Crítica de El rey ciervo: un hermoso homenaje al legado del Studio Ghibli ya disponible en Prime Video

Cuando Selectavisión anunció que traía The Deer King a los cines, lo primero que sentí fue una genuina alegría por poder disfrutar en cines de animación japonesa en 2D. La clásica, la de toda la vida. Después de informarme, el sentimiento de felicidad fue reemplazado por una explosión de curiosidad e interés al saber quién estaba detrás de la producción.

Quizás el nombre de Masashi Ando sea prácticamente un desconocido para el público de masas. No estamos hablando de Hayao Miyazaki, Akira Toriyama o Makoto Shinkai, al fin y al cabo. Sin embargo, si repasamos su trayectoria profesional… Seguramente el nombre de Masashi Ando pueda llegar a ponerte la piel de gallina.

Este tipo es, nada más y nada menos, que el director de animación que está detrás de obras mayúsculas de la talla de El viaje de Chihiro, Your Name o La princesa Mononoke. Palabras mayores. Hablamos de un animador ‘top’ mundial. Una persona que no solo conoce de primera mano la industria, sino que ha parido películas maestras de anime.

Para colmo, la producción corre cargo de Production I.G. Este estudio de animación japonés es el responsable de algunos de los animes más aclamados, respetados y queridos de la historia de la televisión. Es el caso de Neon Genesis Evangelion, Ghost in the Shell, Haikyu! O Psycho-Pass. 

Teniendo en cuenta todos los ingredientes que tenía la película The Deer King como punto de salida, era imposible no sentir emoción ante este estreno que ha llegado a España a trompicones. Sin embargo, los retrasos no eximen a Selectavisión del enorme esfuerzo realizado para trasladarnos una obra sugerente, atractiva y llena de corazón.

La sinopsis de The Deer King ofrece un retrato más que suficiente para adentrarse en el mundo de Masashi Ando. Un soldado llamado Van es convertido en esclavo y enviado a unas minas de sal. Los trabajos forzados se interrumpen en una aciaga noche llena de violencia, sangre y tragedia. Una manada de oscuros perros-lobo ataca la localización y provocan una pandemia.

Una misteriosa enfermedad se propaga como un virus más allá de la mina, llegando incluso a las ciudades. Van es el único superviviente, aunque es mordido e infectado por uno de los perros. Logra escapar de allí y salva a una niña llamada Yuna. Juntos, inician un viaje que recorrerá el mundo de ficción y fantasía en busca de una solución al problema.

De la misma forma que Dave Filoni se inspiró para hacer The Mandalorian, The Deer King genera un extraordinario paralelismo con la leyenda de El lobo solitario y su cachorro. La dinámica de un protagonista mayor con una niña, ese tono paternofilial inevitable, hace que inmediatamente generamos empatía con los dos personajes.

A pesar de su relación con el Studio Ghibli, Masashi Ando no trata de fusilar las temáticas y los conceptos del estudio de Hayao Miyazaki e Isao Takahata. The Deer King es una película que funciona de manera independiente a la vinculación previa de su creador. Este es un mundo nuevo y se esfuerza en crear lazos nuevos, frescos, útiles y emocionales.

En ese sentido, se apoya de una parcela animada que sí tiene muchos vínculos artísticos y estéticos con la obra de Hayao Miyazaki. Ésta es una película hermosa de ver, como las muchas en las que ha participado Masashi Ando como director de animación. Sus trazos son plásticos y el ritmo de la cinta, calmado, lento, pausado, nos permiten disfrutar del trabajado pincel.

Masashi Ando se apoya en la música de Harumi Fuuki para dotar de alma los escenarios, los contextos, los entornos, los ecosistemas del universo ficticio y los personajes. Evidentemente, no es Joe Hisaishi. Ni siquiera Dios hablando podría acercarse a ese compositor. Pero la banda sonora de The Deer King es preciosista, correcta y adecuada.

La sutileza en el continente contrasta considerablemente con la agresividad del contenido. Es un mundo hermoso de ver, pero la historia de El rey ciervo no es precisamente un cuento de hadas. Hay un tono de tristeza, de nostalgia, de pérdida, que baña toda la obra y que nos acompaña durante los 124 minutos de metraje.

Son dos horas, sí, pero no se hacen pesadas. Como hemos dicho, el ritmo es pausado, pero eso no significa inmediatamente que sea aburrido. El espectador disfrutará de conocer a los personajes y el mundo en el que se mueven. Y todo está tan pulido, tan trabajado en el apartado visual, que será como pasear por un museo interactivo de la animación.

En definitiva, The Deer King es una película anime muy recomendable. Una experiencia que, inevitablemente, nos recuerda al pasado de Studio Ghibli, la época en la que Hayao Miyazaki se alzó como uno de los grandes maestros de la cinematografía moderna.

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Quizás su historia pase más desapercibida, o genere tantas reminiscencias que tengamos la sensación de «haberlo visto ya». Lo que no pasará desapercibido es el nivel de la animación y el profundo conocimiento artístico que posee Masashi Ando. Un placer del que nosotros, desde luego, hemos disfrutado como cuando éramos niños.