serie para todo el mundo, pero sí tiene el potencial para encandilar a quienes busquen algo diferente en el panorama televisivo.

Navega entre la comedia negra y la sátira social, poniendo en la picota las pretendidas buenas intenciones de determinados colectivos que tratan a otros con paternalismo y condescendencia. 

Pero sobre todo quiere señalar grandes males de nuestro tiempo como las desigualdades, el supuesto altruismo que no es más que la búsqueda de un nuevo nicho de negocio y la hipocresía además de la gentrificación y la especulación inmisericorde disfrazada de filantropía.

Si el argumento y las interpretaciones son estupendas, no menos curiosa es la realización: The Curse busca incomodar a la audiencia y así nos introduce en pasajes íntimos de las vidas de los personajes como sus encuentros sexuales o el riego de los tomates (ojo, no volveréis a verlos con los mismos ojos).

La colocación de la cámara, la composición de los planos, la textura de la imagen... busca desmarcarse estilísticamente para abrazar la verosimilitud y a la vez el delirio dado que las situaciones son a muchas veces desconcertantes.

Y es que en el corazón de esta historia está mostrar la disonancia entre lo que pueden sugerir las imágenes y lo que esconden en realidad, señalando así cómo un matrimonio blanco acomodado se enfrenta a grandes contradicciones a la hora de lidiar con comunidades deprimidas tratando de esconder sus intenciones finales.